Los mejores momentos que nos dejó noviembre
Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Qué tal ha ido el finde? Espero que genial.Hoy vengo con el post de los mejores momentos de noviembre. Estos post los disfruto mucho porque me hacen quedarme siempre con lo bueno. Y sin más rollo, empezamos.
Noviembre ha sido un mes de contradicciones. He tenido fines de semana estupendos, con celebraciones, con paseos y mucha paz.
También ha sido un mes muy cultural: tuvimos el Festival Internacional de cine que estuvo genial, con encuentros con actores y directores. Fui a conciertos de mis hijos y a ver a Fran Perea en un ambiente muy íntimo. Además nos han traído un cuadro de Goya y he tenido bastantes opciones de ocio.
Pero también ha sido el mes más lluvioso de los últimos 20 años, he tenido desperfectos en mi portal que han sido muy engorrosos, también en la finca hemos tenido destrozos...así que ha sido una de cal y otra de arena.
Antes de empezar os recuerdo que las fotos son hechas por mí, no están editadas porque son recuerdos y me gusta dejarlas tal cual, y son todas de noviembre. Este mes he hecho muchísimas fotos pero la mayoría son de celebraciones o actos culturales, para poner aquí no tenía demasiadas.
Noviembre ha sido el mes de las luces y las sombras, y yo elijo empezar con luz, con mucha luz.
Y también he paseado por la playa, con sus grises y la arena dorada. Algunos días nos atrevimos a meter los pies en el agua.
La lluvia deja imágenes preciosas, caminos brillantes que invitan a soñar.
Otros días, aprovechando los instantes de sol buscamos sitios para perder nuestros pensamientos y quizás, encontrar algún recuerdo.
Y claro, nos vamos al teatro. Este me encanta porque es muy misterioso, está en una especie de callejón en una pequeña ciudad de la cuenca minera que me transporta a la infancia.
Pero la lluvia vuelve, y con ella las imágenes mágicas.
Noviembre es el mes de los estorninos. Llegan salpicando el cielo del atardecer y cuando se van solo podemos cerrar los ojos y desearles buen viaje.
Las calles en otoño están preciosas, alfombradas con hojas secas y aromatizadas con ese olor a hogar, a frío y a felicidad.
Desde muy pequeña, cada año me pierdo en este lugar para ver los cambios de estación. Y sin duda mi favorita es el otoño.
Alguien me dijo una vez que las Xanas se dejan caer por aquí, aunque no suele ser en otoño; se reservan para la noche de San Juan.
El agua de la fuente sale fría por el caño, y su sonido es la canción de cuna de los caballos que están en el prado que hay muy cerquita.
Caminar sin prisa y encontrar viejos muros que susurran historias misteriosas siempre es un placer.
Y seguimos con la luz, porque cuando la lluvia nos da un respiro siempre nos inunda la luz.
Los atardeceres en otoño son increíblemente hermosos, aunque a veces no puede captarse en una foto.
Pasar las mañanas al aire libre es la mejor sensación tras muchos días complicados, porque ya se sabe que en el campo todo sabe mejor.
Y no podemos olvidar la belleza que desprenden los parques, incluso cuando llueve y no hay niños que nos alegren con su algarabía.
Pero quiero irme con luz, deseando que diciembre llegue lleno de magia. Pidiendo que a pesar de la nostalgia que sé que me invadirá, la Navidad nos llene el alma de cosas buenas a todos.
Y aquí se acaba noviembre, el mes de las contradicciones, el de la familia, las risas y las carreras. El de los papeleos, los chocolates calientes y las sorpresas. Y llenos de esperanza recibimos a iciemre.
Mil gracias por leerme y nos vemos el jueves en mi post reflexivo.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Feliz martes!!!!!!!!!!!!!!!!