Ya leíste cómo comenzar a contar en tu blog, también el primer y el segundo ejercicio de storytelling para bloggers y estás comenzando a descubrir que tenés más posibilidades de las que te imaginabas escribiendo en tu blog...
Sos emprendedora y sabés que la distancia más corta entre vos y tu cliente ideal es una línea recta a sus emociones y más allá del desconcierto que te provoca pensar en cómo emocionar a un lector para que desee ser parte de tu tribu, algo te dice que el primer paso es ser auténtica.
El mejor storytelling es ser vos misma: tu tono natural, tu vocabulario habitual -quizás un poco estilizado por el contexto- tus expresiones, tu forma de ver el mundo.
Pero...
Sentís la necesidad de una estructura que contenga el desborde de palabras que se atropellan en tu cabeza y que están allí, esperando a salir pero sin pronunciarse por miedo a ser inconvenientes.
Tranquila. Bienvenida a desmesurar. Vos tenés las palabras -creéme están ahí esperándote para salir- y yo quiero compartir contigo el corset que las contiene sin asfixiarlas.
Seamos storytellers por un rato.
¿Sabés una cosa? Los rusos son más que putins, plazas rojas y vodka. Y aunque el vodka es un brebaje interesante -dónde se ha visto algo tan transparente que sea malo- esta desmesurada cuando piensa en rusos, piensa en relatos.
Pienso en historia...
Pero... esperá un momentito ¿historia y relato son lo mismo?
Si te hiciste esa pregunta, te ganaste una participación en mi próximo Programa. Si no te la hiciste, te cuento que fue un ruso el que dijo que una cosa es lo que narro y otra muy distinta mi forma de contar.
En otras palabras: cuando escribo puedo distinguir el tema o la secuencia de ideas que quiero escribir y la forma en la que las voy a organizar y a desarrollar para que tengan sentido para el lector.
Es una idea simple pero poderosa, te ayuda a vislumbrar que una misma historia -fábula para el ruso en cuestión- puede encarnar en distintos relatos o formas de contar.
Por eso es tan importante que te juegues por la autenticidad porque seguramente existen miles de personas que escriben sobre el mismo tema que vos -de pronto, millones- pero ninguna puede hacerlo igual a vos si te proponés ser fiel a tu forma de pensar y sentir.
Otra cosa distinta es si te proponés plagiar pero...ese tipo de personas no lee este blog.
Pero el tema de los rusos no termina. Porque cuando no están congelados de frío, son prolíficos en ideas. Otro señor ruso con mucho tiempo libre para leer, le hizo un favor a la humanidad y compartió el esquema básico de los relatos tradicionales. El esquema al cual responde nuestro cerebro amante de los patrones y el orden.
Conociendo esta estructura la tarea de contar o interpretar una narración se simplifica tanto que es cai un atentado contra los storytellers del universo que yo escriba este post...
¿Querés saber más?
Y yo no me hago rogar. Porque así somos las desmesuradas.
Cómo estructurar un relato que emociona.
¿Te acordás el cuento que compartí contigo en el pasado post? Podés leerlo en apenas unos minutos clickeando en el título: La dama o el tigre.
Un texto corto pero que puede enseñarte mucho sobre cómo organizar tus propias historias si lo miramos con los ojos del ruso (sí, ese ruso que tenía tiempo libre)
Siguiendo este patrón...todo relato que escribas tiene que tener:
1- Una serie de acciones.
2- Un grupo de personajes.
3- Un mensaje o "recompensa final".
¿Y, Paula? Esto ya lo sé...
Bueno pero ahora vamos a ir un paso más allá, quiero que conozcas cuáles son los estereotipos que llegan a las fibras de los lectores.
1. Una serie de acciones.
No vamos a mencionar todas las funciones posibles en un relato que emociona pero, quiero que conozcas las más importantes:
- Un distanciamiento: el alejamiento del protagonista o de alguien o algo que le importa.
