Hay películas que llegan a tu vida por sorpresa y por sorpresa se quedan en ella casi sin pedir permiso. La película que os contaremos hoy en este pequeño rincón pertenece a este grupo ya que, pese a haber conseguido varias nominaciones en los “premios Feroz”, en los “premios Goya” y llevarse el premio a la mejor película (y tres premios más) en el “Festival de Sitges 2019”, no ha llegado ni a la distribución en salas de cine ni ha tenido grandes campañas de publicidad.
Por suerte, la plataforma de streaming Netflix se hizo con sus derechos de emisión y el pasado viernes 20 de marzo, en medio de la cuarentena y aislamiento por el Covid-19 se estrenó y nosotros, siguiendo la campaña #MeQuedoEnCasa nos dispusimos a verla, os estamos hablando de la cinta española “El Hoyo”.
“El Hoyo” empieza presentándonos a su protagonista, Goreng (a quien da vida Iván Massagué) quien despierta en un camastro en una habitación presidida por un gran agujero en el centro. Confundido y medio aturdido observa que al otro lado de la habitación hay un señor sentado en otro camastro, se trata de Trimagasi (interpretado por Zorion Eguileor).
Los primeros minutos del metraje son esenciales para entender dónde están Goreng y Trimagasi, una especie de prisión futurista donde además de haber algunos criminales cumpliendo su condena, hay también ciudadanos que buscan algún favor de las instituciones.
La prisión donde están se llama “El Hoyo” y es una curiosa construcción organizada en vertical donde, en cada nivel hay dos presos con sus camastros, un agujero y un pequeño grifo. Trimagasi, un poco a desgana, le cuenta a Goreng cuál es el funcionamiento de “El Hoyo”, en el que, según le cuenta hay tres tipos de personas, las de arriba, las de abajo y las que se tiran por el agujero.
Los presos no tienen nada más que hacer en su nivel que pensar, luchar por su vida y esperar a que baje por el agujero central de la sala, una plataforma con todo tipo de manjares de donde podrán comer mientras la plataforma esté en su nivel.
A Goreng la comida que llega a su nivel le da asco ya que, está totalmente manoseada y destrozada por los presos que tiene en niveles superiores. Sí, la comida que baja por la plataforma es para todos los presos, por lo que, cuando más abajo estés, menos comida recibirás.
Trimagasi, un experto en “el Hoyo” le recomienda que coma, aunque le de asco, pues, aunque puede estar un tiempo sin comer, no sabe en qué nivel aparecerá el próximo mes (el primer mes está en un buen nivel, sobre el 40 aproximadamente).
El siguiente mes la situación se complica ya que, aparecen por debajo del nivel 100 y Goreng aparece atado en la cama. Le ha atado Trimagasi por que pretende comérselo (sin llegar a matarlo) unos días más adelante. Goreng descubre el por qué de esta decisión al observar que la plataforma les llega totalmente vacía. Por suerte, algo sucede y aunque herido, quien acaba el mes es Goreng.
El siguiente mes vuelve a subir niveles y se encuentra con un nuevo compañero, Imoguiri (a quien da vida Antonia San Juan). Con ella, un nuevo mundo se le abre a Goreng, el de la concienciación ¿por qué no intentar convencer a los presos de los niveles inferiores que coman lo mínimo para que la comida llegue a los de más abajo? Como ya os podéis imaginar, el egoísmo de la gente lo impide sin remedio.
Un mes más tarde, Goreng despierta en un nivel tan bajo que Imoguri se ha suicidado para que uno de ellos sobreviva. El siguiente mes todo cambia de nuevo ya que, Goreng aparece en el glorioso nivel 6 y se encuentra con Baharat (Emilio Buale), un hombre dispuesto a intentar llegar a toda costa al nivel 5 aunque al final, acaba aceptando una curiosa propuesta de Goreng... Bajar repartiendo la comida por todos los niveles y volver a subir después en la plataforma, ¿lo conseguirán? Como es obvio, ya sabéis nuestra respuesta: nosotros lo sabemos, pero no os lo contaremos aquí.
Lo que sí os contaremos es nuestra visión de “El Hoyo” y lo haremos empezando por su apartado más técnico. En este sentido nos gustaría resaltar el enfoque social que le da Galder Gaztelu-Urrutia, el director de “El Hoyo”, organizando la prisión en un sistema de niveles, igual que la sociedad, donde las castas superiores se ríen de las inferiores y todas demuestran algo innato en el ser humano, su egoísmo, su afán por comer hasta reventar sin pensar que más abajo puede haber gente muriéndose de hambre, aunque todos en algún momento han estado abajo sin poder comer.
“El Hoyo” con su magnífica fotografía, su más que acertado metraje (poco más de una hora y media) combina sabiamente la violencia desmedida (matar o morir, en algunos niveles no hay más remedio) con la reflexión social o incluso política. Sin lugar a dudas todo un acierto de Gaztelu-Urrutia en esta, su Opera Prima.
Desde el punto de vista interpretativo nos gustaría remarcar el trabajo de casi todos sus intérpretes ya que, todos están brillantes provocándonos esos dos sentimientos tan contrapuestos como son el sufrimiento y el odio por sus acciones para sobrevivir. Con todo, nuestro aplauso especial de esta crítica va en especial, para Iván Massagué y Zorion Eguileor. Perfecta su elección para protagonizar “El Hoyo”.
Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “El Hoyo” es de un 8 sobre 10 y os la recomendamos, aunque como es obvio, no es para todos los públicos.
Titulo original: “El Hoyo” - 2019 - España
Dirigida por: Galder Gaztelu-Urrutia
Duración: 94 minutos
Género: Ciencia Ficción, Thriller