Relato de nuestra estancia en Disneyland París, dos días al completo disfrutando de toda la magia que hoy en día ofrece Disney. Antes de empezar, os dejo algunas consideraciones generales:
Si buscáis la forma más batata de adquirir las entradas, éstas se consiguen en los fnac de parís. El truco es comprarlas online desde España (http://www.fnactickets.com/), imprimir el comprobante y luego acercaros a un fnac en francia a la zona de venta de entradas para espectáculos y os dan las entradas. La diferencia por ejemplo para una entrada de adulto para un día y dos parques es de 55â?¬ contra 81â?¬ si lo compráis en el mismo parque Disneyland, es decir, 26â?¬ más barato. OJO: comprar en el fnac, te obliga a comprar 5 días antes, de ahí la rebaja en el precio. Tener en cuenta todos los condicionantes a la hora de comprar las entradas.
Para moveros por París, tanto si es para visitar la ciudad, como para buscar los fnacs, como para ir a Disneyland, os hará falta un mapa del transporte (bus, metro, rer). Hay un montón de aplicaciones para móviles que van de maravilla. Nosotros usamos “Metro 01″ y nos funcionó perfectamente. Basta indicarle la parada de origen y la de destino y te calcula e indica todos los trasbordos que tienes que hacer. Nota: los rer son como los trenes de cercanías en España.
Nosotros fuimos hasta Disneyland en coche, teniendo en cuenta que salimos de Bilbao, gastamos en la ida y vuelta unos dos depósitos de diesel + 150â?¬ en peajes, si no recuerdo mal, había unos 16 peajes entre ida y vuelta. El parking en Disneyland sale más o menos a euro la hora, o por lo menos eso fue lo que nos costó el parking del Disney Village. Si vais a ir en el rer desde París, tener en cuenta que un viaje para un adulto a Disneyland son 8â?¬, así que ida/vuelta son 16â?¬ por persona (a mi modo de ver, sale más barato pagar el parking, la verdad). Hay abonos de transporte que te hacen ahorrar un dinero, los podéis echar un vistazo en http://www.ratp.fr/es/ratp/r_61584/billetes-de-transporte/
Comer en Disneyland, no nos engañemos, es súper caro, la hamburguesa más tonta son 10â?¬. Mucha gente opta por llevar bocadillos, pero ojo, antes de entrar al parque hay que pasar las mochilas, bolsos, etc… por el escaner, así que a veces cuela lo de pasar los bocatas y otras veces, no. Estáis advertidos.
Si no queréis hacer colas, comprar el Fast Pass Premium, merece la pena sólo por no esperar las colas, que a veces pueden llegar a ser hasta de una hora. Podéis ver más info sobre esto en http://www.parisdisneyhotels.com/fastpass.html
Primer día: salida desde Bilbao hacia Poitiers
Teníamos claro que todo el viaje de una sóla tirada podía ser muy pesado de hacer (sobre todo porque viajábamos con un niño), así que decidimos salir pronto por la mañana y parar y hacer noche en Poitiers (por cierto, tenéis Futuroscope muy cerca). Son 5 horas hasta allí, y luego desde Poitiers hasta París, 3.5 horas. Una vez llegados hasta Poitiers, estaba chupado llegar hasta París.
Por suerte para todos, el niño aguantó estupendamente el viaje y, tras dos paradas y 3 pelis, llegamos a Poitiers justo después de comer. Aprovechamos la tarde para pasear por el casco histórico de Poitiers y disfrutar de sus exteriores, básicamente de sus calles, plazas e iglesias. Os recomiendo el paseo ya que merece la pena.
Entre lo que destacaría de ver nombraría sobre todo la iglesia de Notre Dame la Grande, la plaza del ayuntamiento y la Catedral de St. Pierre. Y una vez dado el paseo, tomaros algo por cualquiera de las terracitas de la ciudad, se respira un aire muy agradable y tranquilo.
En cuanto al alojamiento, nos decidimos por el Ibis Poitiers Centre, toda la comodidad que te ofrece un Ibis y muy cerca de todo lo céntrico de Poitiers. Ideal para pasar una noche mientras nos dirigíamos a París.
Segundo día: salida desde Poitiers hacia París
Decidimos arrancar pronto el día (no muy difícil con un niño de 3 años que quiere ir a ver a Mickey Mouse) y en 3,5 horas (parada incluida) llegamos antes de la hora de comer a París donde nos alojamos en un piso que alquilamos muy cerca de la estación de metro de Tolbiac, así fue fácil movernos a todas partes.
Ese día no íbamos a ir a Disneyland, así que hicimos lo principal: ir al fnac que teníamos justo al lado del piso (lo teníamos todo muy estudiado, el piso muy cerca del metro y el fnac, hay que ser previsor…) a recoger las entradas para los dos días de Disneyland e ir a dar un paseo y conocer un poco algunos de los míticos lugares de París.
