Si tuviera que describir este año 2019, diría que fue buenísimo y malísimo a partes iguales. De él aprendí mucho, pero no precisamente como resultado de experiencias que yo hubiese elegido. Pero lo que está claro es que aunque empezó regular, acabó fenomenal. En realidad, mejor de lo que nunca habría podido soñar.
También aprendí que cuando las cosas van mal, siempre se pueden empeorar. Pero que si decides con ganas no abandonar hasta la más dura batalla, vuelven a la normalidad e incluso se mejoran mucho más. Durante este año también me reconcilié con el miedo y la paciencia, temas en los que para nada era experta. Y sobre todo comprobé por mí misma los beneficios que trae consigo, vivir tanto en la calma como en el positivismo.
Este año me reinventé, superé mis límites tanto físicos como mentales y ahora me guío a través de una perspectiva nueva, que difícilmente podrá alcanzar alguien que no haya pasado por una situación extrema. Podría decirse que tengo superpoderes que me permiten disfrutar a tope del presente, valorar cada pequeño detalle y llorar de alegría cada día que me despierto y noto que puedo respirar tranquila.
Hace un año me prometí a mí misma que si todo salía bien, celebraría la Navidad en Berlín con mi familia y a lo grande. Y a día de hoy aquí estamos, haciéndolo lo mejor que podemos. También que seguiría adelante con nuevos proyectos personales y profesionales, sin ponerme ningún tipo de límites. Que daría única prioridad a los que quiero y se alegran solo de lo bueno. Y también que mis actos y palabras girarían exclusivamente alrededor de mi filosofía de vida, valores e ideales. Aunque esto hace tiempo que ya está más que hecho.
Durante este año, celebré mi 36 cumpleaños por todo lo alto. Brinde por mi recuperación y desee no perder nunca esa intuición mía que un día me salvó. También hubo tiempo para alguna escapada, pues en septiembre visitamos Praga y en noviembre disfrutamos de Hamburgo. Y por supuesto, no acabó el año sin que cogiera un avión que me llevara directa a disfrutar de la época prenavideña finlandesa.
Pero sobre todo cada mes que pasaba, me prometía que nunca iba a dejar de a ser yo misma. Y por prometer, me prometía que nunca perdería las ganas y motivación que me llevan a actualizar cada semana este blog. Escribirlo hasta en los momentos más difíciles me ayudó a mantenerme a flote y esperanzada en mi recuperación. Transformarlo en una forma de vida y hasta en un trabajo, es el mejor de los regalos que este 2019 me podía haber dado.
Que paséis las mejores fiestas de vuestra vida, que tengáis mucha salud y felicidad. Disfrutad de lo que sea que vayáis a hacer, como si fuera la última vez. Desead a lo grande, porque nunca se sabe. Que comencéis este año que entra de las mejores de las maneras y si tenéis oportunidad iros por ahí de fiesta. Brindad con agua o con champán, bailad a tope y disfrutad la vida rodeados de los familiares y amigos que os quieren de verdad. Ya veréis ya, tengo la sensación de que el 2020 promete, ¡y eso lo hay que celebrar desde ya!
¡Espero impaciente vuestros comentarios! Y como siempre os espero en Twitter y Instagram, donde comparto mi día a día y un montón de recomendaciones más. Y si te gustan tanto mis looks como mi estilo decorativo, pásate por mi perfil de 21 Buttons desde donde los podrás comprar.