Uno de los paseos casi obligados cuando estás en Nápoli son las ruinas de Pompeya. Pompeya era una ciudad de la Antigua Roma que quedó atrapada, población incluida, por las cenizas del Vesubio, durante la erupción de dicho volcán en el año 79 d.C. Yo no les voy a dar muchísima información histórica porque para eso está Google, pero les voy a contar un poco sobre el paseo y mi experiencia.
Nos tomamos el tren desde Nápoli en dirección a Pompeya bien temprano. Para los que no saben, este es el mismo tren que te lleva a Salerno. De todas formas, ni sueñen en hacer ambos paseos en un día porque no les va a alcanzar el tiempo. El tren es muy barato y, para nuestra sorpresa, está en excelentes condiciones (no sé si es porque este tren es muy turístico o si todos son así).
En menos de una hora estábamos en la estación Pompeya. Ni bien bajamos, una persona ofrecía taxis compartidos por 3 euros por persona. Algunos preguntaron a qué distancia estaban las ruinas, y el hombre dijo que a 3 kilómetros. The bitch lie. Las ruinas no quedan ni a dos kilómetros de la estación. Hicimos el camino de vuelta a la tarde, para no esperar el taxi, y comprobamos que era bastante cerca, así que no paguen el taxi, a menos que estén muy apurados (apurados? Por hacer qué? Para llegar a dónde?)
Ni bien lleguen, van a tener que comprar entradas en la boletería, que ese día estaba bastante llena y el empleado, bastante lento. La entrada sale 12 euros y no incluye guía. Y acá va mi recomendación: no vayan sin guía. Si les interesa la historia, es mejor invertir en un guía y conocer bien a fondo; de otra forma, sólo van a tener la sensación de caminar en círculos por sus calles, sin saber a dónde ir. En la oficina de información te regalan un librito con descripciones de cada lugar, pero es tan grande que necesitas que alguien te diga para dónde ir y qué significa cada cosa. Esa es mi humilde opinión. Si no te interesa la historia, quizás este no sea el lugar para vos; si te interesa, gasta unos euros más y anda con un guía oficial del lugar. Otro beneficio de los guías es que te evitas la fila en la boletería.
Me sorprendió lo avanzada que estaba la civilización por esos tiempos. Vi lugares que parecían las ruinas de una cocina moderna, prostíbulos mejor organizados que muchos de los que existen en la actualidad, teatro, termas, todo increíblemente avanzado para la época. Uno a veces se hace a la idea de que todos andaban en taparrabos hasta que llegó María Antonieta, pero no.
Comer en Pompeya. Hasta donde yo vi, dentro de las ruinas hay un café en donde venden comida, bebida y helados, pero no esperen delicias culinarias, es para sacarse el hambre/la sed/el calor. Los precios son normales para estar en un lugar así. De más está recomendarles que lleven agua y alguna fruta.
Espero que les haya gustado! Si tienen alguna pregunta, pueden escribirme en Instagram o a nina@ohmybowl.eu
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