A la hora de elegir el próximo lugar al que viajaremos, muchas veces en vivirenelmundo.com terminamos escogiendo pueblos pequeños y alejados de las grandes ciudades. Esto no quiere decir que no reconozcamos la belleza de las capitales y las ciudades más importantes, pero existe una razón para disfrutar aún más las visitas a los pueblos más pequeños.
Hacemos un repaso a las principales razones para elegir pueblos pequeños para una escapada de fin de semana o unas vacaciones y ustedes pueden comentar que opinan al respecto. ¿´Son más viajeros de las grandes ciudades? Quizás algunas de estas razones los animen a visitar los pueblos que no conocen.
Experimentar lo auténtico
El turismo rural, o a través de pueblos más pequeños y alejados, es un tipo concreto de práctica turística. Muchas veces elegimos pueblos pequeños porque es allí donde se respira la verdadera esencia de la tierra. Allí encontramos lo genuino, aquello que ha perdurado en el tiempo, inalterable aún pese a la globalización y la importación de prácticas que se van volviendo cada día más universales.
Cada año hay más gente interesada en recuperar la idea de lo auténtico, y la mejor forma de hacerlo es viajando a los pueblos pequeños donde la autenticidad sigue presente, desde la gastronomía hasta las antiguas tradiciones y celebraciones locales.
Una sensación que se repite mucho al llegar a un pueblo pequeño es la de estar viajando en el tiempo, un regreso a las raíces, a un lugar que parece detenido en el tiempo. También hay quienes sostienen que está autenticidad también se desprende de una idea de exotismo cercano. La posibilidad de desconectarnos de las ciudades y su ritmo acelerado para viajar a un destino extrañamente diferente, pero a su vez muy cerca. Los pueblos pequeños no suelen estar muy alejados de grandes ciudades, pero aún así ayudan a desconectarse de una vida cotidiana cargada de responsabilidades, ofreciendo escenarios naturales únicos y una sensación de descanso más marcada y definitiva.
Algunas actividades a realizar en los diferentes destinos de turismo rural incluyen gastronomía a fuego lento, senderismo, visitas a edificios antiguos o las clásicas fiestas locales que perduran aún pese al paso del tiempo.
Buenos precios
La crisis económica ayudó a que muchos viajeros, ahora imposibilitados de viajar al exterior, se decidan a descubrir los pueblos pequeños y sus atracciones. Sin embargo el turismo rural está en auge desde los primeros años del siglo XXI y todo apunta a que la tendencia sigue creciendo.
Desde las empresas que invierten en el desarrollo de complejos para el turismo rural (siempre intentando mantener una línea estética que no rompa con el estilo de cada pueblo), hasta viajeros cada vez más decididos a conocer el interior de los países, o las agencias de viajes que cada vez incluyen más circuitos para viajar por pueblos pequeños y localidades del interior.
Reinventando el concepto de ruralidad
Otra de las razones por la cuales el turismo en pueblos pequeños ha crecido es la reinvención del concepto de turismo rural. A diferencia de otros tiempos, donde uno asimilaba la ruralidad con abandono y antigüedad, hoy hay numerosas iniciativas que sin perder la identidad local buscan modernizar la oferta turística.
El público del turismo rural y los pueblos pequeños disfruta de los lugares de referencia, de la estética cuidada y de la tranquilidad de destinos cercanos a la ciudad pero lo suficientemente alejados para no tener un ritmo de vida tan apresurado y exigente. Las iniciativas privadas y cooperativas dedicadas a recuperar el valor de los pueblos cada vez están más activas y ayudan a promover iniciativas muy atractivas para el turismo rural.
Los ayuntamientos cada año promueven más proyectos para seguir mejorando las conexiones de los pueblos y las grandes ciudades, atrayendo así a mayor número de viajeros dispuestos a aventurarse y conocer las ofertas que el turismo rural tiene para ellos.
El regreso a las raíces
Otra de las razones por la que los pueblos pequeños están resurgiendo en el escenario del turismo rural es por las iniciativas de nuevos profesionales que regresan a sus pueblos de origen a probar suerte. A la inversa de décadas pasadas, donde la gente se iba a la gran ciudad, hoy los profesionales miran hacia sus pueblos de origen y piensan en diferentes formas de aplicar sus conocimientos allí donde no hay tanta competencia.
En vez de abrir un restaurante en la capital, donde hay mucha competencia, es preferible volver a nuestro pueblo natal y promover un negocio de cocina diferente donde podamos aplicar todos nuestros conocimientos adquiridos en cursos de formación y estudios en la capital, por ejemplo.
Este es uno de los motivos por los cuáles cada vez hay más sorpresas en la oferta gastronómica y hotelera de los pueblos pequeños. No es extraño ver a un joven adulto regresar a probar suerte con su propio negocio aprovechando que en su pueblo de origen no había propuestas similares.
Esto ayuda a reactivar la economía y en muchas ocasiones crea nuevos atractivos. Gente de otros pueblos cercanos deseosa de probar los platos de un restaurante puntual, o de hospedarse en un nuevo hotel abierto recientemente. La identidad del pueblo rural no se pierde, pero avanza y crece para tener más variedad y ayudar a los viajeros a elegir mejor sus próximas vacaciones en base al tipo de destino que están buscando.
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