Localizada en el Mediterráneo, a medio camino entre África y la Europa continental, Malta se compone de cinco islas principales, de las cuales solamente tres están habitadas.
Pero el día de hoy ponemos el ojo en una de las dos que no tienen población, Filfla.
La leyenda atribuye su origen a la ira divina, y es una nueva entrada en nuestra serie de Islas Prohibidas del Mundo.
¿Dónde está Filfla?
En 2014 pasé 10 días en Malta, conociendo prácticamente todo el país, y en varias ocasiones estuve en la costa sur del país.Alejada de los lugares turísticos más populares, en esa zona de Malta puedes conocer tanto los templos megalíticos de Ħaġar Qim y Mnajdra, como la caverna marina conocida como la Gruta Azul.
Desde ambos lugares, y en la carretera que los une en el municipio de Qrendi, al voltear a ver el Mediterráneo, se ve solitaria una gran roca que atrapa la mirada.
Se trata de Filfla, una isla deshabitada y prohibida, que es también el punto más al sur del país, y que está más cerca de Túnez, al norte de África, que de el resto de Europa.
La villa que ofendió a Dios
El origen de Filfla es narrado por una leyenda, que también explica el origen de otro secreto de Malta llamado Maqluba.Se cuenta, que en la Edad Media existía un pequeño caserío, donde la gente llevaba una vida pecaminosa a grado tal que Dios se sentía ofendido de su forma de ser.
Únicamente había en el pueblo una buena mujer, y a través de ella Dios envío un mensaje al resto de la gente, exigiendo que reflexionaran y cambiaran su forma de ser.
Pero como no podía ser de otra forma, estas advertencias fueron ignoradas, y finalmente provocaron la ira divina.
Dios arrancó el caserío de la tierra y lo arrojó al mar. Filfla es precisamente el pedazo de tierra donde alguna vez estuvo esta villa, y sirve como advertencia para llevar una buena vida.
Todos quienes vivían en el lugar murieron, salvo la noble mujer cuyo mensaje fue ignorado, y que fue rescatada por unos ángeles antes de que el pueblo fuera destruido.
Maqluba
El otro lugar cuyo origen se explica por esta leyenda es Maqluba, que es una depresión o dolina ubicada en el centro de la villa de Qrendi.La depresión tiene un área de 4,765 metros cuadrados y 15 metros de profundidad, y en su interior tiene una importante cantidad de árboles, muchos de los cuales no se encuentran en otro lugar de Malta.
Por ello, y por ser uno de los lugares donde se recargan los acuíferos, es, pese a su pequeño tamaño, una de las áreas naturales protegidas de Malta. En su orilla tiene también a la capilla de San Mateo, que existe desde el siglo XI y es una de las más antiguas del país.
Así estos dos espacios naturales están unidos por la leyenda, y si bien a Maqluba puedes entrar libremente, Filfla es una isla prohibida.
Más allá de la leyenda
Pese a lo atractivo de la leyenda, el verdadero origen de Maqluba se tiene registrado, casi con toda seguridad, el 23 de noviembre de 1343.En esa fecha, un terremoto agitó Malta, en un año donde el país también vivía una severa tormenta invernal, y tanto la humedad como el movimiento telúrico provocaron que la tierra se hundiera en ese punto.
Al parecer, bajo la superficie ya existían cuevas y canales usados como pozos desde tiempos fenicios, por lo que la estructura general ya estaba muy débil facilitando el colapso de la superficie.
En el caso de Filfla, poca historia se puede rescatar, pues la isla siempre ha estado deshabitada.
Sin embargo, se cree que era considerada sagrada por los pueblos prehistóricos, por lo cual se habrían construido templos megalíticos al sur de Malta.
Curiosamente, si se sabe que la isla tuvo una construcción humana, una capilla dedicada a la Asunción de la Virgen María, que está datada a 1343, el mismo año del terremoto que creó Maqluba.
¿Sería esto casualidad, o los fenómenos naturales de ese año unieron los dos puntos no solo en la leyenda, sino también en la realidad?
La capilla, desde la cual se daba misa a los pescadores, lamentablemente, desapareció cuando un terremoto destruyó parte de Filfla en 1856, hundiéndola en las aguas.
Sin embargo, la pintura que adornaba su altar había sido retirada años antes, y hoy la puedes ver en la capilla de Santa Catarina en Zurrieq.
¿Por qué no puedo visitarla?
Sin haber tenido nunca una población permanente, los únicos que viven en Filfla son las aves, que siempre la han tenido como un santuario.En concreto, tres especies de aves: el paíño europeo, la perdela atlántica y la gaviota de patas amarillas, la tienen como lugar de anidación.
Hasta 1971 el ejército Británico usó la isla como campo de tiro, pero en 1980 se le declaró reserva natural, y la protección aumentó en 1986 cuando se prohibió la pesca a 2 kilómetros a la redonda.
Es, como la Isla Albatros, un área importante para la conservación de las aves, y por ende no se permite visitarla más que para propósitos científicos.
¿Realmente no puedo ir?
Si vas a realizar una investigación científica, puedes tramitar un permiso ante la Autoridad de Planeación y Medio Ambiente de Malta.Para cualquier otra situación, no se permite acceder a Filfla.
Existen servicios turísticos que te llevan en barco por los diversos atractivos de Malta, y algunos de ellos te acercan a Filfla para contarte su leyenda y verla de cerca.
Esto es lo más que podrás aproximarte a esta enigmática roca.
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