La brillante ciudad de Metrópolis, el orgullo de América. Una joya de torres cristalinas que saludan al Sol de la mañana con reflejos de cristal y acero, destellos que con su intensidad alientan en los corazones de sus habitantes promesas de un futuro mejor, y con su pureza les inspiran los sueños y la voluntad para esforzarse en alcanzarlo. El esfuerzo de los hombres y mujeres de Metrópolis, trabajando codo con codo para lograr un bien común, puede superar casi cualquier obstáculo. Los golpes de la Naturaleza, en su ciclo eterno y sabio ajeno a los deseos de los hombres o a nociones de Bien y Mal, podrán dañar el cuerpo de la ciudad y de sus hijos, pero no doblegar su espíritu: lo destruido se reconstruirá, y los heridos serán sanados. Las pequeñas mezquindades y egoístas actos de los malhechores e inadaptados podrán alterar el espíritu de los ciudadanos, pero no quebrar su fe en la bondad humana: el orden se restablecerá, y el trabajo honrado restituirá lo perdido.
Pero de vez en cuando, porque la vida no es perfecta ni siquiera en la más bella de las Ciudades del Hombre, surgirá un desastre de épicas proporciones desde lo más hondo del corazón herido de una Tierra maltratada, o quizás una supermente criminal, hermosa en su insuperable inteligencia pero terrible y maligna en su inhumano desprecio por la vida, urdirá un plan terrible para su propio beneficio, sin importar los miles, tal vez millones de vidas que pudieran apagarse en el empeño. Contra estas calamidades, poco o nada podrían hacer los mejores esfuerzos de los mortales.
Pero aún así, ni siquiera en esos momentos los afortunados hijos de Metrópolis mirarán al cielo con preocupación o temor. Más bien se unirán hermanados en las calles contemplando, no con angustia sino con esperanza, las ligeras nubes flotando en el claro azul del cielo de la mañana. Porque saben que, aun en la hora más oscura, las perfectas formas blancas del cielo se disolverán en una repentina hebra vaporosa, de la que surgirá a buen seguro la hermosa estela roja y azul, con sobrehumana y cuasidivina celeridad que anuncia su llegada. Y entonces verán con sus propios ojos, aunque ya lo supieran en sus corazones, que pase lo que pase estarán a salvo, pues como siempre ha prometido hacer en tiempos de tribulación... ¡El Amigo de la Humanidad, el Ultimo Hijo de Krypton ha llegado!.
Y sólo los extraños y los recién llegados que aún no saben que no hay nada que temer, pues desconocen aún el preciado don que un mundo maravilloso pero moribundo regaló a la humanidad... sólo ellos mirarán al cielo con desconcierto y temor en vez de orgullo y admiración, preguntándose y preguntando: ¿Qué es eso que contempláis que apenas se distingue gentes de Metrópolis, y por qué sonreís en estos momentos difíciles? Y sus preguntas serán contestadas, y sus espíritus calmados con una sola palabra. No hacen falta más, porque con él la Edad de los Héroes ha llegado, y ha comenzado con el mejor de todos. Con una sola palabra todas las preguntas serán contestadas, y los temores olvidados. Contemplad el cielo, y exclamad:
Mis disculpas por el arrebato lírico: no puedo evitarlo con en este maravilloso personaje, la más pura definición del concepto Superhéroe. El Hombre de Acero, el Ultimo Hijo de Krypton. Un personaje que nos inspira pues reúne todas las virtudes que podemos aspirar a alcanzar: la nobleza, la verdad, la generosidad, el sentido del deber, la compasión, la solidaridad... incluso la humildad. Este alienígena, último de su especie nacido bajo un Sol Rojo en un mundo maravilloso desaparecido hace ya miles de años, está dotado bajo los efectos de nuestro Sol Amarillo de poderes extraordinarios hasta más allá de la imaginación. Y generosamente decide utilizarlos para proteger a este pueblo primitivo pero prometedor (según las palabras de su padre) que le ha acogido, sin pedir nada a cambio y viviendo, en los momentos en que no se le necesita, una vida normal como la de cualquiera de nosotros. Es poderoso hasta más allá de la imaginación, y sin embargo tan vulnerable como cualquiera. Y no me refiero aquí a su debilidad hacia la Kryptonita, esos tristes rescoldos de un mundo maravilloso perdido ya en el tiempo, y desde la catástrofe letales para sus últimos hijos.
No, me refiero al corazón: este superhombre indestructible, en cuyo gallardo pecho las balas rebotan y para quienes los rigores del frío vacío del espacio nada significan... es sólo vulnerable al dolor de perder a sus seres queridos. Ya sufrió por la pérdida de un padre que acogió a este retoño del espacio y le amó y educó como propio: una dolorosa lección de que, con todos sus poderes, hay cosas que no puede evitar. Y ahora. para impedir que sus enemigos al descubrir su secreto pudieran hacer daño a la persona que ama, su adorada Lois, se ve obligado a llevar una doble vida con su identidad secreta y resignarse, al menos en principio, a vivir un amor imposible en el silencio y la distancia.
Superfuerza, supervelocidad, invulnerabilidad, supersentidos, visión de Rayos-X, el poder de volar... todos ellos son magníficos dones que este Poderoso entre los Poderosos exhibe (con humildad) para ayudar... pero no son lo que mejor le representa. No, lo que hace especial a Superman, el primero de los superhéroes clásicos de los cómics (y luego de otros medios), y el mejor de todos, es su nobleza, su sencillez, honestidad, decencia, candidez... todo lo que he comentado anteriormente, y mucho más. Se convierte en un modelo a seguir, y en muchas, muchísimas de sus aventuras en los cómics ayuda en conflictos y guerras incluso como embajador o negociador, y las partes en disputa acatarán su mediación o sus decisiones, no por temor a sus poderes, sino por respeto a todas sus virtudes, con admirada confianza en aquél de quien saben que SIEMPRE dice la verdad.
