La utilización de incineradoras como tratamiento de residuos produce una serie de emisiones gaseosas y de partículas, residuos sólidos (cenizas) y efluentes líquidos nada beneficiosos para el medio ambiente.
Incineración de basura
La incineración es la combustión completa de la materia orgánica hasta su conversión en cenizas, usada en el tratamiento de basuras: residuos sólidos urbanos (RSU), industriales peligrosos y hospitalarios, entre otros.
La incineración se lleva a cabo en hornos mediante oxidación química en exceso de oxígeno. Los productos de la combustión son cenizas, gases, partículas tóxicas y algunas con efectos cancerígenos, según los investigadores, así como calor, que puede ser usado para generar energía eléctrica, aunque esto último es cuestionado por las asociaciones ecologistas.
Algunos expertos creen que este sistema de procesamiento de los residuos presenta una serie de ventajas frente a otras técnicas de tratamiento. Por ejemplo, dicen, posibilita la recuperación de energía, el tratamiento de numerosos tipos de residuos y reduce estos en un 80.85%. Además, consideran estos, es más fácil de implantar cerca de núcleos urbanos ya que necesita poca superficie de terreno.
Pero para las asociaciones ecologistas los inconvenientes son más importantes ya que no elimina totalmente los residuos, por lo que se necesita un vertedero especial para el depósito de cenizas procedentes de la incineración, parte de las cuales son muy tóxicas. Igualmente, generan gases tóxicos que deben ser tratados, por ejemplo estos gases contienen dioxina que es un compuesto cancerígeno.
Por otra parte, aseguran los ecologistas, necesitan un aporte de energía exterior para su funcionamiento, sin contar con que la inversión económica y los costes del tratamiento son elevados.(250 millones de euros para una planta de tratamiento de unas 450.000 t/año) y que tiene posibilidad de averías, por lo que se necesita un sistema alternativo de tratamiento.
Contaminantes procedentes de la incineración
Los elementos principales que se encuentran en los residuos son carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y azufre; también están presentes en pequeñas cantidades otros elementos como metales, halógenos, etc.
Así, la utilización de incineradoras como tratamiento de residuos produce una serie de emisiones gaseosas y de partículas, residuos sólidos (cenizas) y efluentes líquidos nada beneficiosos para el medio ambiente como los oxidos de nitrógeno (NOx), los más importantes son NO y NO2. Los óxidos de nitrógeno son precursores de la formación de ozono (O3) y nitratos de peroxiacilo (NPA), oxidantes fotoquímicos constituyentes del «smog» (niebla con humo), y contribuyen a la formación de aerosoles nítricos que causan lluvia ácida y niebla.
Además, dióxido de azufre (SO2), que se forma por la combustión de materiales que contienen azufre. El S02 es un gas irritante para los ojos, nariz y garganta, y en altas concentraciones puede producir enfermedades o la muerte en personas afectadas de problemas respiratorios. El SO2 es el principal responsable de la producción de lluvia ácida.
También monóxido de carbono (CO), que se forma cuando la combustión de materiales carbonosos es incompleta. Reacciona con la hemoglobina de la sangre para formar carboxihemoglobina (HbCO), que sustituye a la oxihemoglobina (HbO2) que transfiere el oxígeno a los tejidos vivos. La falta de oxígeno puede causar dolores de cabeza, náuseas e incluso la muerte a concentraciones altas y durante un tiempo elevado.
Igualmente, las partículas que se forman por combustión incompleta del combustible y por arrastre físico de los materiales no combustibles. Las emisiones de partículas causan reducciones en la visibilidad y efectos sobre la salud que dependen del tamaño y de la composición de las mismas.
Otro contaminante son los metales ya que algunos artículos como plásticos, revistas, pilas, etc., contienen elementos metálicos, estos pueden permanecer en las cenizas o ser emitidos por la incineradoras. En concreto, se ha observado la presencia de Cd, Zn, Sb, Ag, In y Sn en los gases de salida, así como también de Hg en menores concentraciones. La posibilidad de que un compuesto metálico se volatilice o bien forme partículas sólidas dependerá de su naturaleza química.
La incineración de residuos que contienen flúor y cloro genera gases ácidos, como el fluoruro y el cloruro de hidrógeno. Se encuentran cantidades traza de flúor en muchos productos, mientras que el cloro se localiza en los plásticos, sobre todo en el policloruro de vinilo, y en el poliestireno y el polietileno, que suelen llevar aditivos que contienen cloro.
Por otro lado, también dioxinas y furanos, emitidos en bajas concentraciones desde los sistemas de incineración que queman residuos urbanos. Hay algunas evidencias que demuestran que estas sustancias se producen en todos los procesos de combustión. Y finalmente,
- PAHs: Los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs), Se forman al quemar parcialmente materiales que contienen carbono, por tanto son productos de una mala combustión. Estos compuestos son comunes en la atmósfera de las ciudades y su existencia es preocupante porque muchos son cancerígenos como el benzo[a]pireno o el benzo[a]antraceno.
Mejor el reciclado
Las organizaciones ecologistas, como Greenpeace, se oponen a todo tipo de incineración de residuos sólidos urbanos (RSU), incluso los que conllevan una recuperación energética puesto que, para ellos, el valor calorífico de los RSU se debe en gran medida a los plásticos, o en menor grado, al papel y a la madera, todos fácilmente recuperables y reciclables.
Critican la eficiencia de las incineradoras ya que, dicen, son ineficientes y se ha demostrado que, en general, no son eficaces para recuperar cantidades significativas de energía en comparación con una adecuada política de reciclaje de materiales.
Aseguran que las incineradoras generan enormes cantidades de escorias y cenizas volantes (al menos el 22,5% en peso de los residuos quemados, según los datos más conservadores), estas últimas pueden contaminar el entorno y deberían ser tratadas como residuos peligrosos. Por tanto, la incineración de residuos urbanos no puede considerarse como una fuente renovable y limpia de energía.