Hoy te contaremos seis posibles soluciones que plantearon expertos en el tema a la paradoja de Olbers. Sí estas apurado, las respuestas más aceptadas son las dos últimas soluciones, aun así, es importante conocer otros razonamientos de expertos.
Orígenes de la paradoja de Olbers
Su origen se rastrea hasta la época de Johannes Kepler en 1610. Sin embargo, alcanzó popularidad desde el siglo XIX por el astrónomo alemán Heinrich Olbers, quien planteó la pregunta.
Solución 1: Las estrellas distantes son más débiles que las estrellas cercanas.
Tal vez el cielo no sea uniformemente brillante porque las estrellas más distantes son más tenues que las más cercanas a nosotros. Desafortunadamente, la paradoja explica eso. Dice que, si tomas una estrella cercana dada y miras 10 veces más lejos en el cielo, verás 100 estrellas más sentadas exactamente en la misma posición estratégica. Aunque son más tenues, hay suficientes de ellos brillando juntos para compensar su falta de brillo. Si estás tratando con estrellas infinitas, cada punto en el cielo nocturno debe tener el mismo brillo que cualquier otro punto.
Solución 2: El polvo está oscureciendo las estrellas distantes.
¿Y si el polvo cósmico está obstruyendo partes del cielo y creando la ilusión de oscuridad aquí en la Tierra? Sin embargo, polvo cósmico que podría bloquear o absorber la energía luminosa de estrellas distantes comenzaría a calentarse y brillar. Es por eso que las nebulosas brillan cuando no tienen ninguna fuente de energía interna.
Solución 3: No hay un número infinito de estrellas.
La tercera solución sugiere que no hay un número infinito de estrellas. Aunque sea así, técnicamente no resuelve la paradoja. El universo podría tener un número finito de estrellas y aún tener suficiente para dejar el cielo nocturno completamente iluminado. Los astrónomos estiman actualmente que hay aproximadamente 100 mil millones de estrellas solo en la Vía Láctea y aproximadamente estrellas en todo el universo . Si bien ese número no es infinito, es suficiente que no explique la paradoja.
Solución 4: No hay una distribución uniforme de las estrellas.
Tal vez las estrellas se están agrupando y formando cúmulos que parecen estrellas singulares en el cielo nocturno. Esta solución podría ser correcta. No hay razón para pensar que las estrellas estarían distribuidas uniformemente y tal vez se agrupen, dejando grandes trozos de cielo totalmente oscuros.
Sin embargo, en las frustrantes palabras de los profesores de matemáticas en todas partes, esa respuesta no es la más correcta.
Solución 5: El universo en expansión hace invisibles las estrellas más distantes.
En 1929, Edwin Hubble descubrió que el universo se está expandiendo. Eso significa que era más pequeño en el pasado, lo que significaba que el universo es finito. Parte de la forma en que Hubble hizo este descubrimiento fue midiendo el desplazamiento hacia el rojo de galaxias distantes. Al igual que el tono de una sirena disminuye a medida que se aleja de usted, la longitud de onda de la luz se hace más larga a medida que un objeto se aleja de usted, es decir, se mueve hacia el área infrarroja del espectro electromagnético. Las galaxias más lejanas se están alejando de nosotros más rápido, por lo que su luz se ha desplazado al rojo hasta tal punto que ya no son visibles para el ojo humano. Esta es una de las soluciones más correctas a la paradoja de Olbers.
Solución 6: El universo es tan joven que la luz distante no ha tenido oportunidad de alcanzarnos.
También es probable que el universo en su conjunto sea demasiado joven para ver las estrellas más distantes. El universo tiene solo unos 13.7 mil millones de años y, para determinar la distancia que viaja la luz tenemos que recurrir a los años luz. Eso significa que la luz de cualquier cosa a más de 13.700 millones de años luz de distancia no habría tenido tiempo de alcanzarnos todavía. Esa cifra de 13.700 millones de años-luz es del tamaño del “universo observable”; cualquier cosa más allá de eso parece oscuridad.
Estas dos últimas soluciones, el desplazamiento al rojo y un universo joven, son las soluciones más probables para la Paradoja de Olbers. La próxima vez que mire hacia el cielo nocturno, tómese un momento para no sólo maravillarte con la belleza de las estrellas que puedes ver, sino también preguntarte sobre la belleza de las que no puedes ver.