Todos hemos soñado alguna vez con volar como Superman, o disfrutar de alguno de sus poderes, sueños dulces y evocadores aun sabiendo en todo momento que son fantasías divertidas pero inalcanzables. Sin embargo todas estas virtudes que mejor le definen y han hecho de él el más grande, sí que son ideales que podemos aspirar a alcanzar. Y el esforzarnos, aunque sólo sea un poquito aquí o allá alguna que otra vez, pensando que nuestro héroe haría lo mismo en ésta o aquella ocasión... esos pequeños actos pueden hacernos poquito a poco mejores personas.
SUPERMAN EN EL CÓMIC
Supermannació en 1938, de la imaginación de Jerry Siegel y Joe Shuster, dos jóvenes amantes de las historias de los cómics y en especial de personajes heroicos con habilidades especiales, llamados Superhéroes. En realidad el concepto del superhéroe con superpoderes e identidad secreta existía ya anteriormente, con el mejor ejemplo en un personaje llamado Gladiator. Pero la imaginación y el buen hacer de estos dos entusiastas hicieron que, en poco tiempo, su nuevo personaje se convirtiera en el paradigma y estandarte del género. Supuso un punto de inflexión en la historia de los cómics, se ha convertido en un personaje universal, conocido por todo el mundo tanto aficionados a los cómics como si no, y su paso siempre exitoso y emocionante por todos los medios concebibles (cómics, libros, radio, TV, cine, videojuegos...) lo ha elevado a la categoría de mito e icono de la cultura pop.
La primera aparición de Superman en su medio natural, el cómic, fue en el Nº 1 de la ya clásica e incunable Action Comics, y ya marcó toda una época. Vemos aquí la mítica portada de dicho número, y una tira dominical de la época con un sencillo relato explicando el origen de Superman, y emplazando al lector para esperar sus aventuras la siguiente semana. ¡El mito estaba ya en marcha!.
Y desde entonces Superman se ha mantenido siempre vivo, con etapas de mayor o menor éxito o popularidad, pero siempre ha estado ahí. Y desde esa primera versión salida de la imaginación de estos dos entusiastas de los cómics, en los muchos años de historia que ha acumulado el Hombre de Acero hemos podido disfrutar y maravillarnos con las distintas versiones surgidas del talento de innumerables artistas, muchos de ellos de gran talento, y unos pocos Grandes Maestros de este noveno arte que nos han regalado visiones únicas e irrepetibles. Por poner sólo algunos de los mejores ejemplos:
Como es lógico, empezamos por la propia concepción del héroe, en este primer esbozo de Jerry Siegel y Joe Shuster, de 1934-1935. La segunda es ya a la versión considerada más "clásica", la que definió la base gráfica del personaje y nos ha acompañado a muchos durante la niñez, de la mano y pluma de Curt Swan:
Y en este paseo necesariamente breve por la Galería de la Fama del Museo del cómic del Hombre de Acero, es parada obligada el detenerse a contemplar, con alegría y admiración, el maravilloso trabajo de uno de los más grandes artistas que ha dado el mundo del cómic, genial dibujante de elegante trazo y majestuosa imaginación, que nos ha regalado durante años a los aficionados increíbles historias en mundos de desbordante fantasía, y que con el mismo talento supo hacer suyo este personaje como si hubiera nacido para ello. Si bien Siegel y Shuster crearon al personaje... John Byrne lo hizo inmortal:
Muchos y muy variados artistas han dado vida al mito. Incluso en España, los fans podemos estar orgullosos de ver al Hombre de Acero cobrar vida desde los pinceles y el genio del gaditano Carlos Pacheco(trabajando en los EEUU, claro):
Y para acabar este paseo por la historia de los cómics de Superman, no puedo dejar de mostrar y alabar el trabajo de uno de mis artistas del cómic favoritos de hoy en día: guionista, dibujante e ilustrador de inigualable talento. Las portadas de este genial ilustrador son impactantes, y las historias que dibuja son una delicia de contemplar, arte puro página a página. Cuando dibuja las viñetas... no, es más correcto decir cuando las ilustra, cada viñeta en sí misma podría ser un hermoso cuadro individual. Su estilo, de aire clásico, imbuye a los personajes de una dignidad y clase que se intuye ya desde la primera mirada casual, mirada que se deja atrapar, admirada por ese arte que invita a devorar la historia completa, que rara, muy rara vez decepciona cuando viene del inmenso talento de Alex Ross:
Lo dejaremos aquí, pues aunque podría seguir por páginas y páginas, en realidad ésto no pretendía ser más que un pequeño repaso a los orígenes de Superman en su medio de nacimiento, el cómic, y lo que iba a ser una ligera introducción para las películas, iba ya camino de convertirse en una tesis. Sólo decir que este gran personaje, que lleva ya incontables años en primera plana, seguirá con nosotros por mucho, mucho tiempo. Porque, aunque algunas veces hayan intentado privarnos de nuestro querido Superman (la siguiente imagen corresponde a la traumática y recordada historia de La Muerte de Superman)... Nuestro Hombre de Acero resurge una y otra vez, adaptándose a los tiempos estilos y gustos que sean necesarios, pero conservando siempre la esencia que le ha hecho el Primero entre los Grandes.
SUPERMAN EN LA TELEVISIÓN
Dejemos pues los comics, y pasemos al siguiente medio (me saltaré la radio, importante sin duda enconces ahora y siempre, pero poco sé sobre el serial de radio de Superman, salvo que existía y era muy popular. Para más información, la Wikipedia, que ahí sabemos buscar todos). Sin extenderme demasiado en ello, mencionar, cómo no, la primera aparición de Superman en las pantallas... que no son las películas, sino la más que digna, para la época, serie de televisión de los años 50 protagonizada por George Reeves, que presentaba una planta muy adecuada para hacerle justicia al ya mítico traje azul y rojo.
