Resumen de los mejores momentos que nos dejó octubre
Hola a todos y bienvenidos. ¿Qué tal ha ido el puente? El mío muy bien, necesitaba unos días para descansar y a la vez cerrar esas cosas pendientes que se van acumulando y un poco de esto y un poco de lo otro hacen un mucho.
Y tras un puente bastante intenso vengo con el resumen de los mejores momentos que nos dejó cotubre.
Y sin más rollo empezamos.
Los que me leéis habitualmente ya sabéis que cada mes hago un repaso de los mejores momentos que he tenido. Llevo 4 años con esta sección y es un ejercicio que me ayuda a ver lo bueno. Hay meses que son estupendos y no necesito recordarme lo bueno para animarme, pero hay otros que son regulares o malos y recordar lo bueno alimenta la esperanza. Si algún día dejo el blog haré la sección para mí.
Octubre ha sido un buen mes, algo estresante por temas burocráticos, y con obras que se iban complicando(vivo en un desorden que habría que verlo pero vamos mejorando) y asuntos varios de salud con familiares y propios que también van mejorando pero a pesar de las trabas no ha sido mal mes porque hemos avanzado siempre, despacio pero avanzamos.
Y en este mes que nos dejó hemos tenido días de sol en los que hemos paseado por algunas zonas de la ciudad que están engalanadas y lucen preciosas.
Y también hemos tenido días de lluvia que invitaban a pasear bajo el paraguas, con el suelo brillante y compartiendo un cucurucho de castañas.
Otros días nos fuimos a pasar la tarde a lugares que me encantan y en los que un picnic de invierno en un pedrero viendo pececitos y anémonas, sencillo y sin grandes cosas, sabe a gloria.
Y volvimos a la parte alta, a ver la representación de nuestra ciudad, a mirar el mar con un horizonte interminable que nunca se acaba y donde los azules se mezclan unos con otros.
En esos días de sol buscamos lugares recónditos y tranquilos para sentarnos a leer.
O volvemos a casa al atardecer, deliciosamente cansados y envueltos en azules y naranjas.
Si yo algún día me animase a tener moto, sin duda sería como esta, con todos mis gatitos ahí representados.
Los cielos azules salpicados de nubes blancas son realmente evocadores.
Y ver a la gente encaramada en lugares imposibles es algo que no podía dejar de poner aquí.
Adoro ir al campo y ver las casas con sus hórreos o paneras con el maíz y la hierba seca que abastecerá a sus animales durante el invierno.
Algunos días hicimos trámites por el centro de la ciudad, y nos deleitamos en el edificio de correos, con esa cúpula acristalada que invita a tocar el cielo.
También hicimos excursiones familiares a lugares que ya conocíamos pero que siempre vemos con ojos nuevos.
Y vamos por carreteras infinitas buscando lugares secretos para hacer más picnic de invierno(o de otoño).
Y seguimos buscando lugares bonitos para leer en calma, con el murmullo del mar acompañando nuestras lecturas.
La guinda del pastel la puso el encuentro con Martin Scorsese, fuimos en familia y fue una experiencia estupenda.
Volver a casa con la luna guiando nuestros pasos es una maravilla, las lunas de otoño son inmensas e invitan a soñar.
En mi ciudad las gaviotas son muy educadas y cruzan siempre por el paso de cebra, como debe ser.
Y los parques tienen ese aura otoñal que es tan evocador.
Unas veces nos vamos a ver barcos mientras sus reflejos tornasolados adornan el mar, ese mar inmenso y azul que en realidad no necesita adorno.
Y otras veces nos vamos a pasear por el bosque, es una delicia sentir las hojas secas crujir bajo nuestros pies.
O para coger castañas, aunque este año hemos tenido muy pocas.
Y caminamos junto a embalses que nos llenan de paz, con sus aves descansando en la orilla.
Y el mes fue avanzando y la nieve, esa que jamás se deja ver en octubre, empezó a asomar por las montañas. Es curioso contemplar el mar y si miramos un poco más allá, vemos la nieve coronando las montañas.
Y los paseos por algunos de mis lugares favoritos tienen el color del frío, aunque siempre es agradable ver las cosas desde otro punto de vista, observar el mirador y la estatua recortados a contraluz también tiene su encanto.
Y los restos de la antigua fortaleza militar son inspiradores cuando aún está amaneciendo.
Y octubre se fue llevándose el calor, los días largos y la ropa de entretiempo pero dejando a nuestro lado la nieve, los paseos bajo el paraguas y las comidas calentitas.
Muchísimas gracias por leerme y nos vemos el miércoles con algún truco.
¡¡¡¡¡Feliz semana!!!!!