¿Cual es el último restaurante que has puesto las manos? ¿Has estado en Limbo?, Limbo??, bueno suelo estar varias veces al día, jajajajajajaja (unas risas). No, no lo conozco pero, lo apunto, -dicho y hecho-, 48 horas más tarde estaba poniendo Las Manos en la Mesa.
Preguntar por su nombre es un poco obvio, pero dejarme que os ponga en situación. Hotel Bastardo1, en la calle San Mateo 3, en lo que supuestamente estaría ubicada su recepción, –vestíbulo de entrada-, ha sido sustituida por dos zonas completamente diferentes.
Nada más pasar una puerta giratoria, a su izquierda, te darás con PICA-PICA, un espacio que tiene “tono” de cervecería, una pequeña barra y mesas para compartir narrativa, además de encuentros culturales, todo ello mientras pruebas algún platillo.
A la derecha, podrás visualizar en un rótulo las siglas LIMBO. Seguimos, quedamos, qué hacemos, nos adentramos. Mesa corrida y taburetes en el pasillo central, en el lateral -mesas tú y yo-, mediaslunas 4/6, y otras configuraciones en madera para seguir compartiendo espacio hasta 8/10 comensales.
Pasados unos instantes, ya vas haciéndote en el lugar, por supuesto, antes ha venido personal de sala para ofrecerte su bienvenida. Quiero seguir observando, sus techos altos y desnudos, donde se ven los -conductos de aire- pintados en amarillo, bombillas de colores que cuelgan de un -extremo a otro-, son de la última verbena. En la planta superior, te darás con una mesa comunal para más de 20 convidados, momentos para compartir.
Un poco canalla, -sin corbatas ni delantal-, de aspecto cool-industrial, con grandes ventanales y pinturas callejeras en el exterior. Una insaciable fábrica donde hacerse selfies.
Espacio Limbo
Cocina vista si la mano quiere. Un cilindro gigante que parece sacado de la última de Terminator conforma su centro de mandos. Es aquí, donde alumbran con luz propia sus brasas, -dan color y mucho sabor- a los principales protagonistas de este Limbo.
Javier Brichetto, es el nombre de este chef argentino que nos acerca sus propuestas tocadas como si de una -varita mágica- se tratara, utilizan madera de encina para la base y carbón para continuar. PRODUCTOS braseados, ligeramente AHUMADOS. ¿Quieres más?
El ahumado de los tomates se aprecia de manera muy sutil, su aroma permanece largo y neutro en boca. Me quedo con las ganas de un final de traca.
Tras aplicar el ardor aparecerá su “costra” en la parte superior, que hará cambiar de color. Del -blanco roto al amarillo pollo-. Debes emplear el cuchillo para trocearlo, a partir de aquí, ya es tu destreza al levantar el tenedor.
La cremosidad e intensidad de su sabor, harán que tus papilas se dejen querer. Esta propuesta hay que comerla caliente, muy caliente, de lo contrario morirá. Un toque que agrada, este de incorporar unos pimientos asados, que combinan muy bien.
Se acompaña con una “cestita” de Patatas de churrería (patatas fritas), duritas bien ricas, y un -Aladino- de su propio jugo. No recomiendan ponerlo por encima, seguramente si te gusta más jugoso, espera para descubrir su pechuga.
-De izquierda a derecha-. La que más me gusta es la de Mayonesa con cilantro, ligeramente picante en el final del trayecto, me encanta. Una clásica de ChimiChurri y otra original de estilo Barbacoa con reducción de Whisky Jack Daniel´s, melosa ella. Si lo prefieres, puedes combinarlas dependiendo en la parte del pollo que te encuentres, muslo, contra muslo o pechuga.
Hablemos del Pollo, son denominados tomateros por su tamaño, poco más de mil gramos (1000gr), tienen su origen en una granja ubicada en la provincia de Toledo. Se alimentan de verduras y piensos. Antes de pasar a “rodar”, se salpimientan y pincelan con un preparado de ají panca (uno de los principales ingredientes de la gastronomía peruana), chipotle (chiles ahumados), pasta de ajo y aceite de oliva. Con toda esta preparación se dejan marinar durante 48 horas antes de descansar sobre las brasas.
El resultado es completamente diferente a lo que estamos acostumbrados cuando comemos un pollo asado. Normalmente separas su piel para desecharla, aquí es lo primero que te comes, es muy sabrosa. Su carne es blanca, casi terciopelo, suave y fina, posiblemente el mejor pollo asado que he comido nunca.
En definitiva, son propuestas para todos lo públicos y bolsillos. Se puede triunfar sin necesidad de invertir grandes cantidades de dinero en decoración, para prueba Limbo, los frescos del barrio. Gracias al Grupo La Musa por hacernos disfrutar sin salir del Cielo de Madrid. Gracias Adolfo y a todo el equipo, moláis mucho más.
Es como estar fuera de la realidad o sin enterarte bien que sucede, hasta que te llega al paladar. No me esperes yo me quedo aquí!!
Limbo asador (enlace web)
Dirección: Calle de San Mateo, 3, 28004 Madrid