Háblame bajito
Editorial: Suma de Letras
Páginas: 304
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788491290100
Precio: 16,90
Sinopsis
A Pita no le contaron que la vida a los cuarenta iba a ser ligeramente distinta a lo que esperaba. Es una profesional de éxito, directora de un conocido programa de radio, hija de un padre que la adora, runner,amiga de sus amigas y tantas cosas que a veces ni ella misma sabe por dónde empezar. En definitiva: Pita es una mujer de hoy. Pero desde hace poco, también es una mujer que deberá aprender a vivir de manera distinta.
A partir de ahora, Pita viaja sola.
Con una ruptura sentimental a sus espaldas, entre mudanzas, programas de radio y una insólita propuesta, la de escribir una novela, la vida de Pita es la historia de cualquiera de nosotros, la que empezamos a construir cuando nos emancipamos de nuestros miedos y nos lanzamos a la vida que empieza donde se cierran antiguas puertas y se abren las de las nuevas oportunidade.
Reseña
Una novela intimista con una prosa que destila sentimientos a raudales.
Primeramente quiero pedir perdón por mi ausencia de temas de reseñas. He estado tremendamente ocupado, cuando no eran los exámenes era el trabajo u otras obligaciones, y me ha sido imposible hacer ninguna antes. ¡Pero ya estoy aquí!
¡Vayamos al lío! Lo que hoy os traigo es una novela intimista llena de humor y de situaciones cotidianas, una novela intimista de un tipo al que no estoy acostumbrado pero que realmente me ha impresionado gracias, principalmente, a la forma de escribir de Macarena Berlín. Pero vayamos por partes.
Pita es una mujer de cuarenta años moderna: tiene un trabajo que le satisface en todos los aspectos -es la directora de un programa de radio de éxito-, va a la última, práctica running, sale con sus amigas, tiene una vida totalmente alejada de la tradicional ama de casa, entre otras cosas porque no hay niños de por medio ni otras responsabilidades. Pero de la noche a la mañana el mundo de Pita se pone patas arribas, ya que se produce la ruptura con su pareja, con la que lleva muchísimos años, y de repente aparece ante ella un mundo nuevo, desconocido, lleno de miedos y de posibles aventuras, y dentro de esta últimas está el encargo de escribir una novela.
Esta es la historia de Pita, que la cuenta en primera persona, de sus miedos y recuerdos, de lo que antes fue y ahora es y quiere ser. En esencia, la historia de cómo Pita tiene que descubrirse a sí misma.
Con este pequeño resumen -que realmente se parece a la sinopsis pero porque no hay más- ya os he puesto en situación y no es necesario saber mucho más. Es una novela en la que no hay absolutamente nada de acción, es decir, no ocurre nada más allá del día a día. He leído otros libros de este estilo, como Tan poca vida o Algún pecado raro, y puedo decir que es en esta novela en la que menos cosas ocurren (en Tan poca vida, al pasar más de cuarenta años se dan muchas situaciones). Ojo, no significa que esté mal o sea tediosa, al revés, tiene una agilidad asombrosa, y por eso remarco que no pasa nada.
Realmente es el día a día de una mujer que se ve superada por la situación que está viviendo en ese momento y necesita reencontrarse para volver a ser completamente feliz.
Esta falta de acción la suple perfectamente -y reconozco que me ha encantado- con sucesos reales que se introducen en la historia, como la entrevista -que se realizan en el programa de Pita- a Philippe Laçon (superviviente de la matanza en Charlie Hebdo), a Alain Vigneau (creador de Clown Esencial, que utiliza la risa y el humor como terapia para superar hechos traumáticos, como vivir atentados), o Paciencia Melgar (la religiosa guineana contagiada de ébola que las autoridades españolas no repatriaron junto a los demás por no ser española, pero que luego fueron a ella para que donara su plasma sanguíneo para pruebas y con el que se salvó Teresa Romero, aunque está en discusión), y también con situaciones vistas en televisión, siendo muy llamativa una que ocurrió no hace mucho tiempo en una conocido programa y que os invito a averiguarlo.
Así mismo en estas páginas se pueden diferentes temas, como la defensa a que una mujer pueda tener o no hijos sin presiones sociales, el actual mercado editorial, toda la parafernalia con lo de las «medias naranjas», el Brexit, el feminismo y el heteropatriarcado... aunque lo que más me atrae es todo lo relacionado con la soledad y la idea de que si la soledad es elegida no es mala (todos, alguna vez en nuestra vida, nos hemos visto solos rodeados de gente, y acompañados en nuestra soledad si nos han dejado).
Esto libera la historia, permitiendo a Pita enfrentarse a nuevos miedos y retos, a la vez que permite conocer conocer más cosas de ella sin cargar al lector.
«¿Por qué he perdido la paciencia? ¿Qué me ha pasado? No podía con esa nueva voz exigente y demandante. Una más en esta vida, la mía, llena de voces. De ruido. La última vez que escuché mi voz fue cuando puse fin a mi matrimonio. Necesito volver a encontrarme. Escuchar mi propia voz.»
Algo que veo genial a este libro es que es la facilidad que presenta para empatizar con los diferentes personajes. Reconozco que el que más me ha llamado la atención es el padre de Pita, ya que es un padre maniático, homosexual pero ha estado casado con una mujer, religioso, de derechas, y se lleva fatal con las lesbianas. También las tías de Pita le dan un toque especial a la historia: una es una reputada psicóloga familiar, y la otra es una activista feminista. Y sus amigas, las cuales generalmente ya tienen su vida ocupada por los niños, y se da el curioso y habitual caso de que se desea lo que la otra persona tiene.
Si bien es cierto que a lo largo de la historia Pita está acompañada, se puede ver perfectamente como internamente está sola, intentando recuperarse de unas heridas que no cicatrizan, como puede leerse en esta frase: «Respiro con dificultad y miro a los otros corredores; son las nueve y media de la mañana y estoy aquí. ¿Por qué nadie me da un abrazo y me pregunta quién o qué me ha hecho tanto daño? ¿Estaremos todos igual de rotos?»
En cuanto a la narración, la novela se lee a una velocidad pasmosa. Macarena Berlín tiene una prosa directa pero bonita y delicada, sin florituras, y trasmite una gran cantidad de sentimientos, haciendo que sea imposible no sentir empatía o verse reflejado en los personajes, sobre todo en Pita. Esa prosa junto a las situaciones que mete para aliviar la historia principal son los que hacen que sea, posiblemente, la novela más ágil que haya leído en bastante tiempo. Esto también está ayudado por ser un libro con unas letras relativamente grandes, y que esté dividido en numerosos capítulos que permiten dejarlo.
Como elemento decorativo me ha llamado la atención que en esta novela aparecen conversación de WhatsApp y/o mensajes, algunas veces con emoticonos y otras con la descripción del mismo.
Este es uno de esos raros casos en los que la novela, sin ser de un género que sea habitual en mí, me ha gustado y mucho, y sobre todo me ha entretenido, permitiéndome abstraerme en sus páginas y no dándome cuenta de la hora. No tengo un solo pero que ponerle al novela más allá de que en algún momento puntual algún que otro personaje me ha parecido insufrible.
En conclusión, una novela intimista tremendamente ágil, con una prosa delicada y llena de sentimiento que hará imposible no sentirse indentificada -o parcialmente identificada- a las personas que o bien estén en una fase de encontrarse a sí mismas o que llegan a una determinada edad sin saber qué hacer. Recomendadísima a todos aquellos lectores que quieran una novela diferente y con problemas del día a día.