Ahora que el otoño está a la vuelta de la esquina, como quien dice; ahora que los días son más cortos e invitan al recogimiento; ahora que a la gente, en general, le entra la morriña otoñal y comienza a echar de menos el calorcito del verano... yo me siento llena de vitalidad y dispuesta a disfrutar de mi época del año favorita: el otoño y el invierno. Será que soy rarita o que voy a contracorriente, pero me siento cómoda entre la languidez de las hojas que caen y el susurro (a veces un poquitín huracanado... ay ese cambio climáticoooo) del viento entre los árboles... donde los demás ven tristeza, yo veo un canto a la vida que se prepara para entrar en otro ritmo, más lento y pausado, pero no por ello menos dinámico. Me gustan las tardes lluviosas, las conversaciones de amigas al calor de una tetera, las películas domingueras bajo el abrigo de una mantita... y la inspiración que nace del silencio. Espero, por tanto, que las Musas me permitan acceder a esa inspiración que anhelo y poder compartirla con todos vosotros.
Muchas gracias a los que leen estas reflexiones, sencillas y humildes!