En dicho capítulo el Nautilus navega por la ría de Vigo con el fin de aprovisionarse del oro escondido en la multitud de galeones españoles hundidos en la famosa batalla de Rande.
En 1702 un grupo de galeones españoles prodecedentes de las Indias y con sus vientres llenos de oro y tesoros increíbles se aproxima a Vigo para descargar el precioso botín. En su largo periplo desde costas americanas son protegidos por la armada francesa. Los corsarios anglo-holandeses se percatan de su presencia en la bahía y atacan los barcos con saña, destrozándolos y enviándolos al fondo de la bahía. Al parecer la mayoría de las riquezas ya habían sido descargadas.
Verne, gran estudioso de la historia, entre otras muchas disciplinas, aprovecha este hecho histórico para introducirlo en su famosa novela.
Julio Verne conoció esta ciudad española después de escribir su libro. La visitó dos veces a lo largo de su vida, la primera en 1878 y la segunda en 1884. Escribió a su amigo Duval lo siguiente con respecto a lo que veía: “No podéis imaginar nada más admirable que esta bahía de Vigo, lago inmenso rodeado de montañas”.
Le encantaba ir a tomar café a la Plaza de la Constitución, pasear por sus calles empinadas y admirar el paisaje mezcla de mar, río y montaña.
Es legendaria la leyenda del oro que aún sigue enterrado en el fondo de la bahía, esperando que algún intrépido aventurero/ra lo rescate.
Como véis la lectura de un libro da vida a la historia que se creó en la cabeza del escritor.
Disfrutad de esta esperiencia, leer es vivir.
María Teresa Echeverría Sánchez