De un día para otro me saqué el billete y decidí emprender un viaje de casi dos meses por el archipiélago filipino.
Antes de empezar a hablar de este paraíso y de los motivos por los que no te lo puedes perder, me gustaría comentarte que, si estás pensando en viajar a Filipinas, lo primero que tienes que saber es que hay épocas mejores que otras para hacerlo.
En este caso, la época seca en la gran mayoría del país tiene lugar desde diciembre hasta mayo, y en teoría es la mejor para poder disfrutar de un clima adecuado.
Pero eso no quiere decir que el resto de los meses no sean buenos para viajar; simplemente que el clima no es tan favorable y que es posible que en algún momento te toque padecer algún que otro tifón, sobre todo si tienes pensado ir de agosto a diciembre.
Filipinas es un archipiélago con más de 7.000 islas con lo que, en dos meses, es imposible recorrer todas las habitadas y poder vivirlas como se merecen.
Si te apasiona recorrer el mundo tampoco te puedes perder nuestro post dedicado a Vietnam.
Mi experiencia en Filipinas
A continuación, te hablaré de las razones por las que creo que no puedes perder la oportunidad de viajar a Filipinas.Su gente
Una de las muchas razones por las que creo que Filipinas es un destino diferente es su especial gente, ya que los locales te tratan desde el primer momento con una amabilidad que nunca antes había visto y te hacen sentir como en casa.Puede que se deba a que necesitan el turismo y una de las formas de mantenerlo es tratándonos de la mejor manera posible, pero realmente, después de viajar por diferentes países y de tratar con todo tipo de personas, sin duda los filipinos se llevan el puesto número uno en mejor trato.
Algo que me impactó mucho es que siempre están riendo, parecen tremendamente felices y con el paso del tiempo me he dado cuenta de que viven muy presentes en el día a día, con lo que no comparten nuestra fijación por el futuro, algo que me parece muy interesante para evitar frustración y esa obsesión por querer controlarlo todo.
Su gastronomía
No es precisamente una comida globalmente conocida y me atrevería a decir que está muy infravalorada. La gastronomía de Filipinas está basada en el arroz, la carne, el pescado y una variedad de frutas tropicales.La cocina filipina está muy influenciada por la malaya, la china y por la comida española y cuenta con muchos platos de cuchara y con bollos, muy ricos.
Aún tengo el recuerdo del lechón que disfruté en el restaurante Rico’s Lechon, de Cebú, un manjar acompañado de arroz con ajo o como lo llaman ellos, garlic rice, que te dejaba con una sensación de querer comer y cenar todas las noches en dicho restaurante.
En Bohol tuve la suerte de poder disfrutar de una comilona en casa de una familia filipina que me abasteció de absolutamente todo lo imaginable: guisos muy al estilo español, platos acompañados de arroz, pescado a la brasa, tallarines
La experiencia fue increíble. Tres platos que me encantaron fueron los siguientes:
Adobo: no existe una receta fija y se trata de un estofado cocinado a base de verduras y ajo con el que cada Carinderia lo prepara siguiendo sus recetas tradicionales.
Kinilaw: es el ceviche filipino: pescado fresco, cebollas, jengibre pepino y tomate marinado con chili rojo, vinagre y calamansi, el fruto ácido por excelencia que descubrirás en Filipinas.
Balut: se trata de un huevo hervido que contiene no solo una yema, sino también un embrión de pato semi-desarrollado. Es conocido como una de las delicias más icónicas y exóticas de Filipinas y tiende a provocar todo tipo de fascinación a los extranjeros, tanto para aquellos que lo encuentran algo delicioso como para los que no se atreven a probarlo. A mí me encantó. A la vista no es muy bonito, pero el sabor sorprende.
Aquí tienes una foto de una de las comidas que tuvo lugar en una barca típica filipina:
Sus increíbles playas
Es un tópico, lo sé, pero es cierto que las playas de agua cristalina de este maravilloso país son de otro mundo. La mezcla de roca caliza con la vegetación y con la claridad de su agua hacen de estas playas irresistibles.Para aquellos amantes del buceo como yo, es un lugar idílico para poder disfrutar de la fauna marina: tortugas, tiburones, peces de colores llamativos e, incluso, en los alrededores de alguna isla podrás bucear entre cascos de barcos hundidos o algún que otro avión nipón.
Si te gusta el surf, hay un par de islas interesantes para practicar. Siargao o La Unión son dos de ellas.
Personalmente, me encantó la isla de Malapascua, que es muy pequeña y se encuentra rodeada de playas preciosas. Es el sitio perfecto para bucear con el tiburón zorro y entre cascos de un barco japonés.
La famosa Palawan, más concretamente El Nido, una de esas maravillas que se ven en las películas y que te hace contar las horas que faltan para poder conocerla.
Para mi gusto está demasiado masificada, pero es una experiencia que no te puedes perder por nada del mundo si decides viajar a Filipinas.
Lugares mágicos
La moto siempre está muy presente en mis viajes, y es imprescindible si quieres encontrar rincones únicos y desconocidos para la gran mayoría de los turistas.Me viene a la mente una ruta que hice con un amigo por los alrededores de Palawan para poder ver algo más que la parte masificada que ya conocíamos y me acuerdo como si fuese ayer de aquella cabaña que encontramos después de horas sobre la moto y sin saber muy bien a dónde íbamos.
Nos desconcertó mucho ver aquella casita en la nada y pensar que quien la habitaba era totalmente autosuficiente y no necesitaba en absoluto estar cerca del centro de la isla.
Su pasado español
Como ya sabrás, Filipinas fue territorio español durante tres siglos, entre 1565 y 1898, aunque el territorio se perdió en la guerra hispano-estadounidense.Las lenguas oficiales son el tagalo y el inglés, pero sumergiéndote en su cultura te das cuenta de que muchas de las palabras utilizadas tienen mucha influencia del español, por ejemplo, hepe – jefe, syudad – ciudad, gobiyerno – gobierno, alkalde – alcalde.
Caminando por sus calles vas siendo consciente de que parte de la herencia cultural se mantiene en la arquitectura de la mayoría de las ciudades, como Manila (en intramuros), Cebú o Vigan, esta última una ciudad que se ha conservado intacta.
Luego está el chabacano, una lengua criolla compuesta en su mayoría por palabras de origen español. Durante el periodo colonial español se llegó a llamar el “lenguaje de la calle”. A día de hoy, sigue hablándose chabacano en la isla de Zamboanga y en Cavite.
Chocolate Hills de la isla de Bohol
Al sur de Filipinas nos encontramos con esta maravilla geológica compuesta por casi 1.300 montañas con forma de conos, la mayoría del mismo tamaño y repartidas en una superficie de cincuenta kilómetros cuadrados.La leyenda dice que un gigante enamorado de una mortal lloró cuando esta falleció y las lágrimas que derramó se convirtieron en las Chocolate Hills. Merece mucho la pena visitarla, ya que es única en el mundo.
Filipinas está lleno de sorpresas y es un país lleno de contrastes. Si tienes la oportunidad de escaparte durante un mes, no lo dudes, elige Filipinas como destino y no te arrepentirás.
Si te interesa viajar a Filipinas y a otros rincones del mundo es muy probable que también te interese descubrir qué es el glamping.
5 / 5 ( 1 voto )