Como curiosidad, aunque no profundicemos en esta interesante serie, decir que el Superman original del cómic en realidad no volaba: si bien la superfuerza, invulnerabilidad y supersentidos estaban ahí desde el principio, el Superman creado por Jerry Siegel y Joe Shuster se desplazaba mediante increíbles saltos de sus superpoderosas piernas (y algo de cierta capacidad innata de manipulación de la gravedad, pero esto es ya para nota), que le transportaban por el aire superando sin dificultad los tejados de los más altos rascacielos de Metrópolis. Al adaptar las historias de este personaje superpoderoso, surgen por supuesto los previsibles problemas de producción.
En seguida, con algo de presupuesto y mucho más de ingenio, se logra trasladar a la pantalla la superfuerza y la invulnerabilidad. Pero los saltos... por lo que se ve, no era tan fácil reproducir con naturalidad o credibilidad en personajes de carne y hueso lo que era tan fácil de representar en papel. Así que se optó por una solución de compromiso: ¡Nuestro Superman televisivo vuela!, ya que reproducir el vuelo con grúas y cables resultaba mucho más realista y, sobre todo, BARATO que intentar lo mismo con los supersaltos. Y como el "apaño" tuvo éxito, desde entonces... realmente Superman, vuela.
Para el recuerdo queda ya esta entrañable serie de éxito, que duró 6 temporadas ofreciendo algo más de 100 episodios (de 25 minutos de duración). La misteriosa y aún no resuelta muerte del actor protagonista (tema que aún hoy levanta fascinación, y ha dado lugar a su propia película: "Hollywoodland", con Ben Affleck) marca el punto final de esta primera y remarcable incursión de Superman en la (pequeña) pantalla, dejando un gratísimo recuerdo en la memoria de los que siguieron fielmente sus aventuras episodio tras episodio.
Varias incursiones posteriores en series de animación, todas ellas entrañables, han seguido manteniendo a Superman en la memoria colectiva. Pero no volvemos a disfrutar de un Superman de carne y hueso hasta los años 90, con esa muy digna, respetuosa, eficaz y (siempre hablando desde mis gustos) muy divertida y entretenida serie: Lois & Clark, Las Nuevas Aventuras de Superman, ameno show televisivo en el que ambos personajes principales, Superman/Clark Kent y Lois Lane, ahora pareja ya establecida y sin secretos entre ellos (desde que Kal-El le revela a ella su verdadera naturaleza) tienen el mismo nivel de protagonismo.
Esta serie es muy fiel al canon oficialestablecido desde el nacimiento de Superman, y sus protagonistas están muy bien representados por estos dos competentes actores: Superman encarnado por un Dean Cain que mantiene el tipo, luce bien las ya icónicas mallas azules y rojas y la capa (está en forma este muchacho) y sabe poner la cara de buen chico que siempre ha sido la "marca de la casa" del Ultimo Hijo de Krypton (aunque curiosamente este actor me gusta mucho más cuando interpreta a "los malos de la película" en producciones de acción y ciencia-ficción de Serie-B: ¡Los clava!). Y la intrépida y inquisitiva Lois Lane está maravillosamente encarnada por esta actriz que, sin ser una superestrella, siempre me ha gustado a rabiar: Teri Hatcher, guapísima y simpática a más no poder (protagonista posteriormente de la divertida y cínica, aunque algo artificiosa para mi gusto Mujeres Desesperadas).
Posteriormente pudimos disfrutar de una nueva "adaptación" de las aventuras de Superman en la pequeña pantalla, con la serie Smallville. Pero, sinceramente... siendo a veces entretenida, que lo es aunque personalmente me resulte (cuando la he visto, que no la sigo demasiado) bastante folletinesca... la verdad es que no tiene mucho del Superman clásico que todos conocemos y muchos admiramos. Es un producto de televisión popular y entretenido, no lo niego, pero se ha limitado a tomar algunos elementos icónicos o reconocibles del mito: el origen en Krypton, los superpoderes (bastante cambiados), la vida rural con los Kent, la presencia de un maquiavélico Lex Luthor... y ahí se acaba el parecido. Por ello no nos pararemos aquí. Tan sólo comentar la curiosidad de ver interpretando a Martha Kent, madre adoptiva de Clark Kent, a Annette OToole, que ya interpretó a otra mujer importante en la vida de Superman: Lana Lang, en el cine en Superman III. Papel que en Smallville interpreta la exótica belleza de nombre Kristin Kreuk: una preciosa mezcla de padre holandés y madre china.
SUPERMAN EN LOS VIDEOJUEGOS
Ya llegamos, ya llegamos. Antes de ocuparnos de las películas, una última paradita en esta historia de Superman, para hablar si quiera brevemente, de otro medio (de los más importantes hoy en día) que han pisado las rojas botas de nuestro Hombre de Acero: los videojuegos. Desde ya la mítica Atari 2600 todo sistema tuvo su racioncita de Superman. Consola tras consola, ordenador tras ordenador, han ido apareciendo diversos juegos en los que, por fin, podíamos cumplir uno de los sueños que cualquier niño ha tenido alguna vez... ¡Ser Superman!. Coges el mando, introduces el cartucho (o el cassette en el ZX Spectrum, que algunos estamos ya talluditos y tenemos viejas batallas que contar)... ¡Y a volar!.
Se han producido muchos juegos para muchos sistemas sobre nuestro héroe, unos con peor y otros con mejor fortuna. Y de entre todos ellos, yo recuerdo con especial cariño aquel aparecido en 1987, de la mano de Taito, en las máquinas arcade de los ya legendarios salones recreativos de los 80. Aquellos templos del ocio electrónico, puntos de reunión y camaradería en la afición común de toda una generación. Fuentes de auténticos tesoros de recuerdos, emociones y fantasías compartidas, cuando el multijugador era cara a cara y nacían amistades forjadas en mil batallas, conquistando lejanas y futuras galaxias, defendiendo bárbaras aldeas, o rescatando princesas medievales... Pero eso, es otra Historia (permitiéndome una bárbara referencia cinéfila).
