Los mejores momentos que nos dejó enero
Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Qué tal ha ido el finde? Espero que genial. Por aquí hemos tenido veintitantos grados y se ha aprovechado a tope, he cogido fuerzas para la semana.
Hoy vengo con un repaso del mes de enero. Los lectores habituales sabéis que desde hace algo más de 5 años hago un repaso de los mejores momentos del mes. Solo pongo lo bueno, es una forma de buscar siempre lo positivo, de intentar encontrar la felicidad en medio del desastre. Y como siempre, os digo que son fotos sin editar, hechas por mí y de enero. Ahora, sin más rollo, empezamos.
Enero ha sido un mes variado. Preparando las fotos me di cuenta de que no tenía ninguna en la ciudad. En diciembre saqué fotos a las calles iluminadas, en mi ciudad y en alguna otra, pero en enero la ciudad fue compañera de carreras, de compras, médicos, trámites...así que las fotos son más bien del campo.
Y en el campo encontramos paisajes realmente bonitos, y este estaba casi a la vuelta de la esquina.
Otros días cogimos el coche para ir a lugares altos.
Y perdimos nuestra vista entre montes y niebla, mientras los viejos recuerdos aderezaban la conversación.
También disfrutamos de los lavaderos, esos lugares que tantas conversaciones guardan.
O paseamos acompañados de rayos de sol invernales.
A veces, algunas chicas, bien abrigaditas, observaban nuestros paseos.
Y otras, las flores que un día lucen exhuberantes, se han quedado mojadas y tiernas con la lluvia.
El verde ha sido mi compañero algunos días.
Y los árboles desnudos, que contrastan con el esplendor de la primavera, lo han sido otros.
Algunas mañanas, mirando al suelo, pude disfrutar de esas hojas secas que alfombran algunos parques.
Y una tarde pude mojar mis manos con el agua helada que bajaba de la montaña.
La lluvia ha traído algunas desgracias pero a veces, mientras estamos reparando los estragos de esas aguas tan fuertes, nos encontramos una prímula para recordarnos que pronto llegará la primavera.
Y los paseos han sido un bálsamo, imposible prescindir de ellos.
A veces, un poco de ejercicio en ese sitio al que siempre volvemos puede ser una buena idea.
Un tarde, casi con la puesta de sol, podemos disfrutar de uno de mis lugares preferidos desde el suelo, dejándonos dominar por su magnitud.
Y algunos días después, y casi a mediodía, podemos dominar el mundo desde lo alto de ese lugar tan preferido. Las perspectivas pueden cambiar en muy pocos días.
Y enero se fue, así que tenemos que afrontar febrero con ganas, con ilusión y esperanza porque ese mes tan corto que a mí nunca me ha gustado, seguramente viene lleno de magia.
Y hasta aquí el post, un repaso por el primer mes de una nueva década. Mil gracias por leerme y nos vemos el miércoles con algún truco.