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Este color se debe a la piedra que se haya en la zona, una caliza blanca que inunda los 2.700 metros que ocupa el lugar. Pero además de una estructura magnífica y asombrosa, Pammukale se caracteriza por sus aguas termales, rebosantes de minerales, procedentes del río Menderes, que caen por las terrazas del 'castillo' formando una curiosa cascada blanca.
Convertido hoy en atracción turística del país, la historia nos cuenta que la zona siempre fue de interés, ya que aproximadamente sobre el año 180 a.C. en lo más alto del Pammukale, se construyó la ciudad helena de Hierápolis, a la que acudían anualmente cientos de personas en busca del supuesto poder curativo de las aguas que emanaban del 'castillo'.
A pesar de que esta ciudad quedó totalmente derruida a causa de un fatal terremoto en el S. XIV, todavía se pueden encontrar en la zona restos de los baños construidos y otras señas de que el lugar estuvo varios siglos habitado por los griegos.
En invierno, cuando bajan las temperaturas, las cristalinas aguas de Pammulake se congelan formando un paisaje no menos atractivo. ¿No os parece?
No solo la historia alrededor de estas misteriosas e increíbles aguas en sorprendente, sino que ademas su atractivo turístico es digno de inspiración, pudiéndose apreciar fácilmente un escenario natural el cual merece una total admiración.
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