Para el recuerdo queda ya esta estupenda máquina recreativa que recreaba (curiosa redundancia) a la perfección las aventuras de nuestro querido Superman, permitiéndonos por la módica cantidad de cinco duros (25 pesetas = 15 céntimos de euro, para los más jóvenes), y por unos minutos, ser nosotros mismos el mayor héroe que jamás ha existido.Desde aquí doy gracias al maravilloso M.A.M.E. por permitirnos recuperar ya para siempre ésta y todas aquellas maravillas de los salones recreativos, gracias al milagro de la emulación.
No os riáis lectores imberbes, ésto en 1987 era una maravilla...
¡Y aún sigue siendo divertida!
Buscad el M.A.M.E.: rememoremos nosotros, treintañeros,
y aprended vosotros, jovencitos.
SUPERMAN EN EL CINE
¡Sí, por fin estamos aquí! Gracias por su paciencia, damas y caballeros: esperamos que hayan disfrutado del viaje. Tras esta corta (a mí se me ha hecho) pero detallada visita comentada (se agradecen propinas al guía) por la historia de Superman, hemos llegado por fin al tema que nos ocupa: las películas de cine de Superman. Llegados a este punto, creo que ya hemos comentado suficientemente la historia del personaje, su ambiente, las características de sus aventuras... poco más queda por decir al respecto, salvo esto: todo, TODO lo dicho está en las películas, todos los elementos icónicos de la leyenda de Superman están perfecta y hermosamente plasmados en la pantalla, y se disfrutan de principio a fin. Los fans de Superman pueden encontrar en estas maravillosas películas todo lo que esperaban, y los que no sean fans pero gusten del buen cine, pueden disfrutar igualmente de unas aventuras magníficas y muy bellamente filmadas.
En 1978 se estrenó en los cines de todo el mundo la primera película sobre Superman. Una arriesgada apuesta, el intentar trasladar a la pantalla de forma creíble y realista toda la magia del personaje. Y el resultado... sencillamente, La MEJOR adaptación cinematográfica de un superhéroe que jamás se haya filmado, hasta ahora no superada. También (que es parecido, pero no es lo mismo), la MEJOR adaptación de un cómic, la más respetuosa a la fuente original.
El responsable fue Richard Donner, quien dos años antes ya nos asombró con La Profecía, y nos ha seguido deleitando en los años posteriores con maravillas como la entrañable e icónica Los Goonies, la preciosa (MARAVILLOSA) Lady Halcón o la divertidísima Maverick (no me canso de ver esta película)... por no mencionar alguna incursioncilla menor en el género de la acción, con alguna peliculilla sin importancia como... Arma Letal.
La admiración de este gran director por el personaje es la causa de que la saga cinematográfica de Superman sea tan fiel a su origen en el cómic, dando como fruto unas adaptaciones en el mejor sentido de la palabra: adaptación de un medio a otro diferente, cambiando lo que sea necesario por el diferente lenguaje que usan ambos medios, pero sin perder nada por el camino. Los efectos especiales, avanzadísimos para la época, contribuyeron a que las películas fueran memorablemente espectaculares: el eslógan publicitario para el estreno de la película fue: USTED CREERÁ QUE UN HOMBRE PUEDE VOLAR... ¡Y tenían razón!. Un paso más hacia la perfección. Aún habría otro más, la guinda perfecta del pastel. La BSO.
La maravillosa BSO de John Williams para Superman, obra maestra de este insuperable Maestro de la Música y Mago del Sentimiento. Una de las más bellas obras musicales jamás creadas para el cine, que resuena épica y susurra íntima al mismo tiempo.
La Banda Sonora Original. La música que acompaña a la historia y a la acción. La mitad de la experiencia cinematográfica (a veces incluso más). La música es una parte fundamental en la forma de contar una historia en el cine. Una mala banda sonora en una película, sea ésta buena o mala. Pasa desapercibida y se olvida con facilidad. Una buena banda sonora en una película mala, hace salir de la sala al acabar la función con la sensación de que, por lo menos, algo en la película ha merecido la pena, aunque no fuera la historia.
Pero... una buena Banda Sonora... o una excelente o muy inspirada, acompañando a una buena, o mejor aún a una excelente película... Eso hace la experiencia extraordinaria e inolvidable. La versión cinematográfica de Superman, como regalo del cielo para los afortunados amantes tanto del cine como del personaje (y si son las dos a la vez, mejor que mejor), no pudo tener mejor suerte con la música. Richard Donner contó con la ocasión, como le sucedió a George Lucas primero con Star Wars y posteriormente con Indiana Jones, con algo que... sencillamente, no puedo expresar más que de esta forma: Las películas de Superman contaron, para fortuna nuestra y de la Historia del Cine... con el Maestro John Williams en Estado de Gracia.
Así de sencillo. Una banda sonora MARAVILLOSA de principio a fin, épica, heroica, espectacular en los momentos de acción y aventura (que abundan y son memorables), capaz de elevar los espíritus a lo más alto mejor que el más inspirado de los himnos de resurrección. Y al mismo tiempo íntima, melodiosa y discreta, sonando como un dulce secreto de amante susurrado dulcemente al oído, para los momentos de romance (que son igualmente numerosos e inolvidables). Sencillamente, perfecta. En una época en que la música clásica quedaba ya muy atrás en los gustos de un público gustoso de los ritmos de rock y la música disco... el genial John Williams consiguió, en dos años consecutivos, con ésta y aquella otra preciosa Obra Maestra que resonaba Hace Mucho Tiempo, en una Galaxia Muy, Muy Lejana, que el público volviera a disfrutar extasiado con la música de las grandes orquestas. ¡Estamos de pie y aplaudiendo, Maestro!. (Y algunos llorando en un momento u otro).
