Hay historias que, por razones no muy claras, se hacen virales. Quizá por esto, son numerosas las canciones, las novelas, los artículos y, por supuesto, las películas y series de televisión de las que todo el mundo habla en cuestión de días y que tienen, además, la capacidad de arrasar por todos aquellos lugares por los que pasan. Hoy os vamos a hablar de una de esas historias, en esta ocasión contada en forma de serie a través de la plataforma de streaming “Netflix” y que, además, tiene el honor de haber alcanzado el récord de visualizaciones en dicha plataforma aún y cuando no se esperaba en absoluto su éxito.
Efectivamente, desde este equipo hemos cambiado nuestro registro habitual visualizando al completo “El juego del calamar”, en parte por el buen sabor de boca que nos dejó en su momento su compatriota “Parásitos” (cuya crítica encontraréis aquí), aunque también movidos por la curiosidad de saber qué podía ofrecer una ficción surcoreana para generar tantísimas reacciones y batir tantos records en un corto espectro de tiempo.
Tras visualizarla, nos parece que la controversia que ha generado entre los profesores de varios centros educativos es incluso escasa, dada la extrema crudeza y violencia en que se sustenta, haciendo que, bajo nuestro punto de vista, se trate de una serie no apta para menores (ni siquiera adolescentes).
No nos vamos a extender mucho explicándoos el argumento, dado que ya es de sobra conocido por todos: un grupo de personas que, por diferentes razones, están en riesgo de ser rechazadas por la sociedad dadas las cuantiosas deudas que acumulan, acceden a participar a un misterioso juego, al cual se accede por invitación. La participación en dicho juego les daría la opción de obtener una gran suma de dinero con la que resolver gran parte de sus problemas (los cuales son, principalmente, económicos).
Entre las casi 500 personas que acceden a participar en dicho juego encontramos a Seong Gi-hun, un hombre separado y padre de una niña que, en la actualidad, vive con su madre tras fracasar con dos negocios que le han llevado a la ruina, el financiero buscado por la policía tras arruinar a la compañía para la que trabajaba Cho Sang-woo, el misterioso anciano Oh Il-nam, la desertora norcoreana en busca de un futuro mejor para su madre y para su hermano Kang Sae-byeok o el inmigrante paquistaní estafado por su exjefe Abdul Ali, entre otros.
Todos ellos deberán enfrentarse a un total de 6 juegos durante 6 días, siendo el ganador del premio millonario aquel que consiga superar la totalidad de los desafíos y siendo eliminados todos aquellos participantes que no superen las pruebas a las que se enfrentan. No obstante, lo que ninguno de ellos espera es que la eliminación signifique en realidad su asesinato a sangre fría, lo que lleva a los participantes a competir utilizando todos los recursos de los que disponen para salvarse.
"El juego del calamar" un juego de supervivencia a lo bestia
Durante los 9 capítulos de la serie, se tratan temas como la corrupción, el tráfico de órganos, la lealtad o la ética. No obstante, el tema principal que está detrás de toda la serie es la desigualdad social y la falta de oportunidades, dado que son éstas las que llevan a un total de 456 participantes a arriesgar sus vidas y a actuar como salvajes por cientos de miles de millones de wones, tanto durante los juegos, como durante la convivencia.
No os engañamos si os decimos que la factura técnica de “El juego del calamar” es francamente brillante. Tampoco lo hacemos si os decimos que es una muy buena serie, que está fantásticamente interpretada y que, a pesar de las incoherencias que presenta (la principal, la desaparición de casi 500 personas por edición –y llevan más de 15- a las que nadie parece reclamar ni echar de menos), es una serie que llama la atención por poner al ser humano frente a un espejo que nos presenta nuestra peor cara.
Con todo, sí que os engañaríamos si os dijésemos que "El juego del calamar" es una serie para todos los públicos, dado que es, con diferencia, el producto de ficción más duro que hemos visto en muchos años. Y lo es tanto por su argumento (difícil de comprender por todos los menores que, inexplicablemente, la están viendo o han visto ya) como por su contenido extremadamente violento y que, en ocasiones, se recrea mostrando imágenes como cráneos reventados, balazos, violentas reyertas entre los participantes, asesinatos a sangre fría o, incluso, incineraciones de cuerpos aún con vida.
Se trata, por tanto, de una serie en la que la falta de humanidad es más que palpable y que, por la crudeza de sus imágenes, provoca que en muchas ocasiones sea muy difícil ver más allá de esas imágenes. En nuestro caso concreto, y pese a que nuestra valoración final es positiva, no volveríamos a verla de nuevo al haber sido las imágenes que la serie nos ha presentado demasiado fuertes y muy delicadas de visionar por personas sensibles y menores como los que, en la actualidad, se dedican a replicar los juegos de la serie en las escuelas.
Por todo ello, os aconsejamos que valoréis qué tipo de espectadores sois antes de decidir si es o no es para vosotros, pero, sobre todo, os recomendamos encarecidamente que los menores que tengáis a vuestro cargo no accedan a ella de ninguna de las maneras.
En nuestro caso, nuestra nota final para “El juego del calamar” es de un 6 sobre 10.
Título original: “Squid Game” - 2021 – Corea
Año de creación: 2021
Año de finalización: 2021 (primera temporada)
Duración: 9 capítulos (de unos 55 minutos cada uno)
Género: Thriller, Supervivencia