El sueño de la aldea Ding
Yan Lianke
Automática Editorial
Leí El sueño de la aldea Ding hace tiempo. Recuerdo que me atrajo su portada, tan tradicional y la historia que contaba su sinopsis. Una obra prohibida en China porque cuenta una hecho realmente aterrador. La aldea Ding es la personificación de la muerte. Una muerte que recorre sus calles llevándose a los que unos años atrás habían vendido su sangre por unas pocas monedas, abandonados a su suerte por los políticos y otras autoridades.
La historia es contada por Xiao Qiang, un niño cuyo destino se vio truncado por las consecuencias de los actos de su padre. Un niño que nos describirá la aldea Ding, "viva, parecía muerta" y a los vecinos de la aldea que "languidecían encerrados en sus casas". La obra contiene amor, desesperación, rabia, rencor, envidia e, incluso, belleza."La epidemia en la zona central de China se inició entre finales de la década de 1980 y finales de la de 1990, cuanto algunos empresarios compraron plasma (la porción líquida de la sangre que contiene las proteínas que producen la coagulación y la inmunidad) de los agricultores pobres de la provincia de Henan. Los agricultores (que no recibieron pruebas de VIH, ni de hepatitis B o C, u otras infecciones transmitidas por la sangre) dieron sangre en centros de recolección que juntaban la sangre de varios donantes del mismo tipo sanguíneo, separaban el plasma, e inyectaban el resto de los glóbulos rojos de vuelta a los donantes, para que no quedaran anémicos. Los agricultores solían permanecer varias semanas en los centros, durante cuyo tiempo hacían varias donaciones por dinero."
"Llegaron a existir hasta 230 centros de recolección de plasma en la provincia de Henan, antes de su cierre por el gobierno entre 1995 y 1997. Según la propuesta del programa China CARES ante el Fondo mundial contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria, alrededor del 60% de los ex donantes de plasma están actualmente infectados por el VIH, muchos tienen SIDA y miles han muerto"
Fuente: PRB.org
El sueño de la aldea Ding de Yan Lianke es una obra de arte. Cualquier otro calificativo resultaría banal. Es expresiva, elegante, culta, bella y devastadora. El mismo autor pide disculpas por el dolor que acompaña cada página de este libro, que nos muestra una realidad terrible. La narrativa adquiere una belleza incalculable a lo largo de toda su lectura. Los colores que acompañan a la aldea Ding durante este viaje por el libro adquieren un protagonismo brillante.
El sueño de la aldea Ding de Yan Lianke es un buen ejemplo de una realidad que nos puede parecer lejana pero que se nos acerca a través de la bella literatura.