Todos los elementos hasta ahora comentados, sabiamente mezclados como lo fueron por el genio de Richard Donner, habrían dado lugar a una adaptación magnífica. Y de hecho así fue. Pero el éxito fue aún más allá. La adaptación al cine de Superman no resultó sólo magnífica... fue algo memorable, y desde el primer instante, inolvidable. Y todo ello por un solo motivo…
CHRISTOPHER REEVE
El magnífico, el entrañable, el inolvidable y recordado Christopher Reeve, este actor perfectamente desconocido que fue elegido para la difícil, la titánica tarea de encarnar en la gran pantalla al ideal del héroe: interpretar a Superman. Dar vida al Mito. Se necesitaba un actor que reuniera a la vez la imponente presencia física del musculoso y superpoderoso Hombre de Acero... y que a la vez fuera creíble como el dulce, inocente, tímido y apocado Clark Kent, con simpatía, naturalidad y sin contradicciones.
Y todo ello sin olvidar nunca que, para que la adaptación fuera perfecta, el actor elegido debia ser capaz de todo lo dicho, y al mismo tiempo inspirar en la pantalla todas y cada una de las cualidades que ya hemos comentado que representan la verdadera esencia de Superman: nobleza, decencia, honestidad... Así llegó Christopher Reeve, con ese aspecto del novio que todas las madres de América querrían para sus hijas. Vino, vió y venció. Así de sencillo. Nadie vio a Cristopher Reeve en estas películas. No apareció en ellas. Sólo estaban Clark Kent y Superman.
Christopher Reeve medía 1,92 metros y su verdadero color de cabello era rubio. Durante su adolescencia tuvo problemas musculares debido a su altura, padeció asma y en ciertas épocas de su vida tuvo alopecia. Durante el rodaje de Superman, conoció a la ex-modelo y publicista británica Gae Exton con quien convivió durante una década y tuvo dos hijos, Matthew y Alexandra. Tras separarse de Exton, en 1987, Reeve conoció en el festival de teatro de Williamstown a Dana Morosni Reeve, una actriz y cantante de quien se enamoró y con quien contrajo matrimonio en 1992. De dicha unión, nació su tercer hijo, Will.
Siendo una persona bastante accesible, mantuvo una gran amistad durante toda su vida con el también actor Robin Williams, quien fue compañero de estudios en Julliard y quien cubrió sus cuentas médicas tras el accidente. También mantuvo cordiales relaciones con su compañera de rodaje en Superman, la actriz Margot Kidder, el director Richard Donner y su co estrella de Somewhere in Time, Jane Seymour, quién bautizó a uno de sus hijos Christopher en homenaje al actor. También mantenía una estrecha relación de amistad con Gene Hackman, su también compañero de rodaje en la saga de Superman.
Christopher Reeve, el filántropo y activista... y el héroe que NUNCA se rindió
Christopher Reeve fue un activista durante toda su vida. Al hacerse famoso apoyó las Olimpiadas Especiales y visitaba niños y personas en enfermedades terminales cuyo último deseo era verlo en persona. En 1987, viajó a Chile por invitación del escritor Ariel Dorfman para liderar protestas por los abusos del régimen de Augusto Pinochet contra escritores, sindicalistas y artistas que se oponían al gobierno. En 1989 se unió a otros artistas como Susan Sarandon, Glenn Close, Alec Baldwin y Ron Silver para fundar Coalición Creativa, un grupo de artistas que ayudaban a los menos favorecidos e impulsaban labores culturales y ecológicas. Como vice presidente del grupo, en 1993, ayudó a descontaminar una playa californiana bajo el auspicio del entonces vice presidente de los Estados Unidos, Al Gore.
La vida de Christopher Reeve cambió para siempre el 22 de mayo de 1995, cuando en una competición hípica en Culpepper, Virginia, cayó de su caballo al no poder superar un obstáculo, fracturándose las dos primeras vértebras cervicales. Tras ser sometido a una peligrosa operación, solo pudo recuperar la movilidad de los dedos de su mano izquierda, que consiguó articular con mucho esfuerzo, colaboró con entusiasmo desmesurado con asociaciones como la Unesco, para luchar por causas similares a la suya. También asistía al senado de su estado para intentar que éste permitiera trabajar con células madre embrionarias a los investigadores para intentar conseguir el mayor deseo de Reeve, volver a andar. Se convirtió en un orador motivacional y creó la Christopher and Dana Reeve Paralysis Foundation donde además de luchar por el desarrollo de la investigación de la cura de enfermedades usando células madre, busca apoyar a quienes han quedado parapléjicos como el, ya sea por causas naturales o en accidentes.
En 2003 y 2004, tuvo varias infecciones serias; recuperándose de tres y al final otra le fue fatal. En octubre de 2004, estaba siendo tratado por un problema de presión, y que estaba causando sepsis. El 9 de octubre, Reeve se sintió bien y estuvo con su hijo Will. Esa noche, tuvo un ataque cardiaco después de recibir un antibiótico para la infección. Entra en coma y es llevado al Hospital North Westchester en Mount Kisco, Nueva York. Dieciocho horas después, el domingo 10 de octubre de 2004, fallece a los 52 años. Su doctor, John McDonald, cree que fue una reacción adversa al antibiótico que le causa su deceso. Un servicio conmemorativo para él se celebró en la Iglesia Unitaria en Westport, Connecticut, donde él y su esposa habían asistido.
Nunca te rendiste... tu cuerpo te falló, pero tu espíritu siempre voló en lo más alto. En el cine, con el traje y los efectos nos hiciste creer que un hombre puede volar.
En el cine diste vida a Superman En la vida, nos demostraste lo que la voluntad de un gran hombre puede lograr.
En la vida ¡ TU FUISTE SUPERMAN !
¡¡ SIEMPRE TE RECORDAREMOS !!
