A estas alturas de mi vida como expat en Alemania, creo que ya he superado esa fase inicial un tanto desesperada en la que cuando se avecinaba una visita, aprovechaba para pedir que me trajeran todas esas pequeñas cosas que tanto anhelaba. Sin embargo, mis amigos y familiares se sienten mucho mejor cuando no vienen a visitarme con las manos vacías y los días previos, siempre me preguntan si necesito algo. A veces digo que nada, otras veces cualquier chorrada, depende de la temporada. Aunque si estoy pasando por una de esas fases de morriña extrema, puede que hasta les haga una lista (fabada asturiana, incluida).
Si algo tengo claro, es que para ellos es importante traerme algo como agradecimiento al alojamiento que por supuesto siempre les ofrezco. Aunque en realidad, yo no necesito nada de nada porque tan solo con verles ya me siento feliz y tremendamente emocionada. Si eres un expat, me entenderás. Si al contrario no lo eres, supongo que también te lo podrás imaginar. Lo que está claro es que si vas a visitar pronto a un amigo o familiar que esté viviendo fuera, te va a interesar lo que a continuación te voy a contar. Porque te propongo algunas ideas regalo que les puedes llevar. Una es gratuita, las otras no. Pero lo importante es que funcionar, ¡funcionan! Y te lo dice alguien que ya lleva casi una década viviendo fuera, y lo sabe resultado de su experiencia.
Algo que yo valoro muchísimo, son las revistas y los libros en español. Los devoro como una fiera, y exprimo cada una de sus páginas al detalle. En el caso de los libros, aquí en Alemania es más fácil acceder a ellos porque hay algunas librerías especializadas para hispanohablantes. Y claro, a estas alturas ya se puede comprar todo online. Sin embargo, con las revistas no pasa lo mismo. De ahí que me alegre mucho, cuando me las traen. No me importa que sean nuevas o viejas. Tampoco que estén leídas o incluso releídas, por toda la familia. Aunque respecto a la temática, me gustan más las que están relacionadas con la moda, la decoración o los viajes. Mi familia es de esas que casi viaja con sobrepeso porque asaltan la librería del aeropuerto.
Otra cosa que no puedes pasar por alto, es el tema de la comida. Aquí en Berlín tengo la suerte de encontrar de todo pero no esas cosas tan típicas de la tierra. Así que si decides llevar algunos de esos productos regionales únicos que más le gustan a tu amigo o familiar expat, ¡triunfarás! Ese queso tan rico, un buen aceite de oliva o lo que sea, que a ti te parezca una buena idea. En mi caso, siempre que tengo visita me llenan la despensa con conservas y el cajón del desayuno nunca cierra de la cantidad de dulces artesanos que allí almacenan. Que si las pastas de la abuela, que si las rosquillas de anís o las corbatas de Unquera.
Si eres de esas personas detallistas que no se quieren conformar con alguna de las cosas que mencioné arriba, te aconsejo que le lleves algún artículo de decoración que además de típico español, sea de calidad. De esta manera, tu querido expat podrá decorar algún rincón de su hogar de una manera de lo más original. Una pareja de golondrinas de cerámica de la Real Fabrica Española siempre serán un acierto (foto 2), al igual que una manta de lana tejida en el pueblo o cualquier producto de mimbre hecho a mano. Pero esto solo son algunos ejemplos, lo importante es que sea acorde con los gustos y valores de tu amigo o familiar expatriado.
Pero os aseguro que si hay algo que agradecemos, es la compañía. Hablar en nuestro idioma, deprisa y sin pausas, como si no hubiera suficiente tiempo para contarnos todo lo que hemos hecho en el último tiempo. Aunque realmente ya lo hayamos hecho, una y otra vez por teléfono. Hablar y hablar, de todo y de nada, hasta quedarnos sin voz y sin aliento. Que nos contéis los cotilleos o si hay alguna novedad en el pueblo. Eso no tiene precio y probablemente no se valora, hasta que no te has pasado años viviendo en el extranjero. Hablar por hablar y sin parar. Porque os aseguro que aquí en Alemania, eso no les va. Hablar en español y compartir experiencias en un idioma que es el tuyo. Ese que te permite expresarte cien por cien, que no te genera frustración alguna y con el que eres capaz de ser tú. Hablar en mi idioma nativo y hablar con los míos, me produce una sensación de felicidad que es muy difícil de explicar. De ahí que sea el mejor de los regalos, que me puedan dar.
¿Qué me dices? ¿Has vivido alguna vez en el extranjero? ¿Tienes familiares o amigos viviendo fuera? Si es así, ¿qué les sueles llevar? ¿Podrías añadir alguna idea regalo más? ¡Anímate y cuéntamelo en los comentarios!
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