Con el estreno de la nueva Star Wars a la vuelta de la esquina es el momento ideal para revisitar la saga. El problema es por donde empezar. Si lo que uno pretende es revivir la experiencia cinematográfica que cautivó al público de los 70 y los 80 lo tiene complicado. Aquellas versiones de las películas originales pasaron a la historia tras las ediciones especiales que Lucas reestrenó a finales de los 90. Versiones que a su vez se modificarían en varias ocasiones mientras las anteriores se retiraban discretamente del circuito comercial en un caso verdaderamente único de autoremake artístico y censura de la obra original.
A estas alturas hay cuatro versiones oficiales de las películas que componen la trilogía original.
Las películas originales que se comercializaron prácticamente tal cual en VHS y ya remasterizadas también en LaserDisc en 1993.
Las ediciones especiales de 1997 que se lanzaron posteriormente en VHS. Remasterizadas y fuertemente retocadas.
Las ediciones especiales de 1997 con nuevos retoques para la edición en DVD de 2004.
Las ediciones especiales, nuevamente retocadas, para el lanzamiento en BluRay de 2011.
Sí, lo de Lucas con los retoques digitales ha sido un no parar desde que le cogió el gusto y la segunda trilogía con las precuelas no se libró del mismo vicio. Para la edición en DVD de 2004 el artesanal Yoda del Episodio I fue sustituido por un Yoda CGI menos encorvado, más ágil y más en sintonía con el Yoda CGI de los episodios II y III. Hubo muchos otros pequeños cambio pero ninguno tan evidente.
Bien, con este panorama, ¿por donde empieza uno?
El camino fácil es la edición en BluRay de 2011 -reeditada este año- con la saga al completo en alta resolución y todos los parches y updates que Lucas imaginó antes de vender el invento a Disney en 2012. Para Lucas, ese es el canon cinematográfico de la serie y todo lo anterior "early drafts" o, simplemente, borradores. Esta elección es cómoda , rápida, tan fácil de comprar como de piratear y también un flaco favor a la infancia de cualquiera nacido en los 70. Imaginemos que Bethoveen hubiera decidido remasterizar la 9ª sinfonía en el siglo XXI, añadiendo sintetizadores pop porque ese es el sonido que realmente imaginaba pero que los limitados instrumentos musicales de la época no le permitían alcanzar. Pues eso son las ediciones especiales.
Contrariamente a la creencia popular, los retoques van más allá de un par de escenas añadidas, rellenar los planos con personajes y decorados digitales a cascoporro, modificar efectos de sonido y líneas de diálogo, hacer tragar al público con Hayden Christensen en El retorno del Jedi, Han Solo shot first o modificar el montaje de algunas batallas espaciales. También la fotografía de la película se ve profundamente retocada en las ediciones especiales y el resultado es una película con un personalidad cromática diferente. Volviendo a las comparaciones odiosas, como si Van Gohg hubiera decidido a comienzos del siglo pasado que Los girasoles necesitaban un amarillo más fantasioso, un verde más flashy o mil millones de girasoles más para completar su visión original.
Si lo que has leído hasta ahora no te parece cosa de friquis, entonces lo tuyo es ir a por las ediciones originales. Y aquí comienzan las dificultades.
Si uno no dispone de un reproductor VHS o Laserdisc ni ganas de lanzarse a buscar en Ebay piezas de coleccionismo tiene que ir a por la reedición en DVD de 2006. En ella se incluyo la trilogía original sin retoques como un bonus extra junto a la reedición de los DVD de 2004. Se trata de un transfer de la edición en LaserDisc que no se adapta al nuevo formato (mantiene 4:3) y presenta problemas con el tratamiento del color y los movimientos rápidos de personajes en pantalla como consecuencia de la resmasterización digital recibida a comienzos de los 90 para adaptarlo al formato precursor del DVD. Ediciones que tienen incluso una duración ligeramente menor (entre tres y cinco minutos) debido a que la reproducción se aceleró un 3% para que la película encajara en los límites de un LaserDisc.
No es lo ideal pero constituyen la mejor opción oficial y la última que LucasFilms tuvo a bien disponer al público.
A partir de aquí entramos en terreno unofficial. Una pieza tan integral del entertainment de las últimas décadas genera todo tipo de contenidos y creaciones por parte de los aficionados. Entre ellas destacan los intentos por recuperar la obra original de Lucas y cuyo mejor exponente son las Despecialized Edition. Actualmente en su versión 2.5, son un intento de un grupo de aficionados liderados por Petr Harmy de adaptar la obra original a los formatos de reproducción actuales respetando la visión original.
Es una verdadera obra de amor con unos resultados extraordinarios. Existe una demanda hacia Disney por una edición en condiciones de la trilogía original y de vez en cuando surgen rumores al respecto. Hasta entonces, las Despecialized Editiions de Harmy son las mejores opciones para recuperar la experiencia original de Star Wars.
De la misma forma que las precuelas no han escapado al ansia remodeladora de George Lucas tampoco lo hicieron del de la comunidad fan por enmendarle la plana. Los retoques visuales, más allá del caso de Yoda en el Episodio I, no son demasiados y no hay mucho que corregir. El objetivo está en acercarlas al espíritu original eliminando morralla narrativa como Jar jar Binks, la historia de "amor" entre Anakin y Padme o buena parte de las entorpecedoras escenas de politiqueo en cualquiera de la ellas. Eso son las Anti Chesse edition. Versión de las precuelas en las que se eliminan buena parte del metraje que no añade nada a la historia y consiguen, cuando menos, narraciones mucho más dinámicas. Los 131 minutos de La amenaza fantasma quedan en 100, los 142 de El ataque de los clones en 118 y los 139 de La venganza de los Sith se reducen a 125.