Finalmente, cuando casi parecería que ya hemos dicho todo sobre Superman (y la verdad es que en esencia es así), vamos y nos acordamos de que habíamos venido aquí a hablar de películas. Pues venga: recordemos cuáles fueron las películas originales de Superman, cuando lo importante era creerte a tu héroe y emocionarte con sus valores y sus aventuras, y no tanto competir con qué editorial está teniendo más éxito en el cine con sus personajes… ¡Que hemos venido aquí a divertirnos leñe, que esto es el cine y no una junta de accionistas! Vamos a ello…
1.- SUPERMAN: LA PELÍCULA (1978)
En una galaxia muy alejada de nuestro sistema solar vive una avanzada y milenaria civilización en el planeta Krypton. Ante la amenaza de la destrucción del planeta, el científico Jor-El (Marlon Brando) introduce a su único hijo Kal-El en una nave que lo conduce a salvo hasta la Tierra. Adoptado por la familia Kent, Jonathan (Glenn Ford) y Martha (Phyllis Thaxter), el bebé crece bajo el nombre de Clark educándose en la vida tranquila de una sencilla familia granjera, dando muestras de una fuerza extraordinaria y poderes sobrehumanos. Años más tarde se traslada a la gran ciudad de Metrópolis, donde empieza a trabajar como el periodista Clark Kent (Christopher Reeve), junto con la bella reportera Lois Lane (Margot Kidder), ocultando su identidad de Superman, el cual usará sus poderes para defender a la gente de la tierra contra cualquier amenaza... como los malvados planes del genio criminal Lex Luthor (Gene Hackman). Famosa adaptación del cómic sobre el más popular de los superhéroes. Un gran reparto y una entretenida historia para un clásico del cine que gusta a niños y mayores.
Superman: La Película Fue la primera adaptación al cine de Superman, en 1978, con un éxito impresionante que le ha reservado un hueco en la historia del cine. Admirablemente fiel al "canon oficial" establecido en los cómics, en esta película se narra el origen de Superman, con una preciosa introducción en el Planeta Krypton mediante una memorable interpretación (como acostumbraba) del gran Marlon Brando. La preciosa relación entre Superman/Clark Kent y Lois Lane se traslada impecablemente a la pantalla gracias a la maravillosa química entre los dos actores, Christopher Reeve y Margot Kidder. Y la encarnación del malvado pero carismático villano Lex Luthor por el genial Gene Hackman es, sencillamente, de antología. Una aventura emocionante, de vibrante acción y precioso romance por igual, llena de magia y fantasía.
2.- SUPERMAN - EDICIÓN ESPECIAL VERSIÓN EXTENDIDA (2000)
En una galaxia muy alejada de nuestro sistema solar vive una avanzada y milenaria civilización en el planeta Krypton. Ante la amenaza de la destrucción del planeta, el científico Jor-El (Marlon Brando) introduce a su único hijo Kal-El en una nave que lo conduce a salvo hasta la Tierra. Adoptado por la familia Kent, el bebé crece bajo el nombre de Clark educándose en la vida tranquila de una sencilla familia granjera, dando muestra de una fuerza extraordinaria y poderes sobrehumanos. Años más tarde se traslada a la gran ciudad de Metrópolis, donde empieza a trabajar como el periodista Clark Kent (Christopher Reeve), junto con la bella reportera Lois Lane (Margot Kidder), ocultando su verdadera identidad de Superman, el cual usará sus poderes para defender a la gente de la tierra contra cualquier amenaza, especialmente de los malvados planes del genio criminal Lex Luther (Gene Hackman). Famosa adaptación del cómic sobre el más popular de los superhéroes. Un gran reparto y una entretenida historia para un clásico del cine que gusta a niños y mayores.
Esta nueva edición, muy posterior al estreno de la original, es una versión extendida de la primera adaptación al cine de Superman, admirablemente fiel a los cómics, en la que se narra el origen de Superman, con una preciosa introducción en el Planeta Krypton con una memorable aparición de Marlon Brando. Christopher Reeve y Margot Kidder aportan, con su inmejorable química, una gran interpretación de la preciosa relación ambigua entre Superman/Clark Kent y Lois Lane, y Gene Hackman se luce con un malvado Lex Luthor de antología.
Esta versión extendida nos regala dos nuevas escenas que, en mi opinión, añaden gran interés a la película. La primera, preciosa escena de gran emotividad consiste en una larga conversación de Superman con el recuerdo grabado de su padre, Jor-El. La segunda, más avanzada la película, es una divertida escena de acción que nos regala con unos emocionantes minutos de Superman esquivando una serie de trampas letales en la guarida de Lex Luthor.
Como advertencia, mencionar finalmente que esta nueva versión fue doblada de nuevo, y las nuevas voces, especialmente la que dobla a Christopher Reeve, pueden muy bien "descolocar", casi incomodar por momentos, a quienes como yo tanto amamos estas películas y las hemos oído decenas de veces en su doblaje original. De todas formas es un detalle menor que, aunque pueda ser ligeramente molesto, no estropea lo que sigue siendo una aventura emocionante, de vibrante acción y precioso romance por igual, llena de fantasía.
3.- SUPERMAN II - LA AVENTURA CONTINÚA (1980)
Tres criminales con superpoderes del Planeta Krypton (Terence Stamp, Sarah Douglas y Jack OHalloran) se fugan de la cárcel de la Zona Fantasma y planean esclavizar a la tierra, justo cuando Superman (Christopher Reeve) decide mostrar su lado más romántico a Lois Lane (Margot Kidder). Gene Hackman (Lex Luthor) vuelve a interpretar de forma magistral su papel de la primera película. Con un reparto de lujo, una ingeniosa dirección de Richard Lester y unos efectos visuales espectaculares que deleitan, ¡Superman II es una aventura única!
