Bien entrada la segunda década del siglo XXI es lógico pensar que es imposible que se descubran nuevas ciudades, culturas o civilizaciones perdidas. Pero como la realidad supera muchas veces a la ficción, en marzo de este mismo año un equipo de exploradores de la Universidad norteamericana de Colorado convulsionó a la comunidad científica internacional al emitir un comunicado oficial en el que afirmaba haber descubierto una ciudad de leyenda, la “Ciudad Blanca”, un emplazamiento que, supuestamente, se avistó por primera vez desde el aire en el año 2012. Según ha publicado recientemente la revista National Geographic, el hallazgo ha tenido lugar en una zona remota de la vasta selva de Honduras, una región casi inaccesible y prácticamente despoblada. Según las declaraciones del jefe de la expedición - el arqueólogo Christopher Fisher- esta ciudad fue construida por una civilización desaparecida hace muchos años, una cultura diferente a todas las que se han estudiado hasta el momento.
Los restos localizados incluyen plazas, calles y quizá lo más curioso e intrigante: una pirámide muy diferente a las que conocemos de Egipto o México. Otros objetos que aparecen parcialmente enterrados en los terrenos del asentamiento serían varios metates (asientos fabricados en piedra para usos ceremoniales), un puñado de vasijas talladas y bellamente decoradas con formas de animales, diferentes esculturas con forma de buitres y serpientes y una bien conservada efigie de la cabeza de un chamán con rasgos de jaguar y que, supuestamente, formaría parte de uno de los asientos ceremoniales que todavía permanecen ocultos bajo la tierra y la densa vegetación.
El equipo de investigación norteamericano contó desde el principio con el apoyo del IHAH (Instituto Hondureño de Antropología e Historia). A la espera de análisis exhaustivos, uno de los miembros de la excavación, el destacado arqueólogo del IHAH Neil Cruz, ha confirmado a los medios de comunicación que los objetos descubiertos se podrían fechar entre los años 1000 y 1400 de nuestra era.
A día de hoy todavía no han comenzado las excavaciones en esta antigua ciudad precolombina ya que, según los responsables del proyecto, el riesgo de saqueo y expolio de los objetos de arte hacia el mercado negro internacional es demasiado elevado.