Mi punto de partida es la estación de metro *Borough Hall*. Reconozco que es por pura estrategia, pues la línea de metro más cercana a mi casa me lleva hasta allí directa. Además me encanta pasear por la calle Atlantic Ave y curiosear tanto el ambiente como alguna que otra tienda. Mi favorita: Collyer´s Mansion en el número 179. Una auténtica debilidad, si al igual que yo: ¡disfrutáis con las cosas bonitas y sois coleccionistas de originales bolas de Navidad! Pero lo que realmente me flipa en esta avenida: ¡es la cafetería The Brooklyn Cat Cafe! Es especial porque a la vez que te tomas algo, puedes disfrutar de un montón de gatos y si se dejan: ¡achucharlos! Os confieso que por ahora no he entrado. Pero cada vez que paso por allí, me quedo completamente pasmada mirándolo. Normalmente siempre suelo salir tarde de casa, por lo que a esas alturas del paseo ya empiezo a notar algo de hambre. Pero pase lo que pase, nunca dejo de visitar antes: ¡el Brooklyn Heights Promenade!
En este parque, podréis disfrutar de manera gratuita: ¡de una de las mejores vistas de la ciudad! Los tremendos rascacielos de Lower Manhattan si miras de frente, a lo lejos la Estatua de la Libertad y un poco más cerca, el puente de Brooklyn en plena actividad. Y lo mejor de todo es que a unos pasos de allí, se encuentra uno de mis restaurantes favoritos: ¡para disfrutar de un excepcional *brunch*! Se llama Friend of Farmer y hay muchas cosas que me encantan de este local. Una de ellas es su decoración al más puro estilo campestre, en la que no falta la madera pintada y el papel de pared floreado. Sus platos de comida americana están elaborados con productos regionales y cuidados al detalle. Y qué os puedo decir del bizcocho con mermelada de manzana que te dan totalmente gratis como aperitivo: ¡no puede estar más rico!
Con las energías bien renovadas, siempre viene bien una caminata. Y que puede ser mejor, que subirse al puente colgante más famoso de Nueva York y disfrutar de unas vistas de infarto con esa luz anaranjada tan característica cuando va cayendo el sol. ¡Por supuesto que estoy hablando del famoso Brooklyn Bridge! Por encima de él, pasan alrededor de unas 4.000 personas a diario y probablemente es la forma más bonita de desplazarse entre barrio y barrio. Manhattan y Brooklyn, quedan de esta manera tan mágica más que conectados. ¿No os parece todo un planazo?
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