Superman IIcontinúa de forma maravillosa y memorable las aventuras de Superman, tomando acontecimientos clave de la primera e inmejorable película: de hecho, Richard Donner concibió en principio ambas partes como una sola gran historia, pero desavenencias con la productora provocaron su sustitución por Richard Lester, que acabó dirigiendo esta Superman IIde una forma muy distinta a la prevista inicialmente, dando de todas formas como resultado esta estupenda segunda entrega. Tomando la estructura de la primera entrega, y partiendo ya con la mejor acción desde el principio puesto que ya no es necesario volver a presentar a los personajes, la filosofía de esta genial película es... más y mejor.
- ¿Que en la primera película tenemos a un Kryptoniano superpoderoso dedicado a ayudar a la humanidad? ¡Pues ahora tenemos a tres más… ¡Y vienen para dar guerra!. Tres enemigos declarados de Jor-El (el padre de nuestro héroe) y de toda su descendencia, que llegan a la tierra con planes de conquista. ¡Y tienen los mismo poderes que Superman!. La emoción está servida.
- ¿Que en Superman hay un bonito inicio de romance entre Superman y Lois? ¡Pues vamos a llegar hasta el final! ¡Que se abran los corazones y se descubran los secretos!. Y ello además, provocará que nuestro Superman, para honrar y corresponder al amor descubierto, quiera... ¡No hombre, que desvelamos todas las sorpresas!. Es mejor verlo, y emocionarse.
Una batalla épica entre bien y mal. Una historia de amor imposible que sabe superar todas las barreras. ¡Y Lex Luthor entre medias, por supuesto!.
Los ingredientes son inmejorables, y la mezcla resulta sencillamente inolvidable por el buen hacer de este otro gran director, Richard Lester (creador de mi siempre querida trilogía de Los Mosqueteros, con Richard Chamberlain, Raquel Welch, Charlton Heston, Michae York, Christopher Lee... ¡uf! me emociono). Un clásico a la altura tanto del maravilloso personaje, como de la extraordinaria película que la precedió.
4.- SUPERMAN II - EL MONTAJE DE RICHARD DONNER (2006)
El director Richard Donner empezó a rodar su visión de Superman II mientras se filmaba simultáneamente Superman I. Por primera vez, su visión única aparece en el filme con un comienzo de la película y una resolución totalmente nuevos. Jor-El (Marlon Brando en unas secuencias encontradas recientemente) aparece en las escenas principales profundizando en la relación entre padre e hijo. Lois Lane (Margot Kidder) trama planes nunca vistos para desenmascarar a Clark Kent (Christopher Reeve) como Superman. Con tantos cambios, tanto en el argumento como en los detalles, esta versión es una experiencia alternativa que le abrirá los ojos.
El Montaje de Richard Donner es la continuación directa de las aventuras de Superman tan magistralmente iniciadas en la película de 1978... tal y como el director original, Richard Donner, tuvo en mente desde el principio. Aun a pesar de que la magnífica Superman II dirigida finalmente por Richard Lester es una impecable y extraordinaria película de aventuras y ficción que le hace perfecta justicia a la saga (y probablemente mi favorita)... nada tiene que ver con ésta. Donner pretendía rodar Superman y Superman II al mismo tiempo porque las consideraba una misma gran película dividida en dos partes. Pero por por cuestiones técnicas y de presupuesto, sinceramente absurdas a la luz del formidable éxito de la primera parte, los productores despidieron a Donner y contrataron a Richard Lester para que se ocupara de Superman II. Casi todo el material rodado por Donner fue desechado o rodado de nuevo (sólo se salvaron algunas escenas del Daily Planet). Donner, totalmente desilusionado, se olvidó de una película que poco o nada tenía que ver con la que él había imaginado. Tras varios años de demostrado interés por parte de los fans, por fin tenemos disponible esta histórica versión ideada por Richard Donner, especialmente para esta colección.
En este montaje Donner sigue manteniendo la estructura básica del Superman II de Lester, aunque con muy notables diferencias: Se han suprimiendo diez minutos del metraje, se ha cambiado radicalmente el sentido de algunas escenas, e introducido otras completamente inéditas (espectacular cómo Lois Lane descubre el secreto de Clark Kent... por no hablar del final). Donde en las escenas de la Fortaleza de la Soledad del Superman II de Lester aparecían varios Kryptonianos anónimos, Donner recupera en ésta su versión original todas las apariciones, siempre memorables, de Marlon Brando.
Ambas versiones memorables y magníficas. La estrenada de Richard Lester, inolvidable para todos quienes disfrutamos con ella desde su estreno. Esta de Richard Donner, un tesoro perdido recuperado por fin, ahora y para siempre, para la Historia del Cine y para todos nosotros. Eso sí, en perfecto inglés subtitulado: esta versión se lanzó directamente en DVD en la magnífica edición recopilatoria de toda la saga de Superman, sin pasar por las salas de cine, y no se invirtió en su doblaje.
5.- SUPERMAN III (1983)
Gus Gorman (Richard Pryor) en un ingenuo programador informático con un malévolo plan para enriquecerse. Para él, el teclado es un arma y como consecuencia de ello, la vida de Superman se verá amenazada por la microelectrónica. Christopher Reeve interpreta de nuevo el papel de Superman que ha hecho tan suyo, profundizando en el lado humano de su personaje cuando Clark Kent se encuentra a Lana Lang (Annette OToole) en una reunión del Instituto en Smallville. Y cuando el propio Hombre de Acero se convierte en su peor enemigo después de estar expuesto a la Kriptonita, Reeve interpreta a los dos personajes con una habilidad asombrosa. En Superman III Abundan los sentimientos, el humor y el heroísmo.
Superman IIISupone un cambio más que considerable, en muchos aspectos, en la trayectoria de esta estupenda saga. Vaya por delante que no alcanza, ni de lejos, el nivel de excelencia de las dos inolvidables películas que la preceden. Pero eso no implica que nos encontremos ante una mala película, ni mucho menos: se trata de una continuación bastante digna, que no desmerece a su protagonista y entretiene como la que más. ¡Y vaya si entretiene! Puesto que la principal característica de esta Superman III y que tanto la diferencia de las anteriores, es su humor: ¡Esta película es un alegre entretenimiento de principio a fin!. Basta con ver los cinco primeros minutos de la función: imaginemos a Benny Hill con superpoderes...
