Perderse por las montañas de León en las estaciones frías del año es una auténtica experiencia vital, pero perderse y encontrarse con las Médulas es? un auténtico regalo para los sentidos.
El extraño paisaje de las Médulas - ese suelo rojizo punteado por extravagantes depresiones salpicadas de encinas y castaños - se explica cuando conocemos su historia. Hace mucho, mucho tiempo (allá por el año XVI a. C.) los inteligentes romanos descubrieron un importante yacimiento de oro en este rincón apartado de El Bierzo, una de las regiones de la entonces llamada Legio VII. La ingeniería romana rompió en mil pedazos el corazón de maravilloso enclave natural para extraer el metal precioso pero, sin proponérselo, legó a la humanidad algo más precioso todavía: uno de los paisajes naturales más increíbles del mundo.
El paisaje cultural de Las Médulas leonesas pasó a formar parte del listado de Bienes de Interés Cultural de la Unesco en 1996, fue nombrado Patrimonio de la Humanidad en 1997 y, como broche de oro, Monumento Natural en el año 2002.
Las Médulas, una escapada al corazón de León que deberíamos anotar como “imprescindible” para este invierno que acabamos de estrenar.
Imagen:
«Panorámica de Las Médulas» por Rafael Ibáñez Fernández - Tomada por User:Rayet. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons.