Fue uno de los primeros sumergibles con los que contó la Armada de la Confederación, pero la recuperación de sus restos pone en evidencia y arroja luz sobre el hundimiento del Hunley, emblema del ejército confederado.
El submarino Hunley
Durante la Guerra Civil americana, no sólo hubo enfrentamientos terrestres, el mar también fue un escenario de grandes batallas. El propósito del dominio naval nordista era el bloqueo, es decir, ahogar el comercio sudista, aunque esta era una ardua tarea ya que contaban con 3.500 millas de costa.
Durante la contienda, el esfuerzo naval confederado no destacó tanto por sus logros reales, como por sus atrevidas innovaciones que revolucionaron la guerra naval del siguiente siglo. No solo construyeron los primeros acorazados, sino también las minas y los submarinos. Uno de ellos, el Hunley (dos décadas antes de que fuera botado el submarino de Peral), efectuó con éxito, aunque no sin problemas, el primer ataque con sumergible de la historia.
Horace Hunley, un hombre de negocios preocupado por la posibilidad de que las líneas de comunicación con Europa quedaran bloqueadas por los barcos de la Unión (los estados del norte), mucho más industrial que el sur y que disponía de una flota mucho más grande que la que poseía la Confederación (los estados del sur), sabía que si quería mantener las líneas de suministro con Europa debía de innovar, así que creo un consorcio privado junto con James McClintock y Baxter Watson, para diseñar y financiar un submarino.
En Mobile, contactaron con dos ingenieros locales, Thomas Park y Thomas Lyons y recibieron la ayuda del 21 regimiento de voluntarios de Alabama, que fue puesto a su servicio para llevar a cabo la construcción del sumergible.
Después de varios intentos fallidos para propulsarlo (no conseguían suficiente energía por la falta de material provocado por la guerra, y tampoco con vapor), el grupo de ingenieros decidió utilizar un modo de propulsión más convencional. Se elimino todo motor del submarino y se instalo un cigüeñal, diseñado para ser utilizada por cuatro hombres.
A mediados de 1863, el ?American Diver? (así llamaron al primer prototipo), estaba listo para sus primeras pruebas en el mar.
Pero este primer prototipo era incapaz de conseguir la velocidad necesaria para que el submarino pudiera realizar su misión de romper el bloqueo con eficacia. A mediados de febrero se intento un ataque para romper el bloqueo, pero no tuvo éxito. Y poco más tarde, una tempestad hundió el American Diver en la bahía de Mobile.
Apenas unas semanas después de la pérdida del American Diver, el consorcio comenzó la fabricación de un nuevo submarino, contando esta vez con la colaboración del servicio secreto confederado, al mando de un tejano llamado E.C. Singer.
Singer proporciono la patente de la mina de contacto submarino y ayudo en la construcción del la estructura del prototipo que llamaron ?Fish Torpedo Boat?,aunque el nombre oficial era el de su benefactor,H.L. Hunley.
A partir de una caldera de hierro cilíndrica unida por tiras de hierro y remaches, el Hunley empezó a tomar forma. En cada uno de los extremos del submarino se situaban los tanques de lastre, con una toma de agua en el exterior. La tripulación sumergía el artefacto mediante la apertura de los tanques de lastre, y con una bomba manual expulsaban el agua de los tanques, ascender.
Una columna de mercurio situada en el tanque de lastre delantero permitía a la tripulación controlar la profundidad. Y una quilla que pesaba 1800 kilos mantenía vertical el submarino. Las tapas de las escotillas fueron equipadas con juntas de goma impermeables, y podían ser cerradas desde el interior. Estas escotillas estaban colocadas sobre dos torretas colocadas a 5 metros de distancia, y que disponían de varias ventanillas.
En la parte superior del submarino se encontraba una especie de snorkel, que nunca llego a funcionar, así que el submarino podía permanecer bajo el agua solo un par de horas seguidas.
El Hunley había sido diseñado originariamente para arrastrar un torpedo por la superficie mientras el submarino iba sumergido. La idea era que el submarino pasase por debajo del buque enemigo y el torpedo impactara en el, pero las fuertes corrientes de la zona hicieron desechar esta posibilidad ya que suponía un serio peligro para el mismo submarino llevar un cilindro de cobre cargado de 100 kilos de explosivos a pocos metros por detrás ya que tenía el riesgo de hacer explotar el mismo submarino.
Así, el Hunley finalmente fue equipado con un torpedo en la proa, montado sobre un mástil que estaba equipado con una púa en su extremo. .La intención era embestir el casco con el torpedo, clavándolo allí. Una vez clavado el torpedo, el submarino retrocedería, haciendo que el torpedo se desprendiera del mástil, y una vez que el submarino se encontrara lejos se haría detonar el torpedo por medio de un cable de 150 metros de longitud.
El mástil media cinco metros y estaba construido de hierro hueco, lo que impedía que se rompiera al contactar con el casco del buque enemigo. La propulsión la proporcionaba una hélice que era accionada por un cigüeñal que movían 8 hombres.
En definitiva, el Hanley era una caldera tubular de 12,1 metros de largo por 1,4 de diámetro que llevaba unos depósitos internos de lastre en los extremos, un tubo de respiración en la parte media y dos torres de observación.
El ataque del Hunley
En julio de 1863, la noticia de la derrota confederada en Gettysburg y la pérdida de Vicksburg había llegado a Mobile. El consorcio organizo una prueba de las capacidades de ataque del submarino en la bahía de esta localidad, con la presencia del jefe naval confederado de la zona, el comandante Buchanan.
La prueba fue un éxito (contra un carbonero y con un cilindro metálico lleno de pólvora), y a los pocos días el Hunley fue cargado en dos vagones y enviado a Charleston, que sufría un fuerte bloqueo de los barcos de la Unión durante varios meses, llegando en la mañana del 12 de agosto de 1863.
La Confederación solicito voluntarios para la primera intervención del Hunley y se preparo un primer ataque nocturno sobre un barco de la Unión, pero ocurrió un grave accidente. El oficial al mando piso accidentalmente la palanca de control que controlaba la inmersión, mientras las escotillas estaban abiertas. Cinco miembros de la tripulación murieron ahogados y cuatro lograron escapar.
Se trabajo frenéticamente para volver a poner a flote el submarino. En el segundo intento de ataque, el 15 de octubre de 1863, se volvió a fracasar, el mismo H.L Hunley manejaba la nave. Estaban haciendo nuevas pruebas, el submarino desapareció bajo el agua de manera totalmente normal, pero no volvió a emerger. El mal tiempo impidió a los buzos de la armada confederada rescatar el Hunley durante varios días. Cuando pudieron por fin sumergirse y comenzar el rescate de los cadáveres (los nueve tripulantes habían muerto, incluido el creador) el submarino estaba literalmente clavado en el fondo, con un ángulo de 30 grados. Parece ser que alguien cometió el error de llenar rápidamente el depósito de lastre delantero, pero no el trasero.
Una vez recuperado el submarino y puesto de nuevo apunto, otros 8 soldados del 21º regimiento de Infantería Ligera de Alabama, al mando del teniente de marina George Dixon, respondiendo a una solicitud del general Beauregard, comandante en jefe de Charleston y, tal vez más atraídos aún por la promesa de una enorme recompensa por hundir un buque enemigo, se ofrecieron voluntarios para la misión de atacar a los buques del bloqueo de la Unión.
Embarcaron la noche del 17 de febrero de 1864, teniendo como objetivo una fragata de la Unión, que se pensaba que era la Wabash, a una distancia de unos 19,3 km (12 millas). El submarino podía hacer unos cuatro nudos, pero, a pesar de ir a favor de la marea, era extraordinariamente fatigoso para los sudorosos soldados. Para tener éxito, en el final del ataque, Dixon necesitó emerger, así que él podría alinearse visualmente su blanco.se prepararon para el que sería la primera y última misión de combate del Hunley.
John Crosby, el capitán de USS Housatonic (de 1.284 toneladas), a las 20:45, avistó un objeto de su viga de estribor, y como tenían cierta advertencia de un ataque inminente de los rebeldes, hizo sonar la alarma, pero demasiado tarde. El submarino había sido detectado a pocos metros del casco del barco.
Los cañones de la nave no podían apuntar a un objeto que se encontraba situado en el agua y tan cercano. Los marineros del barco cogieron todas las armas ligeras que pudieron y comenzaron a disparar con fusiles y pistolas sobre el submarino que se aproximaba aproximadamente a 3 nudos ( unos 5 kilómetros por hora).
Dixon enfiló el torpedo de larguero hacia el buque de la Unión, apenas visible e inmóvil, y pegó con su mástil de presión en el lado de estribor del enemigo, debajo de su línea de flotación.
Inmediatamente, los tripulantes del Hunley comenzaron a mover el cigüeñal del barco en sentido contrario para retroceder 150 metros, momento en el que el cable activo el mecanismo de detonación del torpedo.
La explosión consiguiente, contra el costado de estribor, hizo arder el Housatonic durante tres minutos, antes de escorarse a popa e irse a pique, llevándose consigo a cinco marinos unionistas muertos.
El Hunley emergió durante unos segundos, el tiempo suficiente para que el capitán del submarino enviase una señal con una luz de magnesio azul a sus camaradas, que esperaban en la orilla, para indicarles que la misión había tenido éxito. Pero a los pocos minutos, el submarino volvió a sumergirse para nunca más volver a salir, así como ninguno de sus tripulantes.
Recuperación del Hunley
En mayo de 1995,una expedición encabezada por Clive Clussier, consiguió encontrar los restos del Hunley. Y en agosto del año 2000 el submarino fue rescatado, con todos los cadáveres de sus tripulantes.
Un dato sorprendente de los 5 años de investigación del pecio fue la aparición de los esqueletos en perfecto orden junto a la manivela, lo que denotaba que los tripulantes no habían intentado escapar, sino que se habían mantenido sentados hasta el último momento. Este dato ha hecho que el misterio sobre cómo fue el final de aquellos audaces marineros continúe sin resolverse; es posible que hubieran ido cayendo inconscientes por el agotamiento y el enrarecimiento del aire, o que, una vez en el fondo, abriesen una válvula para que el buque se inundase y acelerar así una muerte cierta.
Después de los análisis realizados por expertos forenses, quedó establecida, aunque con algunas reservas, la posible identidad de los tripulantes. El 17 de abril de 2004, todos ellos fueron enterrados con honores militares en el Cementerio Magnolia de Charleston, en una ceremonia a la que asistió una multitud de 50.000 personas, y que fue denominada "El Último Funeral Confederado".
Hasta ahora, todo habían sido especulaciones sobre el motivo por el que el Hunley cayó hasta el fondo. Se había dicho que pudo deberse a la onda de la explosión; a la entrada de agua por una escotilla mal cerrada; incluso se especula con que otro barco unionista, el USS Canandaigua, lo hubiera embestido, ya que se encontraba en la zona ayudando a rescatar a los marineros del Housatonic; o, incluso que una bala de fusil disparada por los marinos del Housatonic hubiera impactado en una de las escotillas de cristal, permitiendo la entrada del agua en el submarino, etc.
Sin embargo, la hipótesis dominante siempre fue que el torpedo hubiera sido activado antes de la distancia de seguridad de 150 metros. Pues bien, según estas últimas revelaciones, tras el hallazgo del pecio, parece ser que la distancia que separaba a ambas naves en el momento del impacto, se creía que era a algo más de 30 metros, no era cierta. El descubrimiento de un pedazo del torpedo adherido al mástil del Hunley, vendría ahora a indicar que cuando el Housatonic explotó el submarino estaba, en realidad, mucho más cerca: a solo unos seis metros.
Que se hallara tan próximo a su objetivo incide en lo arriesgado de esta maniobra y abre un nuevo camino de investigación, en relación al alto riesgo que debió asumir la tripulación del Hunley.
Lo que sí confirmó el hallazgo del submarino fue la veracidad de una leyenda que acompañaba al teniente Dixon. Se aseguraba que Dixon llevaba siempre consigo una moneda de oro de veinte dólares, regalada por su novia, Queenie Bennett, para que le sirviera de amuleto. La moneda cumplió su cometido, puesto que en la batalla de Shiloh una bala impactó contra la moneda, salvándole así la vida. Esa moneda, doblada y con la inscripción Shiloh 6 de abril de 1862, fue hallada junto al esqueleto de Dixon, confirmando que la historia era auténtica.