Y con este fragmento de La muerte del comendador, uno de mis libros favoritos de Haruki Murakami, inauguro una nueva etapa en Melituca. Si te soy sincera, no tenía pensado hacer una entrada introductoria... hubiera preferido retomar el blog con su contenido habitual y sin más preámbulo, pero en el último momento, justo antes de pulsar el botón de publicar del que pensaba sería el primer post del año, sentí la necesidad dar una pequeña explicación, aunque fuese simplemente para mí. Porque eso es precisamente lo que quiero hacer a partir de ahora; escribir para mí, sin preocuparme por las visitas ni por las estadísticas y sin agobiarme, disfrutando del camino. Y si a alguien le interesa lo que tengo que contar, ¡es más que bienvenido o bienvenida por aquí! No voy a negar que los comentarios y las palabras bonitas ayudan mil a mantener la ilusión.
El último año ha sido un tremendo caos, época de cambios, decisiones importantes y movimiento. Intenté retomar el blog a comienzos del verano y desistí tras unas pocas entradas. Llevo tanto tiempo sin escribir que se me han amontonado las fotografías, las ideas y las ganas, y me apetece compartir por aquí toda la creatividad que noto correr ahora mismo por dentro. Me apetece sacar tiempo de donde haga falta para volver a publicar contenido bonito en este blog, el mismo blog que en enero del 2016 abrí con ilusión infinita desde una biblioteca en Belfast.
No puedo decir de qué voy a hablar exactamente por aquí porque no lo sé ni yo. El tiempo dirá, aunque he organizado el menú superior pensando en mis intereses y aficiones más actuales: la fotografía, la lectura, el dibujo y el lifestyle en general. Esto último es tremendamente subjetivo, pero no se me ocurría otra forma de englobar categorías como viajes, cine o, por supuesto, ¡gatos! –y es que, como buena amante de los gatetes, no voy a poder evitar que estos bichejos se cuelen casi subliminalmente en las entradas de una forma u otra–.
Espero que te sientas cómodo navegando por las diferentes categorías. Aunque muchas de ellas todavía están, vacías se irán llenando poco a poco de contenido tanto nuevo como viejuno. Si eres veterano en mi blog te habrás dado cuenta de que han desaparecido prácticamente todos los post antiguos. Los he quitado para optimizar las imágenes (en el diseño anterior eran más estrechas) y arreglar los enlaces rotos. Poco a poco intentaré ir re-subiendo todas las entradas con su fecha original. Confieso que me da una pereza horrible porque en su día no guardé ninguna foto y tengo que volverlas a buscar una por una, editarlas y ajustarlas a la nueva plantilla... y quizás al final mi "lienzo en blanco" se quede más blanco de lo que me gustaría, sin el casi centenar de post que daban brilli brilli a sus cuatro años de trayectoria. Lo dicho, todo se irá viendo. No quiero dar nada por sentado porque, visto lo visto, pocas veces cumplo con mis propósitos en lo que se refiere al blog. Por una vez prefiero que las cosas vayan rodando solas a su ritmo, sin pensar demasiado ni quebrarme la cabeza más de lo necesario.
Me despido por hoy. Deseo de todo corazón que esto sea un hasta pronto y no un adiós. Publicando esta entrada comienza el momento zen del blog. Como dice mi querido Murakami, que todavía no haya gran cosa no quiere decir que esté vacío. Creo que se esconde algo –mucho– por venir.
12/02/2020