La tripulación durante aquella demostración constaba de cinco oficiales y cinco marineros, expertos en mecánica, electricidad y torpedos, acompañados por Peral, que ejercía de comandante.
Peral, un gran inventor
Inicialmente Isaac Peral no intentó diseñar un submarino tal y como lo entendemos hoy; su intención fue la de crear un torpedo sumergible, aseguran sus biógrafos. Y así precisamente denominó el cartaginés a su idea en 1884: proyecto de torpedo sumergible, cuyas primeras notas se escribieron ?en secreto?, aclaran.
Una vez iniciada su construcción, la nave de Peral fue sufriendo modificaciones. Él era un gran conocedor de los avances técnicos, estudió alemán para conocer en profundidad la electricidad y se interesó por los desarrollos de los torpedos, lo que hizo que fuera mejorando su proyecto con las grandes aportaciones de su invención, aseguran los expertos.
Estos, además, coincide en señalar que Peral compró lo último en tecnología de su época y cuando esa tecnología no llegaba, la desarrollaba o inventaba.
Capacidad para 10 personas
Las innovaciones del diseño de Peral fueron múltiples, dicen los expertos: propulsión eléctrica, medios de maniobra vertical y horizontal y un mecanismo para mantener la navegación a cota. Pero, quizás, lo más destacado fuera la capacidad de disparar torpedos en inmersión.
El artefacto se alimentaba por medio de 613 acumuladores, contaba con dos motores de propulsión de 30 caballos de vapor y otros dos de profundidad de 4 caballos, que formaban parte del aparato de profundidades.
En 1885, Isaac Peral se consideró en la obligación de comunicar a sus superiores que había resuelto definitivamente el reto de la navegación submarina. Tras un riguroso análisis de su proyecto por los más cualificados científicos, estos dieron su aprobación para que fuese trasladado al ministro de Marina, quien recibió el proyecto con caluroso entusiasmo. Por desgracia, los sucesivos ministros que le siguieron demostraron indiferencia o abierta hostilidad.
Gracias al apoyo de la reina regente María Cristina, el submarino fue finalmente botado en 1888. Pero la prueba definitiva de su eficacia tuvo lugar el 7 de junio de 1890, cuando el submarino se sumergió a 10 metros de profundidad, navegó durante una hora y emergió en unas coordenadas preestablecidas.
Este logro hizo a Peral ser el primero en realizar la primera navegación submarina de la historia. La tripulación durante aquella demostración constaba de cinco oficiales y cinco marineros, todos ellos expertos en mecánica, electricidad y torpedos, acompañados por Peral, que ejercía de comandante.
Tristeza y descontento de Peral
Sin embargo, a pesar del éxito de las pruebas de la nave las autoridades del momento desecharon el invento y alentaron una campaña de desprestigio contra el inventor cartaginés, calificando su invento como ?cacharro inútil?, al cual no le quedó más remedio que solicitar la baja en la Marina e intentar aclarar a la opinión pública la verdad de lo sucedido.
Finalmente, este condecorado héroe de guerra e inventor, que destacó también en trabajos y misiones de carácter científico, falleció a causa de un cáncer de piel en 1895 a la edad de 43 años.
No obstante a ello, la Real Academia de Ingeniería Española(RAI) sigue considerando el caso de Peral ?el resultado de una miopía estratégica e industrial que nos privó de una ventaja competitiva en el escenario naval y de desarrollar una base industrial de construcción de submarinos?.
No en vano, aclara la RAI, "Por este aparato potencias extranjeras le ofrecieron cheques en blanco. Peral siempre les contestó que su invento no estaba en venta, pues pertenecía a todos los españoles". ?Casi podría afirmarse que, de haberse continuado con su línea de desarrollo, el resultado de la guerra del 98 habría sido otro?, sentencia.
A pesar de las innovaciones del diseño de Peral, la figura del inventor ?se diluyó? tras los rifirrafes sufridos con sus superiores. Tal vez por eso, hoy ?es difícil encontrar una publicación especializada que sitúe a Peral como uno de los innovadores del submarino?, lamenta la RAI.
Una merecida réplica
Sin embargo, gracias al esfuerzo conjunto de la ciudad de Cartagena y la Armada el 4 de diciembre de 1965 se procedió al montaje y colocación del submarino Peral en el muelle de Alfonso XII, en Cartagena, frente a los Héroes de Cavite.
Pero no será hasta 125 años después de la botadura de la nave diseñada por Isaac Peral, en 2011, cuando se iniciaría, por parte de un equipo de científicos e investigadores, una recreación basada en los planos originales del inventor (más de 300). Esta ha llegado a su fin en septiembre de 2013 y ahora se exhibe al público en el Museo Naval de Cartagena dentro de una sala acristalada de 1.200 metros cuadrados bautizada como ?Sala Isaac Peral?.
El marino y su máquina no recibieron en su momento el reconocimiento que se merecía, pero la nueva exhibición supone la culminación de un proyecto para devolver al genio y a su creación ese reconocimiento. Así, tal vez, la ciencia le ha hecho justicia.