Un sueño acariciado durante muchos años, que pude hacer realidad.
Gracias a todas las personas que se unieron mi sueño, gracias por la solidaridad y el esfuerzo de todos los que con sus donaciones, con su trabajo me ayudaron a regalar ilusiones a los niños y a permitir que el niño interior que todos llevamos dentro estuviera una vez más a flor de piel.
Cada persona a través de su aporte, fue convirtiéndose en un eslabón más de esta gran cadena de amor, para ayudar a sembrar nuevas ilusiones y recuperar aquellas que pensábamos perdidas.
Con amor todo es posible.
Elenita