El programa de Antena3, "En Tierra Hostil", me ha refrescado la memoria de por qué estudié periodismo. Después de tanto tiempo buscando algo decente en la parrilla televisiva me encuentro con esta producción que se adentra en terrenos enemigos, desbordantes de tensión y amenazas; un viaje por los lugares más peligrosos del planeta con Jalis de la Serna y Alejandra Andrade.
Ayer era el turno de Corea del Norte, el país más hermético del mundo, donde un tal Alejandro Cao de Benós (allí debe de ser muy famoso y querido, ja ja ja) hizo de guía para enseñar la cara "amable" de la República Popular Democrática. Todo un discurso propagándistico que corona a Norcorea como el lugar más feliz y con menos estrés del globo terráqueo. ¡JA!
Lo único en lo que podría llegar a coincidir con este demagogo engañabobos es en la supremacía de Estados Unidos, a todos los niveles; su imperialismo y los efectos de una globalización que hace un flaco favor a la continuidad de ciertas culturas, tradiciones y formas de vida. Una sola masa esta de nuestro tiempo y que responde a otro tipo de adoctrinamiento y lavado de cerebro al que nos "someten" sigilosamente los cuatro poderes de la comunidad occidental.
Me fui a la cama con una sensación amarga y confusa. Caí en la cuenta de que la gente de nuestro tiempo se cuestiona cómo pudo ocurrir el genocidio nazi... Vemos películas como la de "The Reader" e intentamos comprender. Sin embargo, acudimos también a esa aberración, atrocidad... cómo queráis llamarlo, como espectadores, desde nuestra comodidad y letargo. "¿Y yo qué puedo hacer?".
No deja de ser una problemática que se intuye, una realidad que asoma, huele... Y que confío algún día se revele. Será entonces cuando otras generaciones venideras se pregunten cómo pudo ocurrir algo así: ante los ojos ciegos de egoísmo y miedo del resto de un mundo acomodado que llamamos sociedad del bienestar.
Y como este otros tantos crímenes contra la humanidad, camuflados, encubiertos, pero perennes a pesar del paso del tiempo.