La verdad es que no tuvimos demasiado tiempo para ver cosas, así que aprovechamos para dar una vuelta hasta la Torre Eiffel y la zona ajardinada de Campo de Marte y luego cogimos un mini crucero por el sena, un paseo en barco de una hora para poder ver de forma rápida muchos de los lugares emblemáticos de la capital francesa, como puede ser por ejemplo, la catedral de Notre Dame.
Hecho esto, el día no daba para más, vuelta al piso a cenar algo y a descansar que esperaba al día siguiente una dura jornada en Disneyland Paris.
Tercer y cuarto día: nuestros dos días visitando DisneyLand París
Arranca el día, así que intentamos madrugar un poco y cogimos el coche para llegar lo más temprano posible. ¿Por qué el coche cuando se puede ir en tren? Hacer lo que queráis, pero el parque cierra a las 22:30 y luego volver con un niño pequeño hasta parís teniendo en cuenta que ha estado todo el día corriendo sin parar, puede ser un poco locura, hay que tener en cuenta que el RER son unos 40 minutos y que luego seguro que te hace falta coger un metro. Y, sinceramente, la diferencia de precio entre el tren y el parking es más bien escasa.
Dicho esto, nos dirigimos al Parque Disneyland, los Walt Disney Studios los dejamos para otro viaje que hagamos en el futuro. Antes de entrar, lo primero es pasar de forma obligatoria por el escáner que comprueba lo que llevas o no, aquí es cuando empiezan los primeros problemas con la bebida y comida que todos intentamos meter al parque. Por suerte, llevábamos poca cosa y no nos pusieron pegas para pasar.
Listo! Ya estábamos preparados para entrar, así que nos dirigimos a donde más iba a disfrutar el niño, a Fantasyland. La verdad es que es increíble ver la cara de un niño de 3 años cuando ve por primera vez el castillo de la bella durmiente, como dice un conocido anuncio… No tiene precio! Iba como loco subiendo y bajando las escaleras, parando en cada vidriera que refleja un trozo de la historia del cuento.
Eso si, cuando bajamos a la gruta que hay debajo del castillo donde está el dragón… je, je, eso es otro cantar. A oscuras y que un dragón gigantesco te mire con ojos rojos no es algo que a cualquier niño le guste, creo que puede llegar hasta a impresionar un poco a un niño pequeño.
Casi se me olvida: si hay alguna atracción en concreto a la que queréis de verdad acceder, lo primero que hay que hacer al entrar al parque es acercarnos hasta ella y hacer uso del Fast Pass. Para los que no lo conozcáis, todo el mundo puede usar al menos una vez este sistema, gracias a esto, el propio sistema informático del parque te asigna un turno para entrar a una atracción.
Así te puedes ir a otras y cuando se acerque la hora que te han dado, te vas a tu atracción sin colas. Eso si, ojo que hasta que no consumas tu turno, no puedes volver a usarlo. Os pondré un ejemplo que nos pasó, sacamos el fast pass para pinocho, y nos dió para las 17:30 horas de las tarde. Hasta que no lo usamos, es decir, casi a las 18:00 no pudimos volver a solicitarlo en otra atracción. En resumidas cuentas, o tienes mucha suerte, o no lo vas a poder usar más que una vez al día.
Otra cosa: el espectáculo de las cabalgatas, suele haber una a media mañana, sobre las 11.30-12:00 y otra a las 17:00-17:30 de la tarde. Imaginad a todos los personajes Disney cantando y bailando a lo largo del recorrido del parque, es una pasada. La de la mañana está bien, pero no tiene nada que ver con la de la tarde. Imprescindible no perdérsela, es de lo mejorcito que se puede ver.
Pero si hay un espectáculo que es el no va más, ese es el que se produce a las 22:00 horas, Disney Dreams, una impresionante proyección de imágenes y sonido “Disney Total” sobre el castillo de la bella durmiente, con un apoteósico final de fuegos artificiales. No me extraña que haya ganado varios premios, es que es realmente espectacular verlo en directo.
Con respecto a las colas, la verdad es que tuvimos bastante suerte y no tuvimos que esperar demasiado, lo normal era esperar entre 20-30 minutos y entrábamos sin problemas. En las que más tiempo de espera tuvimos fue en la del viaje de pinocho (45 minutos), en el tren que recorría el parque gracias al cual puedes dar un paseo y ver por completo el parque (60 minutos) y en el teatro de Mickey Mouse, con la cosa de que el niño pueda estar a solas con Mickey Mouse, nos comimos una horita de espera. Menos mal que dentro del teatro proyectan dibujos mientras tanto y así la espera es más amena, sobre todo para los niños.
Quinto día: dejamos Disneyland y París para volver a casa
Como en todos los viajes, el día que vuelves es el más triste, así que nos levantamos pronto por la mañana y cogimos el coche dirección Bilbao. Hicimos el viaje al revés de cómo lo hicimos para llegar a París, es decir, hasta Poitiers otra vez, hacer noche y luego al día siguiente llegada hasta Bilbao. La verdad es que lo único que puedo decir de este viaje es que se lo recomiendo a todo el mundo, tengas niños o no, es una auténtica pasada poder disfrutar del mundo que ha creado Disney.
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