México, DF, sábado 14 de junio de 2014.? Jugar en la selección argentina trae aparejado, tarde o temprano, quedar en el foco de atención. Esta regla general no escrita cuenta para todos los futbolistas que visten la camiseta albiceleste, más allá de que en los tiempos que corren, el ojo examinador se pose con mayor precisión sobre la última línea del equipo que conduce Alejandro Sabella.
Ezequiel Garay lo sabe. A los 27 años, el zaguero central atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera, no sólo por la gran temporada que tuvo con el Benfica portugués, sino por haberse consolidado como titular indiscutido para su seleccionador. Quizás por eso no le teme al examen permanente ni a las críticas recibidas.
"Estamos al tanto de todo eso, claro", afirma Garay con calma a FIFA, a horas de su estreno en Brasil 2014 ante Bosnia y Herzegovina. "Sabemos que del medio para arriba tenemos muy buenos jugadores que pueden cambiar el curso del partido en cualquier momento. Eso se transforma en un desafío para nosotros, los defensores, pero no porque nos falte calidad, sino por la tremenda calidad de nuestros compañeros de ataque".
Garay hasta podría calificar de injustas algunas de aquellas críticas, sobre todo luego de terminar el clasificatorio mundialista con la segunda valla menos vencida, con tan sólo 15 goles en 16 partidos. Sin embargo, al igual que el fútbol que practica, sale del asunto con elegancia. "Los defensores tenemos que mantener la calma. Mejoramos mucho con el correr de las eliminatorias y terminamos muy sólidos. Y claro, debemos hacer nuestro trabajo bien para poder ganar cada partido".
UN RIVAL, "EL" ESTADIO
El primer desafío, dicho está, es un seleccionado bosnio que trae colgado el cartel de equipo duro, independientemente de que sea su estreno en la competición. "Sabemos que cuentan con buenas individualidades, especialmente (Edin) Dzeko, el centrodelantero, pero la clave será no salir a jugar relajados, no pensar que puede ser fácil", afirma el dueño del dorsal número 2 albiceleste.
Pese a esto, Garay no desconoce el favoritismo de Argentina, así como tampoco que esta condición excede al primer partido. "La historia y los jugadores que tenemos, entre ellos el mejor del mundo, hace que nos vean como uno de los candidatos en el Mundial. Pero el objetivo ahora debe ser sólo ganarle a Bosnia", aclara el futbolista, quien si bien fue campeón mundial sub-20 en 2005 y olímpico en 2008, hará su debut en la gran cita del fútbol planetario.
El estreno argentino en Brasil tiene un condimento extra: será sobre el césped del mítico Maracaná. "Nunca jugué allí y deseo disfrutarlo, será muy lindo. Pero también me gustaría jugar un partido más ahí, el de la final, que es a lo que aspiramos todos. Igual, la final queda muy lejos todavía. Nuestra obligación es respetar a todos los rivales por igual y tomar esto un paso a la vez", se despide Garay.
*Con información de la FIFA