Yo me lo he preguntado muchas veces y buscando respuestas me he encontrado con una historia muy curiosa. ¿Quieres saber por qué el rosa es de niñas y el azul es de niños? Te lo cuento todo a continuación.
Una historia del renacimiento
Vamos a partir de una verdad irrefutable; el hecho de relacionar un color con un género es algo totalmente arbitrario. De hecho esta diferenciación, por no llamarla imposición, tan solo lleva unos 30 años con nosotros. Antes, no había relación directa con los colores y el género, de hecho, si pudiéramos definir de algún modo el uso común de los colores según hombres y mujeres, en el pasado era totalmente opuesto a la actualidad, es decir, el azul era más usado por las mujeres y el rosa por hombres.Durante el renacimiento (siglos XV y XVI) la cultura occidental europea comienza a salir de la Edad Media y empieza a desarrollarse una rica producción artística y cultural que imita a la antigüedad clásica. Durante este periodo, el color azul se identificaba con la pureza, un color suave y delicado que podía relacionarse más fácilmente con el rol femenino. Por otro lado, el rosa, derivado del rojo, representaba la fuerza y la determinación masculina. Entonces ¿Cómo pasamos de esta relación a la actual, totalmente opuesta?
A lo largo del Medievo, el pigmento utilizado para conseguir las pinturas y tintes azules era un pigmento muy caro y dificil de conseguir. Por esta razón los artistas los reservaban para las vírgenes y los personajes más importantes.
Los bebés dejaron de vestir de blanco
La respuesta la encontraremos en EE.UU. a principios del siglo XX. Hasta la primera Guerra Mundial los bebés iban vestidos todos por igual, de blanco. Pero en torno al 1920 empieza a cambiar la cosa. Según recoge el periódico The Guardian en este artículo, la revista Ladies Home Journal recomendaba en la utilización del rosa para los niños por ser más “delicado y fuerte” y el azul para las niñas por ser “más delicado y amable”.Portada de la revista “The Ladies Home Journal” de marzo de 1918
Unos años más tarde, en 1927 Time publicaba un cuadro en el que se reflejaban las preferencias de las grandes marcas de moda en el uso de los colores para las colecciones infantiles. De este cuadro sacamos dos conclusiones, la primera es que ya habían decidido que los bebés que nacieran en esa época iban a vestir o de rosa o de azul. La segunda es que tenían un poco de caos y cada almacén asociaba el color al género según les pareciera.
Niños de azul y niñas de rosa
Sin embargo, partir de los años 40 parece ser que por algún motivo que se desconoce, las grandes marcas de moda infantil decidieron por unanimidad que el rosa sería para las niñas y el azul para los niños. Podemos teorizar con que la sociedad de la época identificaba los tonos oscuros con la guerra y por tanto con los hombres que estaban en el frente, o que en los campos de concentración a los homosexuales se les etiquetaba con un triángulo rosa. También coincide que la primera dama del momento Mamie Eisenhower apareció en 1953 públicamente con un enorme vestido rosa para simbolizar que la paz estaría presente de nuevo.Por ese entonces, la segunda ola del feminismo ya luchaba contra los roles de género de los colores y apoyaban la ropa unisex pero fue precisamente esa lucha junto con la inminente aparición de la televisión, la que facilitó que estos roles se impusieran aún más. Con el desarrollo de la televisión en color, la publicidad en color se cuela en la casa de los ciudadanos y consiguió que el color rosa se terminara por identificar con la mujer y el azul con el hombre.
Una imposición que se mantiene
Esta relación de colores ha pervivido hasta la actualidad imponiéndose cada vez más en nuestras vidas. Desde que nacemos nos clasifican por colores, los juguetes están divididos en rosas y azules y de adultos hay cientos de productos (sólo hay que fijarse en la “tasa rosa”) que nos clasifican según el género.Los estudios que se han hecho al respecto revelan que no existe una preferencia biológica por los colores según el género, de hecho, el color favorito tanto de hombres como de mujeres en general es el azul, después el verde, el rojo y un largo etc hasta llegar al rosa.
Saca tus propias conclusiones
Ahora que ya conoces la historia merece la pena dedicarle un momento a reflexionar sobre el uso de los colores según el género. Yo, siempre que puedo, evito el uso de colores para marcar la diferencia entre un género y otro, por ejemplo, intento no comprar ni utilizar ningún producto infantil que venga expresamente etiquetado en estos colores. ¿Y tú? ¿Defiendes a capa y espada el uso del rosa para las niñas y el azul para los niños o crees que esto es una tontería?Vivan los colores ¡Todos! Espero que os haya gustado este artículo, me encantaría conocer tu opinión, puedes dejarla en los comentarios. Un abrazo para todos y todas, sed felices.
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