Si por esas casualidades tenés fobia a los códigos, leíste el título y se te heló el aliento. Antes de que abandones la lectura de este post por miedo a encontrar una definición técnica, te cuento que el CCS que menciono es acrónimo de:
Creer
Crear
Servir
Viste?no era para tanto. En un universo de siglas diseñadas para convencerte de que el éxito es posible, teníamos que tener una sigla propia. Con la salvedad de que la nuestra está más cerca de la intensión. Creer, crear y servir son verbos que dan sentido intensional a la acción. Si vas a "hacer" que sea algo en lo que creas, que pueda ser compartido creativamente y represente un servicio para alguien más. Ya sea ser amable con un desconocido o idear una ONG, lo realmente importante es que tus acciones estén apoyadas en un sistema de creencias solidario. Todo lo demás?tiende a caer por su propio peso. No importa si es el negocio que no sale, la dieta que no funciona, la pareja que fracasa?en el fondo sabés que no ibas a perdurar en el empeño. No creías en él. Eso no significa que durante un tiempo no hayas expuesto todos los argumentos para convencerte de que era una opción en la que tenías que creer. O mejor aún, cuando nos proponemos creer porque "debemos hacerlo". Es mi excusa preferida: el deber. La responsabilidad individual, familiar, social. Es tan difícil perdurar en un emprendimiento que contradice tus creencias (o para el que no tenés ningún sistema de creencias siquiera) como persistir en aquel opuesto a las creencias inculcadas por la educación. Algunas de nosotras crecimos en universos "para toda la vida": trabajo de cuatro décadas, pareja hasta-que-la-muerte-los-separe, vínculos familiares sostenidos por el-valor-de-la sangre (frase típica para justificar cualquier guarrada familiar) Despertarte un día pensando que ya no podés sostener ese compromiso vitalicio porque no creés en él es una experiencia escandalosa y conflictiva. Si creciste en el siglo XX, todavía sufrís las rémoras de este sistema. Con suerte, nuestras hijas tendrán una concepción distinta del tiempo y los compromisos.
Creer y crear.
Ponete a pensar cuántas cosas hacés diariamente solo porque así te educaron. Y en cuántas de ellas realmente no creés pero son costumbres tan arraigadas que estás casi convencida de creer en ellas (aunque siempre suena alguna alarma tímida de disconformidad) Te vas a sorprender haciendo una lista mental de lo que tiene o no tiene sentido real para vos. Desde los rituales más simples de la convivencia social (eso que llaman "protocolo") a la forma en la que concebimos la respuesta a los conflictos trascendentales, suelen educarnos para no ser creativas. Aunque tus padres hayan elegido un sistema pedagógico basado en el método Montessori, ahora que estás en este proyecto revisá las bases?Es probable que descubras que tienen más estructuras limitantes de lo que pensabas. Sin saber siquiera que estaban ahí, no creés en los principios que las sostienen, por eso te bloqueás. Y ahora, si no te agotaste en el proceso, preguntate: ¿es posible creer sin crear?
Eros y Tánathos.
No quiero caer en las alegorías simplistas. Tengo claro que no sos una mujer "simple". Sin embargo, en este momento se me ocurre la más sencilla de las metáforas. Sé poco de agricultura, pero lo que sé me alcanza para afirmar que los cultivos no crecen en tierras agotadas. Cuando el sustrato no tiene nutrientes, no esperes cosechar. Me acuerdo el horror que me provocó en su momento saber que se quemaban terrenos enteros para que las cenizas nutrieran la tierra. Pensar en todo el trabajo invertido en ese terreno para quemarlo me pareció una idea loca. Pero, después de meditarlo un minuto, no sonaba tan ilógico. Si con la tierra agotada no obtenés nada bueno?hay que empezar de nuevo. Para los griegos Eros y Tánathos son la representación del amor y la muerte: la construcción y la destrucción. En ocasiones para amar y creer ?de hecho, en el más amplio de los sentidos, enamorarse es creer- necesitás destruir lo existente. Y esto no significa que vayas por la vida como una piromaníaca quemando todo lo que se te cruza?sino que en ocasiones, la única forma de creer y crear es dar fin a un pasado limitante. Tánathos y Eros: destruir para construir.
El más noble y creativo de los servicios.
Y acá es cuando se pone complejo. Porque algunas de tus limitaciones te rompen los ojos pero otras?están tan bien disfrazadas las muy infelices que hasta perecen virtudes. No creas ciegamente en ese "es que sos tan buena" que es casi un latiguillo para definirte, en general, significa que sos una chota. Ser "buena" no es una virtud si significa persistir en acciones en las cuales no creés, no te ayudan a crear y no tienen como fin compartir y servir. El servicio entendido en el mejor de los sentidos: el que te enriquece cuando lo practicás. No se trata de ser un mártir, ni siquiera un ejemplo de abnegación sino una persona íntegra, creativa y feliz. Lo más probable es que tengas una certera intuición de dónde se esconden las muy truchas, esas que se visten de buenas. Prendé una hoguera -imaginaria por favor- y quemalas. Ahora, si te funcionan los rituales y su materialidad, la purificación del fuego tiene su valor y supongo que quemar en una estufa a leña documentos y papeles llenos de ideas viejas, no tiene nada de malo. Apenas empieces te vas a sentir más liviana. Es eso que te conté en algún momento de "no hacer nada por obligación". Nada que no tenga fundamento en el creer, crear y servir. Yo nunca en mi vida había cambiado un pañal (es cierto?) y cuando nació mi hijo creo que las personas de mi entorno pensaron que no iba a ser capaz de hacerlo. No es que sea una princesa pero digamos que mi universo eran las ideas? Sin embargo, cambié miles de pañales. Una acción rutinaria y nada agradable que se podría percibir como una obligación de higiene para con tu bebé. Nunca lo sentí como una obligación. Podés hacer extensiva la lista a todas las labores rutinarias de la crianza. Vas a notar que no las hiciste por obligación así fueran las más absurdas o escatológicas. Las hiciste por convicción y en función del más noble y creativo de los servicios: el amor.
Si querías un "tip" acá lo tenés: en tu ejercicio de "limpieza" no dejes nada (ni cosa, ni idea ni vínculo) que no te inspire amor.
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