El comandante del portaaviones estadounidense, el USS Theodore Roosevelt , pidió autorización para evacuar mientras el virus se propagaba por la tripulación.Un oficial superior a bordo del barco informó que entre 150 y 200 (de aproximadamente 4.000) marineros habían dado positivo. Pero la solicitud de evacuación fue rechazada por el Secretario de Estado de Defensa de los Estados Unidos, Mark Esper, quien consideró que la situación no era aún suficientemente grave.
La disponibilidad de pruebas de inmunidad al Covid-19virus, como expliqué en mi artículo para The Geopolitics el 27 de marzo, habría proporcionado una manera de resolver el dilema. En lugar de utilizar las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para averiguar qué marineros dieron positivo y tenían el virus, todos los marineros deberían haber recibido una prueba serológica para identificar cuáles de ellos son inmunes y por lo tanto necesariamente negativos para una prueba de PCR, que no sería necesaria entonces. Aquellos con inmunidad permanecerían a bordo y el resto, sin los anticuerpos en su sangre para proporcionar inmunidad, serían evacuados.Aquellos que no tienen ni el virus ni los anticuerpos se considerarían normalmente vulnerables. Pero pueden permanecer a bordo porque no corren el riesgo de ser contaminados por los que tienen inmunidad. Sólo los infectados serían desembarcados. La misión naval habría podido continuar, aunque con menos personal, con la salud de toda la tripulación protegida.
Desde la publicación, el 27 de marzo, de mi artículo “Cómo evitar que COVID-19 paralice la economía mundial”, en el que propongo el uso de pruebas serológicas para elegir qué partes de la población saldrán primero del confinamiento y se les permitirá volver a trabajar con seguridad, ha habido una corriente de anuncios gubernamentales que se corresponden con este enfoque.
Luxemburgo, el 30 de marzo, se convirtió en el primer país en adoptar la propuesta sobre pruebas serológicas. El país espera la entrega de las pruebas la próxima semana, y utilizará los resultados para ayudar a determinar su estrategia para salir del encierro.Alemania siguió el ejemplo el 31 de marzo. El país planea emitir “certificados de inmunidad” para el Covid-19virus que permitirán a los portadores reiniciar el trabajo.También el 31 de marzo Holanda anunció que haría lo mismo, y planea hacer pruebas a 29.000 personas por día para permitir que aquellos con inmunidad vuelvan a trabajar.
En los EE.UU., los laboratorios y las empresas médicas están tratando de acelerar la producción de pruebas serológicas. La Administración de Alimentos y Drogas ha relajado las reglas para permitir que estas pruebas procedan al mercado sin la completa revisión y aprobación de la agencia. Los reguladores en otros lugares deben hacer lo que puedan responsablemente para permitir que las pruebas se utilicen rápidamente a escala.
Mi propuesta ha recibido el apoyo de Lord Alderdice, un médico clínico y académico de la Cámara de los Lores del Reino Unido, que la describió como una contribución “muy útil” y “muy valiosa”. En su respuesta a mi artículo, Lord Alderdice subrayó que una vacuna que ha sido probada y aprobada para su uso está todavía a meses de distancia. Mientras tanto, dice, las pruebas de PCR para el Covid-19virus, ampliamente disponibles, no son completamente fiables, mientras que las pruebas serológicas son fiables pero aún no están extendidas.
La conclusión es clara: se necesitan urgentemente pruebas serológicas masivas. Esto nos dará las dos piezas esenciales de información sobre la salud de cada individuo en el contexto de la pandemia de COVID-19: la presencia o no de Covid-19virus en su cuerpo, y su estado inmunológico.
Instrumento contundente
El confinamiento es un instrumento contundente y sus impactos son caros y difíciles de manejar.El aumento de la violencia doméstica y de los trastornos mentales que ya se observan en las familias confinadas en muchos países es un peligro evidente que la propuesta puede ayudar a evitar.La alternativa es el empeoramiento de la parálisis mundial que planteará amenazas impredecibles a las estructuras económicas, militares y gubernamentales básicas.Los países que no lleven a cabo pruebas de inmunidad dispararán en la oscuridad mientras equilibran los riesgos para sus economías de prolongar los cierres con los peligros para la población de ponerles fin.
En los países muy pobres con tugurios y barrios marginales, el distanciamiento social es imposible. En esos contextos superpoblados, las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), capaces de detectar la presencia de Covid-19virus, no harán nada por sí mismas para permitir el aislamiento o evitar un mayor contagio. Simplemente esperar a que se desarrolle la inmunidad colectiva -como Boris Johnson quiso hacer inicialmente en el Reino Unido- significa pagar un alto precio humano. Se puede ahorrar tiempo y valiosos recursos humanos identificando a los que ya tienen inmunidad. Aquellos que son inmunes pueden volver a trabajar para mantener a sus familias sin representar un peligro para ellos o para nadie más.
Las pruebas serológicas, por supuesto, deberán utilizarse con precaución, añadiendo los retrasos apropiados antes de que una persona pueda regresar a la comunidad. Expertos como el Dr. Timothy Brewer, profesor de epidemiología de la Escuela de Salud Pública de UCLA Fielding, han dicho que el sistema inmunológico del cuerpo tarda en generar anticuerpos, por lo que es posible que se produzcan falsos negativos al principio del curso de la infección.Y no se puede descartar que haya más mutaciones del Covid-19virus, que podrían permitirle superar los anticuerpos.
Lo que sabemos y podemos medir actualmente apunta a la conclusión de que si hay que elegir entre la PCR y las pruebas serológicas, estas últimas deben tener prioridad.El cambio en la respuesta de algunos gobiernos es alentador, ya que demuestra que las dimensiones de salud pública y económica de la pandemia pueden abordarse simultáneamente, si se utilizan las pruebas adecuadas a una escala suficiente.Otros países deben seguir el ejemplo si se quiere reducir al mínimo el impacto de la pandemia en la economía mundial.
Lo que se necesita ahora es la visión para identificar las necesidades inmediatas y futuras, y la voluntad política para satisfacerlas.El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha empezado diciendo a General Electric y Ford que conviertan parte de su capacidad de producir ventiladores para tratar casos de Covid-19virus.La redistribución debe ir mucho más allá: la capacidad industrial mundial debe ser redistribuida para permitir pruebas serológicas masivas. Millones de vidas humanas están en juego, así como el futuro de la economía mundial.
Los puntos de vista y opiniones expresados en este artículo son los del autor.
Fuente: este post proviene de geopolitico, donde puedes consultar el contenido original.
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