- Una prohibición: un momento de carencia, en el que algo está vedado o no es posible.
- Una transgresión: reíte de la prohibición... los seres humanos amamos transgredir aunque nos de miedo.
- Un engaño: el dolor de sentirse perdido y traicionado.
- Una complicidad: el placer de sentirse acompañado y respaldado.
- Una carencia: empatizamos con la carencia porque en algún momento nos hemos sentido "carentes".
- Una lucha: del protagonista de tu historia con su "opositor" o antagonista.
.- Un encuentro con el "objeto mágico": y entendeme no se trata de algo místico sino de un libro, un aprendizaje que te cambió la forma de entender el mundo.
- Una reparación: que sería una toma de justicia respecto al engaño sufrido.
- Una tarea difícil: un obstáculo a superar que pone en juego todas las capacidades de tu protagonista.
- Una tarea cumplida: y el obstáculo es superado.
Veamos... esta enumeración no significa que tengas que usar todas las funciones en cada post que escribís sino que, cuando quieras contar una historia, sabés que cualquiera de estas funciones por sí misma o en combinación unas con otras, tiran una flecha en el corazón de tu lector ideal.
A los seres humanos nos emocionan los retos, las transgresiones, los engaños y los triunfos porque nos interpelan y nos invitan a leer nuestra propia historia a la luz del relato que estamos leyendo.
2- Un grupo de personajes.
Es que las acciones solitas no se hacen...necesitan alguien que las haga. Por eso, voy a citarte los principales roles de un relato que emociona.
- Un héroe.
- Un rey.
- Una princesa.
- Un falso héroe.
- Un agresor.
- Un donante.
- Un auxiliar mágico.
Quiero que me entiendas, esto no significa que a partir de hoy todos tus post sean un homenaje a los hermanos Grimm... quiero que vayas más allá de lo literal.
Un héroe o una heroína podés ser vos misma en la posición de "personaje" de tu relato. Un rey es una figura de poder y una auxiliar mágico no es Papá Pitufo sino alguien que en tu camino, en tu proceso, en lo que sea que estés narrando funciona ayudándote y beneficiándote.
Ahora es cuando el cuento que compartí contigo tiene otro color y ese padre-rey deja de ser una figura para encarnar a todos los poderes que obstaculizan tus deseos y esa princesa semi-bárbara tiene tus rasgos y no se rinde hasta lograr lo que se propone con "astucias de mujer".
Cuando escribas tu próximo post, quiero que pienses quién lo protagoniza... y si tu respuesta es " mi clienta ideal" o "mi lectora ideal", entonces estamos en el buen camino. Y ni te cuento si descubriste que vos podes ser el auxiliar mágico y tu propuesta el objeto que le cambie la vida a tu protagonista.
No te apures. Pensalo.
3- Un mensaje final.
Acá es cuando se me vuelven locas y creen que tienen que decir algo trascendente, como si para escribir un blog se necesitara un posgrado en filosofía.
No confundas "mensaje" con "moraleja". No todos tus post o textos comerciales tienen que tener una verdad deseosa de ser revelada. Las enseñanzas más poderosas suelen ser simples y no necesariamente edificantes.
En ocasiones, tu mensaje final puede tener nada de eficiante o transcendente y conectar con un tipo de lector en particular o entusiasta y conectarte con otro nicho de clientes ideales.
¿Te boquea la página en blanco?
Ahora, ponele que te está costando un poco darle forma a todo esto y entonces... querés desmesurar. No pierdas la oportunidad de ser una de las desmesuradas que escribe un blog y encuentra las palabras para emocionar, persuadir y vender.
Claro, si desmesurar no es para vos, no te tomes el trabajo de mirar este enlace: Quiero desmesurar porque no tengo nada que ofrecerte.
Si llegaste casualmente y no querés perderte ni una de las palabras que emocionan a tus lectores, sumate, es un placer tenerte en la tribu desmesurada.