Siempre es un placer volver al Pirineo, reencontrarse con esos paisajes que vieron nacer el viejo Reino de Aragón. Esos valles, rodeados de altas cumbres y de leyendas milenarias esconden preciosos tesoros, desde monasterios y catedrales románicas, a edificios que bien podrían estar en cualquier capital europea, pasando por unos paisajes que dejan con la boca abierta a cuaquiera, por más vistos que los tengas. Si no lo conoces, y para abrir boca, te dejamos hoy con algunos pueblos que no pueden faltar en tu visita.
Canfranc
Jaca
Siresa
Ansó
Echo
Formigal
Archivado en: Fotografía, Ocio