En el post anterior dejamos a medias el tema de la maleta del hotel, así que voy a terminar de contároslo.
Cuando fuimos a hacer el checkout, la recepcionista llamó al director del hotel (nosotros estábamos flipando) y nos dijo que si estaba todo bien porque el día anterior habían entrado a robar en nuestra habitación. ¿¿¿CÓMO??? ¡¡¡SI LA NOCHE ANTERIOR NOS DIJERON QUE HABÍA SIDO LA SEÑORA DE LA LIMPIEZA CON EL CARRITO!!!
Estuvimos un rato hablando con él, diciéndole que teníamos la maleta rota... pero claro, teníamos que ir al aeropuerto... así que no nos solucionó nada, él no hacía más que decir que si teníamos todo, que la maleta no importaba... Claro, no era él el que tenía que continuar el viaje con una maleta rota que al más mínimo golpe podía abrirse...
El hotel del que os hablo se llama The Palms, Kamala Beach, Phuket.
En el taxi de camino al aeropuerto decidimos que íbamos a poner una denuncia en el aeropuerto y lo primero que hicimos fue envolver la maleta en film para que no se rompiese (ERROR). Fui a la policía del aeropuerto y rellené un papel pero como ni teníamos fotos de la maleta rota ni habíamos llamado a la policía el día que ocurrió no pude hacer nada. ¿¿¿Cómo íbamos a denunciar algo que no sabíamos que había ocurrido???
Con muy mala leche y una impotencia enorme no nos quedó otra que correr para coger el siguiente vuelo. No podíamos hacer nada y Kuala Lumpur nos esperaba.
El vuelo salía a la hora de comer, aprovechamos y comimos en el avión, así cuando llegamos ya lo teníamos hecho.
Una vez aterrizados pedimos un taxi al hotel WP. Nada más hacer el checkin, dejamos las maletas en la habitación y nos pusimos el bañador para subir a la piscina y poder disfrutar de sus vistas a la ciudad.
Salimos a comprar algo a una tienda y cenamos en la habitación, estábamos cansadísimos del vuelo y necesitábamos descansar para poder recorrer la ciudad al día siguiente.