Su infancia no fue fácil, su asma crónica le impedía hacer vida normal y acudir a clase, por lo que recibía su formación en casa. Con 16 años, su padre le echó de casa por declarar su homosexualidad.
Se traslada a Francia donde queda cautivado por la obra La matanza de los inocentes de Poussin, y sobre todo por el arte de Picasso, del que adopta el arte abstracto y la distorsión de las figuras.
Instalado en Londres de nuevo, comienza a adquirir fama como decorador de interiores con obras semejantes al Art-Déco. A principios de los años 40 empieza a obtener reconocimiento por sus cuadros, su primera gran obra es el tríptico Tres estudios de figuras junto a una crucifixión. Y a finales de los 40 se consagra con sus famosos retratos, uno de los cuales es comprado por el museo MOMA de Nueva York.
Sus obras tienen mucha influencia de Picasso, Munch, el colorido de Van Gogh y una gran admiración del trabajo de Goya y Velázquez, en concreto del sufrimiento de los personajes, característica que también se observa en muchos de sus retratos.
Tener tantos modelos de inspiración, hace que sea muy difícil encuadrarle en alguna corriente artística. Para algunos expertos pertenece al racionalismo y para otros podría formar parte del expresionismo, en lo que coinciden todos es en considerarle como el mejor pintor del siglo XX a la hora de representar al hombre.
En los años 90, el precio de sus obras comenzó a dispararse hasta la actualidad, su muerte en 1992 en Madrid mientras presentaba una exposición, le impidió disfrutar del éxito económico.