El establecimiento se ubica en la propiedad de La Cense, antiguo lugar de amores ocultos y prohibidos entre Gabrielle dEstrées y el rey Enrique IV, en un área de más de 200 hectáreas, el emplazamiento perfecto para relajarse y desconectar del estrés del día a día.
Disfrutar del Hotel Le Barn supone alejarse del mundo y sumergirse en su corazón, para reflexionar, escuchar el canto de los pájaros, susurrar a los caballos o contemplar las estrellas, en un alojamiento pensado para contemplar el deseo de escapar.
Despacio, corriendo, a caballo, a pie o en bicicleta, cada huésped vive su momento a su propio ritmo, en un entorno flexible y privilegiado, en un lugar en el que la arquitectura se encuentra en armonía con la naturaleza. Los dos antiguos graneros del Hotel Le Barn, renovados de forma respetuosa y exquisita, abrazan el horizonte desde el anochecer hasta el amanecer. Las habitaciones y suites disponibles combinan sobriedad y modernidad, luz y espacio, con unas vistas que transmiten serenidad y equilibrio.
En el antiguo molino se ubica el espacio de bienestar del Hotel Le Barn: la sauna, el hammam y los baños nórdicos situados en el exterior, junto al cercado de los caballos invitan a relajarse en manos de los mejores profesionales, para favorecer un enfoque agradable y terapéutico.
Además, en Le Barn se puede disfrutar del placer de una buena mesa en el restaurante La Serre, en el que se ofrece una cocina bistronómica, gourmet y refinada: platos tradicionales elaborados con productos locales de su propio huerto, de temporada y proximidad se funden con recetas más vanguardistas, para lograr que la estancia en el hotel sea 100% enriquecedora.
Tan solo 45 km separan Le Barn de la capital francesa, una distancia más que suficiente para disfrutar del placer de relajarse y vivir en armonía.
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