Los pequeños ríos son mi debilidad, esos reducidos espacios naturales donde se empiezan a configurar los ecosistemas fluviales y que unidos como afluentes van a convertirse en grades ríos tienen un encanto especial.
Son pequeños riachuelos que no figuran en los libros y que solo importan a sus ribereños. Pero algunos por su situación o influencia en la historia se convierten en protagonistas del lugar.
El río San Juan estaba ahí mucho antes que las explotaciones mineras devastaran la cuenca. Ha sido testigo de la riqueza que fomentó el carbón, del crecimiento poblacional y de la decadencia industrial. Ese río que ha sido testigo de espichas y fiestas, de sudor y negras lagrimas, hoy lucha en silencio para no morir ante la mirada indiferente de muchos. Territorio Pesca te invita a este viaje para recuperar hoy para siempre el respeto a este río.
El San Juan, se forma por la confluencia de los ríos Casar y Polio, que nacen en la cordillera de este nombre, baja salvando trincheras, bocaminas abandonadas, escapando de castilletes olvidados, sorteando el barrio de Rioturbio y después de atravesar todo Mieres vierte sus aguas en el río Caudal que a su vez es afluente del río más largo y caudaloso de Asturias, el Nalón. En el año 1943 se atasco el puente del ferrocarril de Baltasara y el río San Juan en su desbordamiento pintó de negro todo el barrio de Oñón y no con poco esfuerzo fueron evacuados todos sus vecinos.
El río San Juan podría estar muerto por el maltrato recibido, por los aluviones de islán o por las toneladas de carbón lavado, pero a pesar de todo eso sigue ahí, regalándonos a cada momento su vida y su frescor. Río arriba nos encontramos con la Senda Verde que a píe de río y entre fresnos, hayas y avellanos nos lleva hasta el área recreativa del Carbayón, que con mucho trabajo se construyo sobre una gran escombrera, cerca ya de la población de Santa Rosa. Estos seis kilómetros de paseo se llevaron a cabo allá por el años noventa sobre la antigua vía del tren que transportaba el carbón a Mieres.
Hace años, el río San Juan bajaba negro, hoy las aguas bajan claras.
Atendiendo a las reclamaciones del Ayuntamiento la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) ha desarrollando varias limpiezas del tramo del río San Juan que transcurre por Mieres. Estas actuaciones son necesarias debido a la gran acumulación de tierra y residuos que se amontonan en el tramo canalizado del río desde Rioturbio hasta su desembocadura.
También las repoblaciones llevadas a cabo por el Principado parece que resisten a los depredadores y que la prohibición de pescar, que muchos vecinos solicitaron, esta dando sus frutos.
Esperanza hay que este río, que es muy apreciado por los ciudadanos del concejo que habitan en sus proximidades y que utilizan estas zonas como lugar de esparcimiento y tránsito, se conserve en un estado limpio y saludable, donde puedan vivir peces, aves y demás pobladores de los ríos.
Sin río no hay nada, respetarlos, la basura no desaparece sola... muéstrale el camino echándola al contenedor.