Todos tenemos algún placer inconfesable. Ese plan que te da vergüenza admitir que disfrutas, esa colección de libros
Kim Kardashian: Hollywood es mi placer inconfesable. Y es que cada vez que pincho en el icono de la aplicación y aparece el título tengo que asegurarme de que J no lo ha visto. Prefiero que siga pensando que estoy viciada a Los Sims. Es menos patético.
Después de leer en algún lado que el videojuego para móviles de Kim Kardashian había llegado al puesto número 1 de descargas de la Apple Store y que la susodicha se estaba embolsado una barbaridad de dinero por él, me pudo la curiosidad. Y ya sabéis que la curiosidad mató al gato. Y aquí me tenéis, viciada desde hace varias semanas y en el puesto número 1 del ránking de famosos con mi avatar pelirrojo.
El videojuego no está mal. Es el típico videojuego para móviles pero se nota que han invertido dinero en desarrollar la historia, las tramas y hacer que te enganches. Cuando empiezan a volverse monótonos los trabajos que te proponen, aparece Kim, te hace una llamada y te ves envuelta en una serie de “misiones” que debes cumplir para contentarla. Ni número 1 ni nada. ¡Sigo siendo su maldito perro faldero!
También puedes tener pareja, casarte (en Florencia, cómo no) y luchar por llevar tu pareja a lo más alto del ránking de parejas. Pero también puedes decidir seguir los pasos de tu mentora y salir con todo bicho viviente. Lo monógama que seas depende solamente de ti. Yo que soy una señorita de bien, elegí la opción de casarme por todo lo alto. Eso sí, con un modelo famoso que tenía una mansión en Calabasas. Que una no es tonta.
Si el videojuego que van a hacer de Katy Perry la misma compañía que ha creado este es igual, creo que preferiré viciarme y ser el perrito faldero de alguien a quien realmente admiro.