Júlia Sardà
Querido diario:
Ya no sé cómo darle las gracias a la editorial BlackieBooks por hacerme llegar ejemplares tan bonitos como este.
Sinopsis:
Un día, de repente, a Franca no le apetece pintar, ni hacer collages. Ni siquiera le apetece leer No sabe lo que le pasa, pero tiene el presagio de que no encontrará la respuesta en casa.
Presiente que debe internarse en el bosque, y buscar a la misteriosa reina que se le aparece en sueños. Solo sabe que vive en una cueva. Y que quiere que sus hermanas, Carmela y Tomasina, la acompañen.
Juntas se alejan de su casa, y se internan en el bosque, colina abajo.
Deben tener cuidado. Tienen que ser silenciosas.
Se trata de una alegoría de la imaginación inagotable de los niños... y los que ya no somos tan niños. La creatividad se puede fomentar leyendo, dibujando y haciendo manualidades como le sucede a Franca, la protagonista, pero hay algo innato en las personitas que no debería desaparecer nunca: su inventiva, ese ingenio, es decir, la imaginación.
Las aventuras pueden estar a la vuelta de la esquina, es suficiente con mirar con los ojos de la imaginación y todo se volverá mágico. Así es este libro. Además debéis saber que viene ilustrado y con una presentación preciosa, no sé si se aprecia en la fotografía pero las ilustraciones de la cubierta tienen relieve. ¡Es una preciosidad!
No debemos olvidar nunca que hemos sido niños, no debemos subestimar las ansias de descubrimiento de los pequeños de la casa y por supuesto es nuestro deber y obligación fomentar ese instinto innato que tienen para ver el mundo de color, emoción y texturas. Donde un adulto ve un agujero, un niño distinguirá una cueva llena de maravillas, donde una persona mayor solo ve tierra, piedras o maleza, un grupo de niños conocerá criaturas extraordinarias que harán de su vida y de la nuestra un conjunto de sonrisas y aprendizajes que merece la pena cuidar.
Es una lectura rápida que podéis incluir en la rutina para ir a dormir, por favor, leed mucho con los niños, que no dejen de leer nunca. Hacedles preguntas sobre el texto, señalad las ilustraciones, dejad que los niños participen, incentivad la lectura desde la cuna, nunca es pronto para leer algo así de bonito a vuestros peques. Os lo agradecerán cuando sean mayores, porque habrán crecido pero sin olvidar esa imaginación que tan felices les hizo. Gracias por todo.