Es verdad que existen muchas otras, pero entre las culturas más interesantes, no pueden faltar las que te mostramos a continuación.
Los Sumerios. La de los sumerios es la civilización más antigua de la que se tiene constancia y se estableció en Mesopotamia. Su origen es desconocido aunque es sabido que habitaron aquellas tierras hace unos 5.500 años. Las representaciones que nos han llegado han sido de vital importancia para conocer datos de esta civilización, a través de las creaciones de sus artistas.
Los sumerios se dedicaban principalmente a la agricultura y a la ganadería y contaban con conocimientos básicos de ingeniería. Gracias a dichos conocimientos construyeron canales y caminos, navegaron, confeccionaron sus tejidos con lana y fabricaron herramientas, pues tenían nociones del manejo de los metales.
Una de las grandes aportaciones de la cultura sumeria fue la invención de la escritura (que en su caso era de tipo cuneiforme), con la relevancia que ello conlleva a efectos de la transmisión de acontecimientos, pasajes históricos y pensamientos que han llegado hasta nuestros días.
Los Acadios. Sumerios y acadios llegaron a ser vecinos, habitando los acadios al norte de Mesopotamia y los sumerios al sur. Fueron los acadios quienes invadieron a los sumerios, llegando a unificar Mesopotamia. Los acadios obligaron a los miembros del pueblo sumerio a aprender su lengua, de modo que la de los sumerios prácticamente llegó a desaparecer. De hecho, su conocimiento quedó relegado al ámbito sacerdotal, pues únicamente la liturgia podía realizarse en idioma Sumer.
Entre sus principales aportaciones destacan el esplendor de ciudades como Babilonia, fiel reflejo de una civilización avanzada y organizada, con un alto nivel artístico, hidráulico, arquitectónico, médico y legislativo. De los acadios se predicaba que eran capaces de organizar ejércitos casi invencibles.
El hallazgo del “Código de Hammurabi” nos ha servido para desvelar su organización social y política, las leyes que regían su sociedad y las penas impuestas por su incumplimiento. De asombrosos pueden calificarse sus cálculos matemáticos, lo bastante avanzados para permitirles embarcarse en la construcción de grandes infraestructuras.
El Antiguo Egipto. Una de las civilizaciones más enigmáticas y fascinantes de la historia de la humanidad, por lo que se sabe de ella pero también por lo que se ignora. La civilización egipcia surgió hace unos 5.000 años, en el momento en el que los poblados y asentamientos levantados a orillas del río Nilo se comenzaron a agrupar para formar parte de un todo.
Son muchos los misterios que a día de hoy quedan por desvelar de la famosísima civilización de las pirámides, que servían para enterrar a sus faraones. Sus jeroglíficos tampoco dejan indiferente a nadie, al ser una original forma de escritura que despierta curiosidad en el mundo entero. También es sabido que los egipcios cultivaban los húmedos terrenos a orillas del Nilo, que eran formidables comerciantes y que poseían yacimientos para extraer piedras y metales.
La Antigua Grecia. Alrededor de un milenio duró el período de esplendor de la Grecia Antigua, desde que salió de la época oscura en el año 1.200 a. C., hasta la conquista de los griegos por parte del Imperio Romano en el siglo II a. C. En el seno de la Antigua Grecia tuvieron lugar algunos de los mayores desarrollos en campos tan dispares como la filosofía, las matemáticas, la astronomía o la lógica, entre una larga lista. Por si esto fuera poco, los griegos desarrollaron el concepto de democracia como sistema político.
Los habitantes de este pueblo vivían en polis, que se asemejaban a ciudades independientes. Atenas fue el modelo ideal de polis griega. Pese a pertenecer al mismo imperio, los atenientes tenían su propio gobierno. De esta forma, en Atenas reinaba la democracia y los gobernantes manifestaban el deseo de que la población aprendiera oficios y artes. En cuanto a Esparta, su gobierno estaba en manos de reyes y sus habitantes eran sometidos a un durísimo entrenamiento que habría de convertirlos en soldados.
El Imperio Romano. Uno de los más extensos imperios que han existido, cuya influencia se ha sentido durante siglos y se sigue sintiendo a día de hoy en numerosos países. No en vano, la prueba de su existencia se sigue constatando por doquier en forma de construcciones y monumentos de la época.
Al contrario de lo que hicieron los griegos, auténticos virtuosos en el plano intelectual y teórico, los integrantes del Imperio Romano destacaron en un plano más práctico. Una prueba evidente de ello es la copia que hicieron de los dioses y creencias griegas, a los que aplicaron un simple cambio de nombre.
Una de sus mayores aportaciones fueron las grandes obras de ingeniería como carreteras, acueductos, puentes y termas, a las que hay que añadir un largo etcétera. El acueducto romano de Segovia es una maravilla arquitectónica que da fe de ello.
También es conocido el Imperio Romano por ser cuna del cristianismo y del Derecho Civil, de lo que pueden dar buena cuenta los estudiantes de Derecho, que cursan la asignatura de Derecho Romano, como base de sus estudios de Derecho Civil. La máxima figura política en la Roma de la época era el Emperador, dotado de un poder casi omnipotente. Se trataba de un cargo vitalicio, circunstancia que propiciaba frecuentes intrigas y traiciones para arrebatarle el cargo.
Célebres fueron también los espectáculos, muchos de ellos crueles y sangrientos, que servían de diversión a los altos nobles romanos. Las luchas de gladiadores y las carreras de cuadrigas no necesitan presentación. El poder militar de Roma era devastador, pero no lo era menos su inestabilidad, solo frenada con la llamada Pax Roma durante 40 años. En el siglo V llegó el fin del Imperio Romano, con la deposición del último de sus emperadores, Renato Augusto, por parte de los hérulos.