Mi idea es mirar al otro lado de la pandemia, es decir, a las personas que -más a menudo sin darse cuenta- no son, o ya no serán, vulnerables a COVID-19. Estas personas están inmunizadas, o pronto lo estarán, en general sin saberlo. El número de estas personas aumentará muy rápidamente, incluso en ausencia de una vacuna.
La idea es identificar esta población a través de una prueba serológica que detecta anticuerpos. Esto es diferente de una prueba para el Covid-19virus en sí. Aquellos que han desarrollado inmunidad, como se refleja en sus anticuerpos, volverían inmediatamente a trabajar, sin peligro para ellos mismos o para el resto de la población. Desde un punto de vista estratégico, este enfoque permitiría estabilizar, restablecer y consolidar las estructuras de mando y los grupos operativos interrumpidos en todos los sectores. Un ejemplo de ello sería el de los trabajadores sanitarios más expuestos en los entornos hospitalarios.
Actualmente hay dos tipos de pruebas para COVID-19.El primer tipo son las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) que se realizan tomando muestras del tracto respiratorio superior. Dado que se basan en la amplificación del material genético del Covid-19virus, permiten detectar su presencia, pero no proporcionan ninguna otra información.
El segundo tipo son las pruebas serológicas que requieren una muestra de sangre.Además de mostrar si el virus está presente, este tipo de prueba puede mostrar la presencia de anticuerpos entre las personas que han estado en contacto con el Covid-19virus, pero que han logrado eliminarlo a través de su sistema inmunológico. Las personas con estos anticuerpos se consideran “inmunizadas”.
Es necesario identificar a esta población inmunizada porque representa una fuerza de trabajo que puede ser liberada inmediatamente del confinamiento y volver a trabajar. Esta población llegará a constituir la mayoría porque es el resultado de tres procesos diferentes que conducen a tres grupos de personas inmunizadas (véase el diagrama a continuación):
Grupo 1: Personas que han o podrían haber dado inicialmente un resultado negativo para el Covid-19virus (prácticamente todos al principio).Desde entonces han estado en contacto con el virus pero han podido superarlo espontáneamente, la mayoría de las veces sin saberlo. Estas personas continuarán dando negativo en las pruebas de Covid-19virus porque han desarrollado anticuerpos para eliminar el virus y evitar que reaparezca, al menos durante un cierto período, disfrutando así de lo que se denomina “inmunidad de grupo”.Este es probablemente el grupo más grande de la población inmune.
Grupo 2 : Personas que han dado inicialmente positivo para el Covid-19virus. Pero no han desarrollado ningún síntoma y finalmente han podido deshacerse del virus sin saberlo, gracias a la fuerza de su sistema inmunológico. Este grupo es muy similar al primero, excepto que una vez han dado positivo en el test de Covid-19virus.
Grupo 3 : Personas que también han dado inicialmente positivo en el test de Covid-19virus, pero que son más vulnerables que el grupo precedente. Estas personas han presentado síntomas que pueden haber requerido hospitalización pero que se cuentan en las estadísticas como “curados”.
Sé que la producción de estos dos tipos de pruebas – PCR y serológicas – está actualmente muy lejos de poder satisfacer las necesidades declaradas, que ya son colosales. La necesidad es la madre de la invención. El complejo industrial mundial puede adaptarse y reorientarse para satisfacer la demanda actual y potencial. Las pruebas serológicas permitirían establecer el estado inmunológico y darían a las personas la posibilidad de poner fin a su confinamiento y volver al trabajo, sin riesgo para ellas mismas ni para quienes las rodean.
Hay mucho en juego. Necesitamos urgentemente hacer frente a este desperdicio económico y a la aberración, por no hablar de la frustración humana, que representa actualmente el confinamiento de miles de millones de personas. Este confinamiento puede reducirse notablemente mediante la definición del estado inmunológico a través de pruebas serológicas, lo que tiene el potencial de salvar la economía mundial de una parálisis catastrófica con consecuencias inimaginables.
Dado lo que está en juego, el mundo debe utilizar ahora sus recursos para producir urgentemente la cantidad necesaria de pruebas médicas para COVID-19, antes de derrotarlo finalmente mediante el desarrollo de una vacuna.
Los puntos de vista y opiniones expresados en este artículo son los del autor y no reflejan necesariamente la política o posición oficial de La Geopolítica.
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