Drácula. El origen
Título original: Dracul
Traductor: Julio Hermoso Oliveras
Editorial: Planeta
Páginas: 576
Encuadernación: Tapa dura con solapas
ISBN: 978-84-08-19515-3
Precio: 19,90 €
Sinopsis
Bram Stoker es un niño enfermizo que apenas sale de su casa.
Una noche, la fiebre que le asalta casi a diario lo lleva a las puertas de la muerte. Su niñera, Ellen Crone, echa a todo el mundo de la habitación del pequeño y lo salva por medios que nadie conoce. Tras este episodio Bram se recupera, y crece su fascinación por Ellen. Él y su hermana Matilda descubren cosas muy extrañas de la niñera y antes de que puedan hablar con ella, ésta desaparece de sus vidas… Obsesionado con ella, quince años más tarde los hermanos vuelven a reunirse para encontrarla y sus caminos se cruzan con el del Conde
Drácula...
Inspirada por notas y textos escritos por el propio Stoker, la precuela de Drácula revela no sólo el origen de Drácula y el de Bram Stoker, sino la historia de la enigmática mujer que les conecta.
Reseña
Una novela gótica y de terror digna de su secuela, Drácula.
Es muy llamativo que salga un libro precuela de un clásico de la literatura del terror. Y más que esté con la colaboración de familiares (Dacre Stoker, sobrino bisnieto de Bram Stoker). Pero quizás lo que primeramente me hizo darle una oportunidad a una novela de un género al que no soy muy aficionado es la maravillosa portada.
Pero bueno, vayamos a la novela. Irlanda, mediados del siglo XIX. Una terrible plaga acabó con gran parte de los cultivos de patata, dependiendo de ellos más de un tercio de la población, por lo que la hambruna asola el país insular. Y la familia Stoker, aunque bien posicionada, sufre también las consecuencias, algo que condicionará todo.
La historia, que utiliza la técnica de in medias res (en la mitad), comienza con un joven Bram Stoker de veintiún años encerrado en una habitación llena de espejos y cruces en la que se escuchan sonidos de los más espeluznantes. A partir de aquí, la historia tendrá como eje dos tramas argumentales: el pasado, donde se conocerá la infancia del escritor y los hechos que llevarán al mito de Drácula, y el presente (del protagonista, cuyos capítulos se llaman Ahora), donde se desarrollará el desenlace de la historia, en el que Bram, mientras pueda, intentará descubrir la verdad de Elle Crone, la niñera que lo salvó de la muerte cuando era pequeño, de quien está obsesionado por las cosas extrañas que averiguaron de pequeños Bram y Matilda, su hermana.
La narración es inicialmente bastante lenta, pausada, sobre todo por la estructura, a la que me costó algunas páginas adaptarme, todo sea dicho de paso. A medida que se lee se nota un aumento tanto del ritmo narrativo como del suspense hasta llegar a la vorágine de acontecimientos de los últimos capítulos. Y a esta mezcla se adereza con una atmósfera lúgubre y aciaga, tan tenebrosa en determinados momentos que se pone la piel de gallina y parece que se está viviendo ese horror. A veces el miedo del protagonista es palpable y es inevitable pensar qué haríamos en su situación.
La estructura de la novela es, a mi juicio, bastante compleja. Los capítulos saltan entre el presente de los protagonistas y el pasado de capítulos extraídos del cuaderno de notas de Bram, cartas de Matilda a la niñera, otros de las notas de Arminius Vámbéry (inspiración para creación de Val Helsing) y del diario de Thornley, el hermano de Bram. Todos estos personajes, junto a Dracul y Ellen, son los personajes principales, si bien Bram es el protagonista absoluto. De esta manera, el narrador en primera persona irá cambiando a medida que la historia avanza.
Y cabe destacar que tienen una personalidad muy definida, conociéndose a través de escritos, recuerdos, ambiciones e, incluso, acciones, por lo que la imagen que se puede obtener de todos los protagonistas es tan nítida que permite amarlos y/u odiarlos completamente. En mi opinión, es muy destacada la aportación de Matilda a la novela.
Fuente: http://estaciondelsiglo.net
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. Mi querida, mi dulce hermana, cuando nos viste en la lluvia la otra noche, cuando la viste beber de mi sangre y a mí beber de la suya... no fue sino una de tantas veces. A lo largo de los años me ha visitado en más ocasiones de las que soy capaz de contar. Es su sangre lo que mantiene a raya mi enfermedad.
La ambientación es otro elemento sumamente interesante, ya que los autores han logrado crear una serie de escenarios que ya con sus detalladas -y siniestras a veces- descripciones se siente un pequeño escalofrío en la espalda: castillos abadías en ruinas, cementerios, bosques... siempre de noche, potenciando el efecto de la ya magnífica atmósfera narrativa, poseyendo la novela un ambiente gótico que en nada debe envidiar al terror de las novelas clásicas.
Podría entrar más en la novela, tanto en la argumentación como los personajes, pero realmente un libro de terror debe mantener, a mi juicio, la mayor cantidad de datos escondidos para que el lector pueda disfrutar plenamente de la obra. Un libro de historia o, incluso, de fantasía, permite poder revelar más sin afectar al lector, pero el terror, el suspense y la novela negra en general sufren mucho con las reseñas excesivamente detalladas o que desvelen demasiados datos.
Con lo expuesto en esta reseña podéis saber de qué va el libro y qué estructura tiene, pero el cómo es la historia y cómo son los personajes queda a para que el lector se adentre en estas páginas para describirlo... Si puede salir de ellas.
La edición, como no podía ser de otra manera con Planeta, es una auténtica delicia. Ya no solo por la portada, sino también por el cuidado de la pasta, así como del mapa de Dublin de la época de Bram Stoker y los fragmentos originales del autor irlandés. Además, al final de la novela tiene algo que a mí personalmente me encanta encontrarme: las notas del autor. En este caso, se cuenta cómo se ha fraguado este libro, y datos sumamente interesantes, como que no haber atrapado a Jack el Destripador cuando se iba a publicar la novela provocó que el nombre cambiase y se quitase una parte.
Quizás la única pega que le pongo a la novela es que, si bien está ambientada en los años finales del siglo XIX, los diálogos y la forma de hablar de los personajes son, generalmente, de la actualidad, aunque tenga bastantes guiños a la época victoriana. Si bien he conseguido meterme de lleno en la historia, yo las disfruto más si cabe si las leo con un lenguaje y unas construcciones gramaticales lo más cercanas posibles a las épocas en las que se desarrollan los acontecimientos.
Como conclusión, una novela, por momentos, espeluznante, con un buen ritmo en general hasta explotar al final, y con una estructura compleja más que interesante. Una muy digna precuela de uno de los clásicos de la literatura de terror, y recomendada para todos aquellos a los que les guste el género o quieran ampliar contenido y llenar lagunas sobre el famosísimo Conde Drácula.