Era una de las cosas que más ansiaba ver. Cada vez que estudiábamos a un artista, su obra; muchos de mis compañer@s tenían ya "muy visto" el Prado y lo conocían casi como la palma de su mano, sobre todo los profesores que nos decían: Cuando vayáis tenéis que ver esto, lo otro... y resulta que muchos de mis compañeros ya lo conocían excepto yo, que fui una vez de pequeña y entonces ni me interesaba... (muy típico de los críos que odien los museos porque les aburren por desgracia ¬¬) Total que dos años después por fin iba a ser yo quien conociese el Prado!(Si quieres la guía para conocer Madrid clica aquí)
Museo del Prado
Ese día nos levantamos, desayunamos en el hostal como todos los días nuestro batido de chocolate y un trozo de bizcocho de nueces y nos pusimos rumbo al museo. Fuimos tan temprano que no había nadie en la entrada y nos dimos un paseo por los alrededores para verlo y cuando decidimos entrar... había una cola enooooorme. ¿Un sábado? ¿No eran los domingos cuando se entraba gratis al museo? ¡¿Por qué había tanta gente?! Pero no fue para tanto, solo estuvimos media hora en la cola. Aun así lo mejor es llegar cuanto antes y evitar colas.
Por fin estábamos dentro!! salas enormes, muy bien iluminadas, mucha gente para el silencio que había, cuadros y cuadros y más cuadros, pasillos y más pasillos!! Estaba deseando emprender el recorrido y sin saber por donde! El museo es enooorme y es imposible verlo en una mañana. Mario y yo estuvimos 4 horas hasta que salimos a comer. Nos dio la sensación de dejarnos medio museo sin ver, la sensación de que hay que volver y ver el resto, lo que no vimos pero... ¿Seríamos capaces de volver al Prado y no pasarnos por las salas de Velázquez porque ya las vimos? ¿Seríamos capaces de volver al Prado y no volver a ver Las meninas, El jardín de las delicias o la época oscura de Goya? Yo quiero volverlo a ver! quiero volver a ver lo que ya vimos y lo que nos faltó por ver jo.
Salimos con prisas (como siempre) porque eran las 3 de la tarde y todavía no habíamos comido. Pasamos por el Congreso de los diputados a echar unas fotos y luego para colmo nos costó encontrar un sitio donde comer sabiendo que no se nos subiría de precio, y estábamos hartos de tanto Burguer King, McDonals o 100 montaditos. Finalmente entramos a un bar llamado La Tosta, un bar de los muchos que hay por las callecitas llenas de bares de Sol y este sitio nos enamoró (aunque no me pareció muy barato) pero comimos muy bien. Era tan tarde que ya no había problemas de gente, la comida estaba buena, el camarero era simpático, el bar estaba chulo, en fin, comimos bien.
Por la tarde un descanso en el hostal y luego un buen y agradable paseo por el Retiro. Nos hizo una tarde perfecta, como el resto del viaje y no recordaba que un paseo por el Retiro fuese tan sumamente agradable y relajante. Desconectados totalmente de cualquier deber, cualquier problema y con un atardecer tan bonito del que por cierto no tengo foto. La gente también paseaba relajada, era un ambiente perfecto! y me emociono jiji en ese momento estaba perfecta. Llegamos hasta el Palacio de Cristal y dejamos que anocheciera allí mientras dábamos de comer frutos secos a los patos. Tras unas horas de total relax y una vez de noche nos fuimos a cenar al Pans&Company de la Gran Vía. (No es que nos encanten estos sitios para cenar pero es la mejor forma de saber cuanto nos vamos a gastar antes de pedir y como vamos tan escasos de dinero...)
Después nos dimos una vuelta por La Latina buscando un sitio donde tomar algo pero no dimos con ningún local... no tenemos ni idea de por donde se sale de noche!! así que nos volvimos al hostal y a dormir. Ya se iban acabando los días de desconexión de la rutina. Mañana más!
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