Efectivamente, esta tercera entrega de las aventuras del Hombre de Acero prescinde del tono épico a que nos tenían acostumbrados, y opta por ofrecernos dos horas de sencilla y sana diversión, en la que seguiremos disfrutando, como no podían faltar por supuesto, de las heoricas acciones de Superman en escenas espectaculares de titánica lucha contra el mal y lucimiento de superpoderes... pero siempre con humor.
Y la estrella de la función no siempre es nuestro admirado héroe de mallas azules y flequillo entrañable, no... hoy viene un secundario a hacerse querer. Porque otra de las cosas que va a hacer que recordemos siempre esta película, si no con la admiración de las dos primeras desde luego con gran cariño (a mí me encanta), es... Richard Pryor. Sí señores, este inolvidable y entrañable cómico interpreta en esta Superman III a un encantador vividor con más simpatía que fortuna, que por las veleidades del destino (en forma de guionistas) va a verse convertido (muy a su pesar) en parte artífice del casi probable éxito de otro plan para acabar con Superman. Y esta vez no de parte de Lex Luthor, lo que es otro gran cambio respecto a las películas anteriores: esta vez el carismático villano está de "vacaciones forzadas", y un competente Robert Vaughn viene a ocupar su lugar.
Esta vez la amenaza proviene de las máquinas, la tecnología y las computadoras: un tema rabiosamente de moda en esos años a finales de los 80: entrañables e inolvidables películas como Juegos de Guerra, Sueños Eléctricos, Cortocircuitoo D.A.R.Y.L., por ejemplo. Mención aparte merece también la aparición de una guapísima Annette OToole como el antiguo amor no correspondido del joven Clark Kent; Lana Lang (las pelirrojas son mi debilidad, lo reconozco).
Añádase al cóctel unas impagables secuencias Superman / Clark Kent enfrentándose... ¡Consigo mismo! dando lugar a consecuencias tan curiosas que es preferible no adelantar aquí... y obtenemos, como dije al principio, una película no memorable, pero desde luego entrañable e imprescindible para hacer completa la experiencia de Superman. Y yo siempre reconozco sin complejos que me encanta cada vez que surge la conversación.
6.- SUPERMAN IV: EN BUSCA DE LA PAZ (1987)
Christopher Reeve no sólo se puso la capa del héroe por cuarta vez, sino que también contribuyó a desarrollar el provocativo tema de la película: el desarme nuclear. Para proteger al mundo de los comerciantes de armas nucleares, Lex Luthor (Gene Hackman) crea un nuevo ser que se enfrentará al Hombre de Acero: el Hombre Nuclear cargado de radiación (Mark Pillow). Los dos enemigos se enfrentarán en un explosivo espectáculo en el que Superman salva la Estatua de la Libertad, impide la erupción volcánica del monte Etna y reconstruye la destruida Gran Muralla China. ¡Si buscabas emociones, las encontrarás en esta película!
Superman IVes la última de las aventuras cinematográficas de Superman protagonizadas por el malogrado (JAMÁS fracasado), entrañable y simplemente inolvidable Christopher Reeve. Y es una lástima que no pueda decir aquí que es el broche de oro que cierra la saga, porque... sinceramente, aunque tienda tal vez a exagerar las virtudes de la películas que me gustan, nunca miento en estas cosas. Y con la verdad por delante, esta película es, en pocas palabras... "mala de solemnidad". Así de sencillo.
Sigue aquí el querido Christopher Reeve, y cumple: sigue siendo Superman. Gene Hackman no puede reprimir el genio cinematográfico que tiene ni aunque le pagaran por ello, y sigue dándonos un Lex Luthor memorable. Pero por lo demás, la película falla por todos lados; consecuencia de ser una producción barata de la Cannon Films, productora que nos dio grandes dosis de entretenimiento fácil (pero no por ello menos agradecido) en los cines de los ’80, pero aquí demostraron que la superproducción les quedaba grande… aparte de que, acostumbrados a la espectacularidad de las anteriores, el escaso presupuesto de esta cuarta parte hizo resentirse mucho ese aspecto.
No me entretendré mucho más en el comentario porque tampoco hay mucho más que decir: baste adelantar que la trama se centra en la paranoia nuclear de los 80, y que aparece un nuevo ser superpoderoso, esta vez creado artificialmente y salido del genio criminal y científico de Lex Luthor, con el único propósito como no podía ser menos de acabar con Superman. Y esta vez casi lo consiguen. No Luthor, sino los productores y guionistas. La ínfima calidad cinematográfica de esta cuarta entrega (aunque como entretenimiento sea pasable) retrasó la posibilidad de una nueva entrega durante varios años, y el posterior y desgraciado accidente de Christopher Reeve hizo ya imposible la idea de un nuevo Superman encarnado por este actor y ser humano irrepetible, que parecía haber nacido para este personaje.
Esta cuarta y última película del Superman de Christopher Reeve no pasará desde luego a la historia del cine, pero es parte integrante de esta maravillosa saga, los actores y personajes que tanto nos han emocionado siguen estando ahí incluyendo el regreso de Gene Hackman como Lex Luthor (ausente en Superman III), y esos son ya motivos suficientes para conservarla junto con sus maravillosas compañeras: las ovejas negras también son parte de la familia y hay que quererlas...
Y hasta aquí llega la historia del primer e irrepetible Superman cinematográfico, encarnado por el inolvidable Christopher Reeve. Espero que hayan disfrutado conmigo del viaje, y recuerden limpiarse los dedos antes de secarse disimuladamente las lagrimillas que puedan haber caído: que la sal de las palomitas escuece.
Por @JoGonBa