Los puntos buenos de la cinta son muchos pero no trascendentes como para considerarla un fenómeno en el universo de Star Wars. Vemos una cinta muy sobria, muy bien cuidada, todo esto dado que se le dio la oportunidad a Rian Johnson de ser director y guionista, que, apoyado de escritores de la novela gráfica y directivos de LucasFilm, nos entrega una historia llena de sorpresas, excelentes batallas espaciales, nuevas especies alienígenas y sin olvidar las icónicas batallas con sables de luz, además de no ser en lo absoluto predecible.
Lo más inesperado fue morir al “Villano principal” y si, estamos hablando del Líder Supremo Snoke, ver la aparición del maestro Yoda, contemplar escenas con la siempre bella Carrie Fisher, así como la jugada maestra de Luke en contra de Kylo Ren. Pero basta, no se trata de que les cuente toda la película.
Entrando de lleno a lo malo de la cinta, el principal fallo es lo poco que te explican la historia, como fan se agradece, pero la mayoría de la gente frunce el ceño y se pregunta: ¿qué rayos está pasando?.
Pero lo que no tiene perdón, es la repentina “muerte” de Luke, el mismo Mark Hamill creo no sabía que moriría en la cinta, cuando se enteró casi mata con la mirada al director Rian Johnson.
La verdad guardo la esperanza que aún no esté muerto, pero es poco probable, un personaje como Luke, con todo el peso que tiene en la saga, necesitaba una última batalla real en contra del ahora Líder Supremo Kylo y una muerte memorable que hiciera crecer emocionalmente a Rey, pero recordemos que a veces no siempre tenemos lo deseado.
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