En los cultos afro-brasileños el culto a San Jorge (identificado como Ogúm, el dios de la guerra y el hierro) es muy apreciado. San Jorge se representa montado a caballo, provisto de una espada y Ogum es el orixá que forja las armas y las utiliza como armas de guerra. Pero no se trata aquí de violencia, sino de hacer retroceder a los enemigos, las malas influencias y las vibraciones negativas, tales como la envidia, la codicia y la mezquindad.
Este santo se relaciona con las armas, pero de manera simbólica alude también a los recursos espirituales con que todos contamos para enfrentar con éxito situaciones difíciles.
Como simbolismo en el culto umbanda se utiliza un collar protector que representa al santo con sus colores blanco-rojo-verde. Se cree que quien lo porte e invoque al santo, se verá libre de todo peligro.
El santo católico
De acuerdo a la leyenda contada por Jacobus de Voragine, la historia de San Jorge y el Dragón tomó lugar en Libia. Un pueblo de la localidad tenía un lago que era plagado por un dragón, y para calmar su ira el pueblo le daban ovejas y una virgen como sacrificio, todos los días. Las vírgenes eran escojidas por medio de una lotería, y el día en que la princesa fue elegida, el rey intentó comprar su libertad ofreciendo toda su plata y oro; pero el pueblo rechazó la oferta. San Jorge se enteró de lo sucedido, y decidió ir a caballo al lago. El miedo se quiso apoderar de él, pero hizo la señal de la Cruz, y se llenó de valor. Con la ayuda de la princesa, San Jorge logró ajustar la corona de ella alrededor del cuello del dragón, y lo obligó ir al pueblo, como si fuese un perro tirado por correa. San Jorge le dijo al pueblo que si ellos no se convertían al Cristianismo, dejaría suelto a la bestia. Por lo cual todos los habitantes accedieron para evitar tal calamidad, y se bautizaron. Nuestro héroe entonces sacó su espada, y dio fin a la existencia del dragón. Donde murió la bestia, el rey construyó una iglesia bendecida por la Virgen María y San Jorge. De las aguas de sus fuentes, se curaron todas las enfermedades.
Según algunos autores nació hacia el año 280 en Siria, y según otros en Capadocia (Turquía). Sus padres, de acuerdo a la tradición, eran labradores y ricos; por lo que Jorge recibió una buena instrucción, además de una buena educación cristiana. En otras versiones de su historia, se dice que su padre era militar y que por ese motivo siguió sus pasos.
Jorge sirvió en el ejército romano, y logró ser nombrado capitán de la guardia del palacio que el emperador Diocleciano poseía en la ciudad de Nicomedia. A comienzos del siglo IV este mandatario adoptó ciertas medidas para eliminar del ejército de oriente todo lo referente al cristianismo, por lo que muchos soldados decidieron renunciar.
Se publicó en la ciudad de Nicomedia un edicto que ordenaba la demolición de las iglesias y la expulsión de todos los cristianos de las dignidades y cargos administrativos. Y así poco a poco se fueron haciendo cada vez más crueles represalias contra éstos, extendiéndose la persecución por toda Asia menor.
Indignado con esta tiranía, Jorge decidió defender públicamente su religión. Repartió sus bienes entre los pobres, y dio libertad a los pocos esclavos que a su servicio tenía. Defendió con una valentía poco vista la causa de los perseguidos ante el consejo de dignatarios y jefes militares convocado por Diocleciano, y afirmó a viva voz que su religión era única y verdadera, y que no se podía rendir culto a los ídolos.
Se presentó al emperador y declaró que era cristiano, éste sorprendido intentó convencerlo de adorar a los dioses, prometiéndole grandes distinciones y dignidades; y lo amenazó con durísimas penas si no realizaba ese mandato. Pero el capitán Jorge afirmó que él nunca dejaría de adorar a Cristo. Entonces el emperador le declaró la pena de muerte. A consecuencia Jorge sufrió el martirio: azotes, garfios de hierro que le arrancaban la carne, baños de cal viva, introducción en un tonel lleno de agudos clavos. éste sufrió todo sin emitir una sola queja, y contemplaba con admiración cómo se curaban milagrosamente sus heridas.
Luego el emperador pronunció la sentencia final. El Santo fue atado a un caballo y arrastrado así por las calles de la ciudad. Después fue decapitado. Su cuerpo se trasladó más tarde a Lydda, población de Tierra Santa, como, supuestamente, él había dispuesto.
San Jorge es o fue santo patrón y protector de diversos países, regiones y ciudades: la Corona de Aragón, Inglaterra, Portugal, Georgia, Lituania, Génova, Reggio di Calabria, Moscú, Cáceres, etc.
Es uno de los santos caballeros, protector durante la Edad Media de este estamento. En Rusia se empleó como principal emblema de sus ejércitos. En Inglaterra y Provenza se usaba su nombre como grito de guerra.
Varias órdenes militares portan su nombre o sus símbolos: la Orden de la Jarretera, la Orden Teutónica, la Orden de Calatrava, la Sacra Orden Constantiniana, la Orden de San Jorge de Alfama, entre otras.
También es patrono de diversas otras profesiones y actividades: agricultores, soldados, arqueros, prisioneros, herreros, gentes del circo, escultistas (Scout), montañeros, etc.
También es protector de los animales domésticos. Su nombre es invocado contra las serpientes venenosas, las enfermedades de la piel, el herpes, la peste, la lepra y la sífilis, y en los países eslavos contra el mal de ojo.
San Jorge mártir también es el patrón de Alcoy, ciudad situada en la Comunidad Valenciana destacándose como las fiestas de moros y cristianos más conocidas del mundo, declaradas de interés turístico internacional en 1980.
