Si bien no hubo gente herida por el terremoto de Lisboa, sí hubo grandes daños en la Catedral. Aún hoy se ven grietas y vidrieras rotas. Después del terremoto, hubo que rehacer la cúpùla y reforzar el campanario, que llegó a inclinarse y debió ser zunchado con 8 cadenas tensadas, forradas con piedra en forma de talud.
A causa de estos problemas que trajo el terremoto, el cabildo catedralicio estableció que todas las vísperas del Día de Todos Los Santos los cuidadores de la Catedral (la familia Mariquelo) subiera a controlar la torre, verificando su estado e inclinación. Y que se tocaran las campanas en agradecimiento a Dios, por haber salvado al pueblo.
Es así que, hasta nuestro días, se realiza cada 31 de Octubre la “Subida a la Catedral Nueva de Salamanca“, a las 11.30 horas.
“El Mariquelo“, un personaje ataviado con la indumentaria charra y un tamboril, escala por la ladera de la Catedral hasta llegar a la veleta de la Torre de las Campanas, a unos 100 metros de altura. Una vez allí, interpreta una charrada, tocando la gaita y el tamboril.
La “Catedral Nueva de Salamanca” se construyó entre los años 1513 y 1733, con el objeto de tener un templo más grande y mejor iluminado que el de la Catedral Vieja, que nunca se demolió, y está a su lado. La cercanía con la Universidad de Salamanca y el aumento de la población impulsaron esta obra, que aún así, tardó 220 años en acabarse.
Hoy en día es un atractivo turístico para quienes quieran conocer una de las dos últimas catedrales góticas de España (junto con la de Segovia). La Catedral contiene 20 capillas, dedicadas a distintos santos y figuras de la iglesia. Cuenta con dos órganos, uno renacentista, del siglo XV, y otro barroco, del siglo XVIII.
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