Esta novela no es nueva. Fue escrita en 1985 por la escritora canadiense, y en numerosas ocasiones se intentó adaptarla al cine, teatro y ahora a la TV.
La narración del libro es espectacular, mientras Artwood juega con los flashbacks y de una forma perfectamente fluida va entrelazando ambas historias, revelando a lo largo de las páginas que es lo que en realidad sucedió con su protagonista.
Defred (ese es su nombre ahora) ha perdido su dinero, su hogar y a su familia. En medio de una crisis terrorista es obligada a pertenecer a las Criadas, quienes sólo valen por su capacidad de procreación. Si se rebela, o si no es capaz de concebir, lo que le espera es la muerte en ejecución pública o el destierro a unas Colonias en medio de residuos tóxicos.
Es una distopía oscura y terriblemente posible de lo que sería el resultado de la supresión de los derechos de las mujeres en medio de una dictadura puritana.
Indudablemente, nos hace pensar en el hoy, tanto para valorar lo que tenemos como para seguir uniéndonos por nuestros propios derechos.