El collar protector
Los devotos de este santo de cabecera manifiestan su fe a través del collar que muestra los tres colores: blanco-rojo-verde. Un vez que te hayas decidido a entregarle tu devoción, deberás tener este collar-amuleto al alcance de tu mano. En sus dos opciones: collar o brazalete, te asegurará protección contra todo mal. También la estampa del santo en la entrada de tu casa, la aleja de las malas influencias y garantiza la paz y la prosperidad para todos sus habitantes. También puedes optar por colocarlo en tu mesa de luz, o en la cabecera de tu cama, como si fuera un rosario, colgarlo de un espejo, etc.
Fabricarlo es una tarea simple: pero debes realizarla respetando exactamente los siguientes pasos:
Consigue cuentas pequeñas que tengan todas la misma forma y tamaño y que estén perforadas.
Necesitarás 112 cuentas blancas, 112 cuentas rojas, 112 cuentas verdes, 1 tanza de hilo del tamaño necesario.
Para realizar el collar deberás intercalar las cuentas en el collar a razón de 7 por color en el siguiente orden: siete blancas-siete rojas-siete verdes.
En total deben quedar 16 series de cada color o sea un total de 336 cuentas.
Cuando finalices anuda el collar firmemente, tratando de que el nudo quede invisible (inserta las puntas de la tanza en las últimas cuentas en sentido regresivo para que queden ocultas en el collar.
Ceremonia de consagración
Una vez armado el collar, el segundo paso fundamental e indispensable para darle un uso sagrado es consagrarlo.
OFRENDA: San Jorge o Ogum representa las armas del espíritu que nos permiten hacer frente a cualquier adversidad, por lo tanto, ese simbolismo deberá estar presente en la ofrenda de consagración, que es parte del ritual dedicado al santo y orixá. Para llevar a cabo la ceremonia necesitarás preparar una canasta o recipiente grande. En la misma colocarás los siguiente elementos:
Porotos negros
1 habano
frutas oscuras (ciruela, higo, uvas negras, palta (aguacate), pepino, etc.)
una piedra pesada
1 cuchillo (representa las armas)
una estampa de San Jorge (foto)
La comida deberá estar toda junta en la mitad de la canasta. Del otro lado la piedra, el cuchillo y la estampa (foto)
PROCEDIMIENTO: Un día martes por la noche, dirígete con tu canasta a un cruce de rutas o a las vías del ferrocarril, Debes llevar también el collar y una vela azul. Deja la ofrenda sobre las vías o el cruce de las carreteras, coloca la vela a la derecha de la canasta y enciéndela (asegúrate de quitar todo el pasto alrededor para evitar accidentes). Mientras arde, enlaza el collar en tu mano izquierda y di lo siguiente: "San Jorge, te invoco. Que tu presencia me libre de mis enemigos y que tu poder abra todos mis caminos". Luego, siempre con el collar enrollado en tu mano, vuelve sobre tus pasos sin mirar atrás. Deja la vela encendida para que se consuma y la canasta en el mismo lugar. Al llegar a colócate el collar o cuélgalo en el lugar que hayas destinado para él.
Cuando usar el collar
San Jorge y Ogúm están regidos por Marte, el planeta de la energía. Quien los invoque debe saber que lo que conseguirá es fuerza y coraje para llevar a cabo empresas difíciles o evitar problemas graves. Ninguno de los dos son santos pacíficos, por lo tanto, no intervienen en cuestiones sentimentales. Su fuerza es de índole física y combativa. Nos ayudan a vencer la adversidad y a mostrar nuestro temple frente a ella.
Collar como protector
Para evitar accidentes: San Jorge protege a las máquinas y sus operarios; por lo tanto no dudes llevar contigo el collar cuando circulas en tu automóvil (vale también cuando viajas en otro medio de transporte), o en tu lugar de trabajo si manipulas maquinarias peligrosas en una fábrica.
Para rendir exámenes: En el estudio este santo brinda fuerza y seguridad en uno mismo. A tal fin, enlaza el collar en tu mano izquierda al momento de rendir el examen.
Para ganar juicios: la energía de San Jorge es combativa, por eso, también protege a aquellas personas que deben enfrentar problemas judiciales. Cuélgate el collar al cuello, por lo menos un mes seguido.
Collar como abre-caminos económicos
Este ritual funciona a través del corte y ruptura de todos los obstáculos que impiden concretar metas económicas.
Necesitarás:
el collar de San Jorge
3 velas tijera (1 blanca, 1 roja, 1 verde)
3 velas espada (con los mismos colores de la anterior)
3 ramas de ruda
3 conos de incienso
bolsa de color verde
Coloca los elementos en un altar. Enciende los tres conos de incienso, toma el collar y pásalo por el humo en dirección derecha a izquierda. Luego límpialo utilizando las ramas de ruda por arriba y por debajo de este. Mientras lo haces, piensa en las metas que deseas concretar. A continuación, enciende las 3 velas espada, toma el collar y pásalo por encima de la llama de cada vela de derecha a izquierda con cuidado de que no se queme.
Acto seguido, enciende las 3 velas tijera y pasa el collar por encima de ellas, de arriba hacia abajo. Piensa mientras tanto en los obstáculos que se encuentran en tu camino y que debes sortear para obtener el éxito económico que deseas.
Para finalizar, apaga todas las velas, colócalas en el suelo y quiébralas con tus pies (solo deberás romperlas). Junta los restos de vela, el incienso y la ruda en una bolsa de color verde y entiérrala.